La neblina era cada vez más densa y ni hablar de la lluvia. La visibilidad del camino se hacía cada vez menor, hasta el punto en el que no alcanzábamos a ver, ni siquiera, las luces de la camioneta.
──Chicos, lo siento, pero no podemos continuar manejando en estas condiciones.
Minho estacionó el vehículo junto a la carretera, tan escondido como fue le posible, y seguido de esto, se acurrucó como pudo en su asiento, cubriéndose con la manta que tenía tendida en el asiento junto a él.
Al igual que el pelinegro, todos sacamos algunas frazadas y nos cubrimos con ellas, incluso tomamos un poco de café, que lamentablemente, ya estaba frío también.
Estábamos en total silencio, pero lo que parecía ser un ladrido llamó nuestra atención.
──¿Escucharon eso?
El sonido se hizo presente por segunda vez, ahora podía oírse más claramente que la anterior.
──Es un perro...
Hyunjin comenzó a ponerse nervioso, todos lo miramos esperando una explicación, incluso Felix, quien ya se encontraba un poco mejor, extremadamente drogado a causa de los medicamentos, pero mejor a fin de cuentas.
──Hyunjin... ¿dónde está Kkami?
Después de haber llegado a Pekín en el avión y tenerlo con nosotros por un tiempo en el campus, habíamos acordado dejarlo libre. Era demasiada responsabilidad, y sinceramente, me sentiría horrible si él llegaba a encariñarse demasiado y algo le pasaba por mi culpa.
Pero al parecer Hyunjin no respetó nuestro trato.
──Lo siento...
Abrió una de las maletas y sacó al pequeño cachorro de esta, el cual estaba durmiendo, bien escondido entre varias cobijas pequeñas y un peluche.
──No quería dejarlo... ¡además le pusiste nombre! ¿Cómo se suponía que lo dejara a su suerte?
Pasé la mano por sobre mi rostro con frustración y después miré a la bola de pelo. Estaba dentro del maletín, pero ahora, en los brazos de Hyunjin, descansando plácidamente. Él tenía razón, no podría haberlo abandonado allí.
El frío estaba aumentando cada vez más, y aunque estábamos dentro del el auto, no conseguíamos entrar en calor. Todos estábamos agotados, ya eran más de las dos de la madrugada.
[...]
──¡Sujétenla!
Los enfermeros aumentaron la fuerza, con ayuda de correas sujetaron a la pelinegra a una de las camillas en la habitación, intentando amarrarla para así introducir otro experimento en ella, o como ellos preferían llamarle, "vacuna 19-7".
El séptimo intento de vacuna curativa, combativa al teka-19.
──¡Basta, ya déjenme! ─Ryujin luchó inútilmente contra el amarré de las correas─ Por favor, ya no puedo más...
A pesar de las incesantes suplicas y desesperados gritos de la joven, los doctores que se encontraban a su alrededor hicieron caso omiso. Esos malditos estaban dispuestos a terminar su trabajo.
──Estoy cansada, por favor, basta ─la voz de la pelinegra parecía ser solo un susurro.
Todos llevaban voluminosos trajes especiales, no querían terminar perjudicados de ser que la vacuna tuviese un efecto negativo en el ser humano.
──Por favor, no de nuevo, por favor... deténganse ─suplicó, casi sin aliento.
Uno de los doctores principales tomó entre sus manos una de las muestras del líquido grisáceo, para después introducirlo en una de las jeringas que se encontraban a su disposición.
──No te preocupes, M-48, no te va a doler.
La pelinegra logró ver una grieta dentro de una de las cintas de cuero que la tenían sujeta a la camilla. Tomó aire antes de jalar su tobillo con fuerza, logrando romper el cuero por completo, y tirando a uno de los enfermeros al suelo, con las muestras de la vacuna junto a él.
El vidrio de los recipientes en los que venía la vacuna se rompió en pedazos, llegando al traje del enfermero que cayó al suelo. Estos lograron atravesar el traje y varias partes de la piel del chico.
Segundos después, la piel del joven comenzó a tornarse blanca con tonalidades moradas, como hematomas, el chico no tardó en comenzar a gritar por auxilio y retorcerse en el suelo, aparentemente por el dolor.
Ryujin estaba muy asustada, esa pudo haber sido ella, y claramente, Soobin no estaría ahí para salvarla, no esta vez.
Varios doctores y uniformados entraron repentinamente a la habitación, tomaron al chico y lo sacaron de allí con rapidez, agitado y aún gritando.
──La vacuna 19-7, séptimo intento del gobierno Chino en colaboración a Corea del Sur, ha fallado nuevamente, seguiremos en busca de una solución.
El hombre miró a la pelinegra, quien temblaba de forma casi imperceptible. La chica no iba a permitir que esos idiotas llegaran a verla en su estado más vulnerable, ya no.
──Gracias por tu ayuda, M-48.
Todos salieron de la habitación, dejando a Ryujin y tres enfermeros en ella. Los mismos enfermeros tomaron a la joven, quien todavía se encontraba anonadada con la horrible escena anterior, y la llevaron a su celda.
Los enfermeros se marcharon, y Soobin no dudo en acercarse prácticamente corriendo a la menor.
──¿Estás bien, Jinnie? ¿Te lastimaron demasiado?
──Sigo estoy con vida. Supongo que eso ya es algo...
──¡Noona!
El chico corrió hacia la mayor y la abrazó con fuerza, deseando no tener que soltarla jamás. Realmente la había extrañado, pues ella había cuidado de él durante esas últimas semanas de horrible infierno.
──Ya pasó, tranquilo, cariño.
──Tengo miedo...
Entristecida por la declaración del menor, Ryujin lo abrazó aun más fuerte, negándose rotundamente a permitir que aquel chico se quebrase en sus brazos. La pelinegra realmente deseo poder consolarlo.
──Vamos a salir de aquí, Yang Jungwon, te lo prometo. No dejaré que te hagan más daño.
El menor acepto el abrazo gustoso, refugiándose en el calor de su compañera, aferrándose a ella como si sintiera que en cualquiera momento podría perderla.
Pero Ryujin jamás rompía una promesa. No importaba cuando costará, ella cumpliría su palabra.
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survivors ─── bangchan
Fanfictionun agresivo virus causa múltiples infecciones y muertes masivas. los pocos sobrevivientes deben arreglárselas para mantenerse en pie frente a un nuevo mundo lleno de caos, destrucción y secretos. * bangchan + fem oc * lee minho...