030

647 52 81
                                    

11:06 p.m

Habíamos decidido marcharnos temporalmente del lugar, claramente no seríamos tan estúpidos como para quedarnos tan cerca de la base. Estaríamos expuestos, y esos malditos agentes podrían atraparnos en cualquier momento.

Luego de conducir por varias horas, encontramos un buen lugar para pasar la noche, un edificio pequeño de 5 pisos. Nos ocupamos de revisar muy bien todo antes de instarnos. No estaba en muy buenas condiciones, pero logramos encontrar algunos colchones y aún cargábamos mantas en la camioneta, esa era nuestra mejor opción por el momento.

──Realmente estaba muy preocupado por ti ─confesó el rubio─, cuando Sunoo nos dijo que desapareciste... no lo sé, sentí que me volvería loco si no regresabas.

Chris estaba sentado a mi lado, nos habíamos instalado rápidamente y subimos juntos a la azotea. Observé por algunos segundos la luna antes de girarme hacia él, esa noche brillaba más de lo usual.

──Estaba asustada. Creí que me habían abandonado y entré en pánico, no podía respirar...

El mayor le dio un apretón suave a mi mano entrelazada a la suya, a modo de apoyo. Notó que estaba volviendo a ponerme ansiosa.

──No sabía si volverías por mí.

──¿Lo dudaste? ─cuando su mirada chocó con la mía, contuve el aliento por unos segundos─ ¿Acaso olvidaste mi promesa? Cuando fuimos a tu casa, te prometí que nada malo te pasaría mientras yo pudiera evitarlo.

Sonreí, sintiendo el rostro húmedo. Estaba llorando otra vez.

──Gracias por volver.

──Lo haré siempre que me lo permitas. No voy a dejarte sola, a menos que seas tú misma quien me lo pida, bonita.

Chris tenía la increíble capacidad de volverme extremadamente estúpida con realmente poco, tanto, que temía llegar a enloquecer por su cercanía.

Mi nerviosismo no pasó desapercibido para él, pues luego de sonreír ampliamente, acarició mi mejilla dulcemente, acercándose todavía más.

──Realmente quiero besarte...

──¿Qué te detiene?

El mayor limpió las lágrimas ya un poco secas que continuaban rondando por mi rostro con su mano libre, para luego acortar la distancia y darme un cálido beso. Sus labios sobre los míos una vez más.

No habíamos vuelto a besarnos desde la alberca.

Fue un beso dulce y calmado, lleno de alivio y afecto. Nos separamos lentamente luego de unos breves minutos, pero no fue incomodo, pues él ya no temía que lo rechazara. Apoyó su cabeza en mi hombro y observamos juntos el cielo estrellado, disfrutando de nuestro último momento de calma antes de la tormenta.

[...]

Nuevamente nos encontrábamos todos juntos, en uno de los departamentos del penúltimo piso, discutiendo sobre lo que deberíamos hacer a continuación. Ryujin, Changbin y los niños se habían tomado su tiempo para ponerme al tanto de todo lo que había ocurrido en mi ausencia.

──Tenemos que regresar, ya mismo.

──Claro que regresaremos, te prometo que lo haremos, pero primero necesitamos un plan. No es como que podamos irrumpir en una base militar de la noche a la mañana, Jeongin.

Lo que Minho decía tenía sentido, por supuesto que lo tenía, y el menor lo sabía, pero la conmoción del pelirrojo era mayor que su razón.

survivors ─── bangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora