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No me tomo mucho tiempo cruzar de un edificio al otro y llegar hasta la alberca. Logré ver al rubio sentado en las gradas junto a Changbin, ambos estaban bebiendo. 

──Chicos...

──Hey, Yeon.

El de mechitas me saludó, tan sonriente como acostumbraba a ser en medio de toda esta situación, mientras que el mayor se limitó a mirarme por algunos segundos, para luego fijar su vista nuevamente en el agua cristalina. 

──¿Qué están haciendo? 

──Nada, solo bebemos, ¿te unes? 

──No, gracias, Bin. 

Nadie habló.

Estar cerca de Christopher últimamente era muy incómodo, desde su cambió repentino de humor lo había sentido distante, y me enojaba no encontrar una razón lógica para ello. 

──¿Saben una cosa? Podría cortar con tijeras la tensión que se traen ustedes dos, y esto está arruinando mi buen humor, así que me largo.

Changbin se levantó de su asiento y antes de irse, nos lanzó una ultima mirada por encima del hombro, refunfuñando por lo bajo. 

──Por esto y otras cosas no tengo pareja, demonios. 

Salió del edificio. Chris y yo nos quedamos en silencio, sin saber que decir.

──Lo siento ─soltamos al unísono. 

Nos miramos, y por primera vez en días, él volvió a sonreír para mí.

──Dime por qué.

──Te diré si me acompañas. 

──¿A dónde? 

El mayor tomó mi mano y bajamos de las gradas, nos detuvimos frente al andén. Eso no me daba buena espina.

──No me vas a tirar, ¿verdad? 

──Claro que lo haré, te lo mereces. 

Me tomó por los hombros y me colocó en la orilla de la alberca. 

──Christopher, mi ropa está en el edificio.

──Lo sé. 

──No lo hagas, o te llevaré conmigo. 

──Está bien, vamos juntos.

Suspiré, finalmente vencida y le sonreí.

──Te quiero, idiota.

De pronto, el rubio me soltó, dejándome caer al agua, que por cierto; estaba heladísima. Rápidamente salí a la superficie y llevé mi cabello húmedo tras mis orejas, mientras trataba de mantenerme a flota en la inmensa alberca. 

──¡Christopher! 

Él se carcajeó sonoramente, una risa de verdad, y se acercó a la orilla. Casi había olvidado lo mucho que me gustaba su risa.

──¿Te diviertes, bonita? 

Bonita. 

──El agua está fría...

El mayor me sonrió, al tiempo que se deshacía de su camisa, dejando al descubierto su abdomen y sus brazos musculosos. Desvíe mi mirada en dirección al agua, mientras mordía levemente mi labio inferior, intentando con todas mis fuerzas no quedar como una completa hormonal frente a un chico totalmente atractivo. 

──¿Qué haces, tonto? 

──Aléjate un poco.

Nadé más lejos de la orilla, y observé con atención cada uno de sus movimientos. 

survivors ─── bangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora