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Seúl no tenía una imagen muy distinta a Busan. Los edificios estaban completamente destruidos, los autos, al igual que las tiendas, se encontraban en llamas y la mayor parte del lugar eran meramente escombros. Seguramente a causa de las personas que presenciaron todo y entraron en pánico.

El ambiente era húmedo, posiblemente más tarde llovería.

──Chris, ¿estás realmente seguro de que puedes manejar algo tan grande?

Me preocupaba que no lograra manejar correctamente el avión, me aterraba demasiado la idea de desplomarnos por los aires.

──¿Podrías confiar en mí tan solo por una vez, So-yeon? ─el tono herido en su voz no pasó tan desapercibido como al mayor le habría gustado─ El único accidente que podría ocurrir, sería que Minho caiga desde arriba. Nada grave.

Golpeé levemente su hombro, aun no lograba comprender el por qué de tanto odio entre esos dos.

──Hey, Soonie, ¿tenemos que ir al aeropuerto entonces?

──Sí. ¿Aun tenemos gasolina en el auto, o tendremos que caminar?

──No, todavía podemos llegar... pero no quiero abandonar este auto.

Reí ante lo que Min dijo. Tenía razón, esos autos realmente estaban de lujo.

──Estaremos en un avión, ¿eso no es mucho mejor que un auto? Además, seguramente podremos encontrar otro en Pekín.

──Hm. Hablando de Pekín ─intervino el rubio─, ¿cómo sabes que es un lugar seguro?

──No lo sé con seguridad, solo espero que lo sea...

Mi respuesta pareció no agradarle mucho, pero aun así, tanto él, como Minho y todos los demás, confiaron en mí. 

Confiaron sin siquiera dudarlo por un segundo.

──Chicos, esta noche, solo por esta noche, dormiremos en algún edificio. Mi espalda ya no soporta dormir en el auto.

──Estoy igual, necesito un descanso, uno de verdad ─me apoyó Jeongin.

──¿Y adónde pretenden ir? ─cuestionó Minho.

──¿Qué tal a ese?

Changbin apuntó hacia un departamento de bajos recursos. Aunque me gustaría estar más cómoda, agradecía tener donde dormir.

──¿En eso? ─se quejó Felix, con cara de desagrado.

En parte lo entendíamos, el lugar se veía bastante abandonado, pero era lo mejor que podríamos encontrar en esa situación. 

──No podemos ponernos exigentes, Felix. No en estas condiciones ─pasé mi mano por sus hombros a modo de ánimo, y después comencé a caminar en dirección al edificio, seguida del más bajo.

──Bien, bien ─caminó a mi lado con las manos arriba, en son de paz.

Atravesamos la calle y nos colocamos a los costados de la puerta trasera, esperando alguna señal de Minho, quien había entrado a revisar que realmente estuviésemos solos.

──¿Min?

──Todo bien, avancen.

El pelinegro pasó frente a todos, con un arma. Chris me mantuvo detrás de él, mientras que Felix y Hyunjin nos cuidaban la espalda.

En las paredes habían rastros de sangre y las puertas de algunas habitaciones estaban destrozadas o tiradas. Caminamos al segundo, tercer, cuarto y quinto piso, algunas habitaciones eran opcionales, pero mientras más alto, mejor.

En el séptimo piso, encontramos una lo suficientemente espaciosa y mejor conservada, entramos cerrando la puerta detrás de nosotros y nos recostamos en el suelo, recuperando el aliento perdido en el camino.

──Ya casi, chicos, falta poco ─les sonreí como pude, tratando de darles ánimos.

──Claro... si no morimos antes ─Jisung suspiró pesado y tiró su cabeza hacia atrás.

──¿Qué vamos a comer? Muero de hambre ─reprochó Jeongin, agotado.

──Insectos y hierba ─bromeó Chris, soltando una carcajada entrecortada ante la expresión horrorizada del pelirrojo.

──Todavía tenemos algunas provisiones, pero debemos medirnos.

Changbin sacó de una de sus maletas varias latas de atún y las repartió junto a algunas botellas de agua. ¿Cómo era posible que esas cosas aún estuviesen en buen estado?

──Ehh, Bin...

──Improvisación, So-yeon. En una bolsa de regalos de plástico, cubierta por cartón y periódico, dentro, las latas y hielo.

──Bien pensando, cerebrito ─le apremió Minho.

──¿Atún? Dah... ─Hyunjin abrió la lata y comenzó a comer a la fuerza.

──No sean tan caprichosos, chicos. ¿Así es como planean sobrevivir? ¿Quejándose por comer atún? 

Christopher sonrío con ironía ante mi comentario, e igualmente empezó a comer.

──So-yeon tiene razón, debemos aprovechar que siquiera tenemos algo que comer.

El ambiente estaba tenso, así que traté de alivianar un poco el ambiente.

──Recuerdo que, la última vez que acampé, teníamos tanta hambre que Ryujin se comió una hoja de árbol, ¿saben qué pasó después? ─los chicos me observaron─ Se hinchó como un pez globo. Tuvimos que regresar a la ciudad, porque tuvo una reacción alérgica. Papá manejó como un loco para llegar al hospital. 

Todos comenzaron a reír, pero accidentalmente, el recordar a Ryujin me deprimió un poco. La extrañaba tanto...

──Yo solía tener un compañero de trabajo antes de todo esto, su nombre era Seungmin. Ese maldito siempre lograba ponerme de buen humor ─murmuró Hyunjin, con una sonrisa nostálgica─. Un día, cuándo salíamos de una taberna, unos policías nos atraparon con droga en los bolsillos, estábamos tan jodidos que no nos dimos cuenta, y lo tomamos como juego, los golpeamos, e increíblemente, escapamos.

Nos miró a todos con una sonrisa aun más amplia, y después continuó.

──Al día siguiente, nos despertamos en la patrulla, pero valió toda la maldita pena. 

──Salud por los buenos tiempos... y los que vendrán después de que toda esta mierda al fin termine ─brindó Changbin, alzando su botella.

──¡Salud! ─gritamos todos al unísono y comenzamos a reír.

survivors ─── bangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora