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El mayor me miró de reojo, le devolví la mirada. Entendí perfectamente lo que intentó decirme. Giramos lentamente, era un chico, cabello castaño, delgado, casi de uno setenta. No muy amenazante, a decir verdad. 

──Dejen toda la comida donde la encontraron, o voy a dejar sus cuerpos como...

Chris le golpeó el rostro y una bala salió disparada del arma del chico, por suerte solo le dio a una ventana.

En un reflejo, el castaño me tomó del tobillo y caí al suelo, a su lado. Colocó una navaja en mi cuello y me obligó a ponerme de pie nuevamente, antes de que pudiese apartarme de sus brazos. El rubio se quedó estático. 

──Muévete y déjame salir, o la hermosa dama muere. No creo que quieras que tu noviecita tenga un gran corte que haga resaltar el bonito collar que acabas de darle.

──So-yeon... ─Chris me observó, desesperado, extendiendo su mano en mi dirección. Podía ver la ira brillando en sus ojos, pero su miedo a que yo saliera lastimada era mayor. 

No podía articular palabra alguna, ese idiota me estaba sujetando muy fuerte, y Chris ya lo había notado.

──Suéltala ya mismo, o juro que voy a golpearte hasta que me sangren los nudillos. Y si le haces daño a mi chica, te colgaré de una maldita soga, imbécil.

──Yo creo que no, muchas gracias...

Cerré los ojos, ya no podía respirar, en cualquier momento caería inconsciente al suelo ante la falta de aire. Entonces, de la nada, el chico por fin me soltó.

Mis rodillas impactaron en el suelo helado y comencé a toser, lagrimas recorrían mis mejillas involuntariamente. Chris corrió hacia mí y tomó mi nuca con una de sus manos, con la otra, sujetaba mi cintura.

──¡So-yeon! Contéstame, bonita, por favor.

──Chris...

Levanté la mirada y vi a todos los chicos. Minho llevaba en sus manos una pistola, él había golpeado al castaño con la punta del arma, dejándolo inconsciente.

──¡So-yeon!

Gritaron todos al mismo tiempo, corriendo hacia mí, seguido de esto, el pelinegro me cargó en su espalda, arrebatándome de los brazos del mayor y saliendo del lugar, dirigiéndonos al auto. Al llegar, Min me recostó sobre el asiento y me abrazó.

──¿Estás bien, So? ──podía notar la sincera preocupación en su voz.

──Sí, Min, solo me tomó desprevenida. Gracias...

A lo lejos, vimos a Felix y a Changbin sujetando a Chris, rápidamente Minho salió corriendo del auto, con esfuerzo, me levanté y corrí detrás de él.

──¿Qué diablos está pasando?

El castaño que anteriormente nos atacó a Chris y a mí, estaba tumbado en el suelo, respirando con dificultad, con sangre en la nariz y el labio roto, mientras que el rubio tenía lo que parecía ser la sangre del chico en sus nudillos. Respiraba agitado, apretando los puños.

──Te advertí que si no la soltabas, iba a golpearte. ¡Te lo advertí, maldita sea!

──Cálmate, hermano, no es el momento ─murmuró Bin, intentando tranquilizarlo.

Minho esposó al chico y lo subió a la gran camioneta de Hyunjin, sujetándolo a varias cadenas, para que no pudiera soltarse.

──Chris... estoy bien, no fue nada, ¿sí? ─me acerqué al mayor y acomode un mechón rebelde de cabello rubio alborotado por la pelea─ Cálmate.

──Es un idiota, So-yeon, un maldito idiota ─murmuró, con ira, observando en dirección a la camioneta─. Él te lastimó.

──Ya, está bien, lo sé.

Tomé a Chris de los hombros y este me envolvió en un abrazo, el cual fue interrumpido por el llamado de Minho.

──So-yeon, Bang, ¿estamos listos para volver a la carretera?

──Sí, ya tomamos todo lo necesario.

──Bien, es hora de volver a los autos ─el pelinegro se dio media vuelta dispuesto a marcharse, pero se devolvió enseguida─. Por cierto, ¿llevan comida para perro?

Chris y yo nos miramos sorprendidos, ¿perro?

──Olvidé decirlo... Hyunjin rescató al cachorro del zoológico. So-yeon, ¿podemos llevarlo? Lo tiene Jeongin en la parte de atrás de la camioneta, está dormido.

¿Cómo es que no me había dado cuenta antes?

──Claro que sí, Min, fue muy dulce que lo salvarán. Tomaré varios sobres, no te preocupes.

Chris me acompañó rápidamente por los sobres de comida para el nuevo cachorro del azabache. Luego regresamos corriendo a los autos.

Habíamos acordado que llevaríamos al chico con nosotros, para sacarle información. Cedí a llevarlo, pero lo mantendría lejos de Christopher ─era claro que él solo quería terminar de golpearlo─. Después de todo, ese chico también era un sobreviviente, justo como nosotros.

[...]

Ya estaba atardeciendo, no faltaba mucho para que anocheciera.

Nuestra primera parada era Seúl. De Busan a Seúl tardaríamos de 2 a 3 horas en auto, dependiendo de la velocidad en la que viajáramos. Ya llevábamos un rato en carretera, así que no debía faltar mucho más.

──Minho, tenemos que parar en Seúl para descansar. ¿Hyunjin tiene la radio de comunicación que te di?

──Sí. Dile que vamos a descansar en la entrada de la ciudad, llegaremos en aproximadamente 40 minutos.

Busqué en mi mochila la pequeña radio, Chris se acercó a mí, para escuchar la conversación.

──Hyunjin, habla So-yeon, ¿me escuchas?

──Te escucho, ¿sucede algo?

──Vamos a parar a descansar en la entrada de Seúl, pasaremos la noche allí y continuaremos el viaje mañana por la mañana, ¿de acuerdo? Avísale a los demás.

──Claro, adiós.

──Adiós.

Devolví la radio a mi maleta y miré a Chris.

──¿Exactamente que es lo que planeas hacer con ese chico?

──Solo... sacar información ─el rubio sonrío con inocencia─. Ver si él sabe algo que nosotros no, o algo así, ya sabes. 

──Claro... ─murmuré, dejando escapar una leve risa. Eso no se lo creía ni él─ Minho, ¿cómo llegaremos a Los Ángeles? Solo hay dos opciones para llegar hasta allá, en avión, o en barco, y no creo que alguno sepa manejar un barco.

──No, pero sí un avión.

──¿Sabes manejar un avión, Bang? ─Minho miró burlesco a Chris por el retrovisor.

──Algo así, mi padre fue piloto por un tiempo en Australia. Puedo mantenernos en el aire, por lo menos con lo básico.

──Asegúrate de no matarnos entonces, Christopher.

──En tal caso, solo a ti, idiota ─murmuró, con una sonrisa.

──Veté al infierno.

──Solo si tú vas primero.

Era claro que, con ese par cerca, jamás iba a estar aburrida.

survivors ─── bangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora