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Subimos a toda velocidad al avión, cerramos las puertas y nos preparamos para despegar, el mayor corrió en dirección a la cabina del piloto, yo lo acompañé.

Minho, junto a los demás, les estaban disparando a los zombies desde la puerta. El cachorro de Hyunjin, Kkami ─como habíamos decidido llamarlo hace un tiempo─, estaba dentro de un bolso que habíamos llenado de mantas, y por ahora, se encontraba con nosotros en la cabina, para así evitar que se escapase.

Chris comenzó a mover varios botones y palancas en el tablero del avión, lo observé a detalle. Una gota de sudor resbaló por su frente y bajó por el largo de su cuello. El idiota se veía jodidamente bien, pero ese no era el momento adecuado para fijarnos en eso.

Le ayudé con el asiento y tomó lo que parecía ser un radio, después su voz sonó por todo el avión. 

──¡Entren todos al maldito avión, ahora! 

Salí de la cabina rápidamente y ayudé a los chicos a subir. El avión despegó, pero algunos cuerpos ya estaban trepando sobre el ala derecha.

──¡Chicos, sujétenme! 

Tomé varias cuerdas y las amarré alrededor de mi cintura. Todavía no estábamos tan lejos del suelo. Abrí la puerta, el aire helado golpeó mi rostro. Tomé una de las armas de Hyunjin y me dejé caer del avión, al tiempo que disparaba a los cuerpos, los cuales empezaron a caer uno tras otro, hasta que logramos derribarlos a todos. 

Entre todos ayudaron a tirar de las cuerdas para volver a subirme. Una vez que no aseguramos de que no hubieran más zombies alrededor, cerramos las puertas de nuevo. Ya estábamos a mayor altura, ahora estaríamos seguros. 

──¡Que ni se te ocurra hacer algo como eso de nuevo, jamás! ─chilló el azabache, sujetándose el pecho.

──No te preocupes, después de esto, no creo que vuelva a subir a un avión en mi vida. 

[...] 

──Christopher.

Entré a la cabina, el rubio estaba revisando el mapa, mientras a la vez, el avión estaba en piloto automático. Me senté en el asiento de copiloto. 

──¿Pasó algo? 

──No, todo está bien.

──Entonces regresa con los demás... me distraes. 

──¿Qué pasa contigo, Chris? 

──¿Realmente te importa, So-yeon? 

──¡Claro que me importa! Mierda, no logro entenderte. ¿Cuál es tu problema? Hace unos días no estabas así. 

──Solo sal de aquí, Ko. Estoy ocupado. 

──¡Bien!

Salí, azotando la puerta tras de mí, y me senté en uno de los asientos de la parte delantera. 

──No es importante ahora... idiota.

Suspiré y abroché mi cinturón de seguridad, después de unos minutos, Minho se sentó a mi lado, con el cachorrito de Hyunjin en sus brazos. 

──Hola, Soonie. 

──Ah, hola, Min. ¿Qué pasa? 

──Felix está preparando la comida, los demás están en sus asientos, descansando. ¿Cómo te sientes? 

──Pff, perfecta, casi muero, otra vez. ¿Pero no es eso lo normal ahora?

Ambos reímos. Era básicamente nuestro método para afrontar estas situaciones. Ahora evitando el tema, observé a la bola de pelo cómodamente acostada en sus piernas.

survivors ─── bangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora