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──Bien, no estamos para juegos, ahora habla. 

Minho estaba sentado sobre uno de los escritorios, con una pierna sobre la otra, las manos cruzadas y un semblante serio. Chris y yo estábamos de lados opuestos a Minho, mientras que Changbin y Jeongin se encontraban en la entrada de la oficina, atentos a cualquier movimiento del azabache.

Chris lo había amarrado a una silla, con una de las esposas que nos encontramos por ahí, no queríamos correr ningún tipo de riesgos.

──Ya se los dije, maldita sea, deberían agradecerme en lugar de atarme. Tenemos que salir de aquí. Corea ya no es segura, mucho menos las ciudades.

Su pecho sobresalía, estaba molesto, incluso nos miraba con desprecio.

──¿Por qué deberíamos salir? ¿Quién vendría por nosotros? ─cuestionó Jeongin y corrigió su postura.

──No tardarán mucho en venir por nosotros, no sólo por ustedes, si no por mí.

──¿Quién? Todos están muertos ─espetó Changbin, con una sonrisa burlesca.

──Oh, estás muy equivocado, ¿crees que todo esto del virus sólo fue un accidente? El gobierno lo hizo todo a propósito, y varias personas encargadas del proyecto están aisladas y tienen la cura, ¿sabes por qué van a venir por ti? Para utilizar tu cuerpo como conejillo de indias.

Recordé entonces lo que Minho me había dicho cuando me encontró. Todos nos miramos sorprendidos, el ambiente se tensó, tal vez él tuviese razón y debíamos salir de allí. Chris caminó hasta el chico y se paro frente a él.

──Soy Christopher Bang. ¿Cuál es tu nombre? 

──Hwang Hyunjin, ahora, ex-convicto ─en sus labios se formó una sonrisa torcida.

──¿Y por qué estabas en prisión?

──Robo de identidad, falsificación de documentos, lavado de dinero. Uhm, nada importante. ¿Ustedes? 

Carajo, ¿con qué tipo de gente llegué a parar?

──Lee Minho, ex-policía, así que debería volver a encerrarte ahora mismo, pero necesitamos más en nuestro equipo. 

──¿Qué equipo?

──Somos sobrevivientes, ahora eres uno de nosotros, nos ayudaremos mutuamente ─agregué con una sonrisa. 

El chico alzó su mirada en mi dirección y me dedicó una media sonrisa.

──¿Cuál es tu nombre, princesa? ─levantó una de sus cejas, Chris lo miró serio, al igual que Minho.

──Ko So-yeon, estudiante de psicología en la universidad. 

Seguido de esto, le di una rápida mirada a nuestro pequeño grupo.

──Yang Jeongin, bailarín nocturno. 

──Seo Changbin, mecánico. 

──Muy bien, ahora que todos nos presentamos; vuelve a tu celda ─le ordenó Minho, con el ceño fruncido.

Hyunjin suspiró y le mostró el dedo medio, mientras Chris le quitaba las esposas, para después volver a ingresar en la celda. 

──¿Cuánto más estaré encerrado? Llevo aquí tres malditos días sin hablar con nadie y estoy sobreviviendo con barritas de cereal ─golpeó con su puño uno de los tubos de metal y se recostó sobre la cama. 

──No saldrás hasta que confiemos en ti ─respondió Minho─. So-yeon, si vas a ducharte, sube y hazlo, yo me quedaré aquí cuidando.

Chris y Minho se quedaron sentados en la oficina fuera de la celda de Hyunjin. Bin y Jeongin bajaron al primer piso para descansar. 

──Bien, gracias, chicos.

Subí al tercer piso, cerré la puerta de los baños y comencé a quitar mi ropa, entré a las duchas y deje caer el agua sobre mi cuerpo. Tenía algunas heridas y raspones, así que con el tacto del agua, mi piel ardía y dolía un poco. 

──Mierda... ─miré mi pierna, un pequeño trozo de cristal, en la explosión de la tienda de 24 horas se había encajado ahí, lo saqué con cuidado y enjuague la zona.

──So-yeon, ¿estás bien? ¿Necesitas algo?

──Estoy bien, Chris. Solo fue un raspón.

──Bien ─escuché como salió de los baños.

Después de ducharme, salí a los espejos y coloqué una toalla en mi cabello, mientras me colocaba la ropa que había traído de mi casa. 

Al terminar, tomé mis cosas y pasé por la celda de Hyunjin, los chicos ya se había ido. Entonces recordé que en mi bolsa llevaba un contenedor con kimchi, estaba en el refrigerador, recordaba haberlo hecho para la cena el día de la fiesta, así que aún servía. 

──Hwang, ten ─le extendí el recipiente, él se paro rápidamente y me agradeció, para después tomarlo. 

──Gracias, princesa, eres la única decente entre todo este grupo de idiotas. 

──Solo están asustados, no es fácil estar en una situación así. ¿Tu cama es cómoda? Tengo algunas mantas allá abajo, puedo traerte una. 

──Meh, está bien, gracias ──hizo un gesto con la mano, restándole importancia─. Ahora, dime ¿cuál de los dos es tu novio? 

──¿Perdona? ─lo miré confundida y me senté frente a la celda. 

──Esos idiotas, creo que sus nombres eran... ¿Christopher y Minho?

──Oh no, no, ninguno.

──No lo parece, ambos te miran como dos perros a un hueso. 

──So-yeon, regresa abajo.

Minho apareció detrás de mí, antes de que pudiera responder. 

──Cómo sea, piensa lo que quieras, Hwang. 

El azabache sonrió con satisfacción al ver al pelinegro posarse junto a mí. 

──Adiós, Ko ─se despidió, mientras metía un poco de comida a su boca. Minho paso su brazo por mis hombros y bajamos juntos. 

──¡So-yeon! ¿Estás lista para emborracharte? ─Chris se acercó a mí sonriendo ladino y me tomó de la mano, apartándome de Minho.

──Yo sí, ¿qué tal ustedes? 

──¡Por el fin del mundo! ─gritó Changbin.

──¡Por el fin del mundo!

survivors ─── bangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora