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──So-yeon, en esta maleta, hay suficientes cosas que te serán útiles en caso de que nos separemos o que algo pase.

Abrí la maleta, tenía razón. La maleta contenía el arma y los casquillos que me había entregado hacía ya un rato, además de algunas navajas y cerrillos, junto a botellas de agua y algo de comida enlatada.

──¿Dónde conseguiste todo esto, Chris?

──Ser perseguido por mafiosos y otros estafadores tiene sus ventajas, cariño. Estás preparado para todo. 

Minho tensó la mandíbula, no creo que Chris le agradase mucho.

──Y tú, estúpido, aquí esta tu maleta.

El pelinegro arrebató la maleta de las manos del contrario y la abrió, tenía todo igual a la mía.

Luego de unos minutos, los tres salimos del establecimiento. El rubio también llevaba una maleta, pero esta era más grande, pues allí tenía nuestras municiones y repuestos.

──¿Qué haremos ahora? No tenemos un plan.

──Uhm, vamos... a buscar mi teléfono.

──¿Crees que sea buena idea? ─intervino Chris.

──No lo sé, pero es lo único que se me ocurre en este momento.

Cerré los ojos, esperanzada, y comencé a buscar mi teléfono entre toda mi ropa.

──Vamos, por favor, por favor... ¡bingo!

Ambos soltaron aire audiblemente cuando saqué el teléfono de mi bolsillo. Encendí el aparato rápidamente, la pantalla estaba rota y no quedaba mucha batería, pero solo necesitaba hacer una llamada.

──¿Para qué es el teléfono, So-yeon?

──Llamaré a mi amiga, quiero ver si está bien y donde para buscarla. Podemos ayudarnos entre todos.

Comencé a marcar su número, pero no hubo respuesta. Aunque en el fondo ya sabía que no contestaría, dolió de igual forma.

──So-yeon... ─el rubio me llamó y coloco su mano en mi hombro, tratando de consolarme un poco.

Estaba asustada, quería saber donde estaba Ryujin. Ella estuvo conmigo toda la vida, sé cuanto miedo le tiene a la oscuridad, a las arañas, el pánico que le da la sangre. No me quiero ni imaginar cuanto miedo debe tener en este momento, estando perdida y sola en esta situación.

──Está bien, solo... ─miré la fecha, y sentí que mis piernas franquearon.

10 de Junio del 2020

──¡Han pasado ya tres días!

Minho se sorprendió tanto como yo, pero Chris parecía ya saberlo.

──Sí, lo sé. Todo este tiempo estuve bajo mi oficina. Ese puto zombie de mierda no me dejaba salir y mis armas estaban en el armario. Cuando ustedes llegaron, fue la distracción perfecta y logré escapar.

──Yo también estuve inconsciente durante esos tres días. El siete, que fue cuando todo comenzó, yo estaba rondando la zona como era mi rutina, pero me asaltaron. Como te dije, So-yeon.

Suspiré, cansada, esto era una pesadilla.

──Bien, esto es lo que vamos a hacer...

Chris y Minho me observaron atentos. Nos sentamos sobre los escombro bajo un árbol.

──Iremos hasta la ciudad. Sí, sé que, en estos casos, la ciudad se debe evitar a toda costa, pero tenemos que recolectar varias cosas y no creo ser la única que quiere ver cómo esta su casa, ¿o sí?

survivors ─── bangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora