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Pasábamos entre los autos y callejones cautelosamente. Había mucha basura en el pavimento y los edificios estaban abandonados, o en su mayoría, derrumbados. Desde el suelo se podían observar las ventanas rotas de los edificios altos, entre algunos salía humo.

──So-yeon... ─Changbin me metió dentro de una tienda, Jeongin entró junto a nosotros y nos escondimos detrás del mostrador.

──Claro, ya sabes, salva a la chica y yo me voy al carajo a arreglármelas solo. Muchas gracias, Seo ─reprochó el menor, mientras recuperaba el aliento y miraba enojado al de mechitas.

──Lo siento.

Ambos intercambiaron una breve mirada antes de continuar.

──¿De qué nos escondemos?

──Afuera, en ese edificio, ¿lo ven?

Jeongin y yo buscamos el punto al que se refería Changbin, pero ninguno vio nada.

──Solo veo escombro, ya vámonos ─murmuró Jeongin, para luego salir de nuestro escondite y comenzar a caminar.

Una vez Jeongin se alejó, me giré hacia Changbin.

──¿Qué fue lo que viste, Bin?

──Olvídalo... creo que solo fue mi imaginación.

Ojalá haber sabido en ese momento que no había sido solamente eso.

──¿Estás seguro?

──Sí, ya vámonos. No dejemos a los idiotas de Minho y Bang solos mucho tiempo, seguro se matan.

Reí ante las palabras de Changbin y continuamos caminando durante varios minutos. Afuera de la tienda nos esperaba Jeongin con el arma, aunque torpemente sujeta, cargada y atento a cualquier movimiento sospechoso que ocurriese a nuestro alrededor.

──¿Cuánto falta? 

──Poco, es como a a dos calles de aquí.

──Bien.

Al llegar, Jeongin y Changbin llenaron los galones con combustible, mientras que yo aproveché para ir la tienda de 24 horas. La puerta estaba cerrada, así que rompí el vidrio de la ventana lo más rápido que pude con mi arma.

──¡So-yeon! ──gritaron al unísono con preocupación.

──¡Estoy bien! Solo voy a entrar a la tienda por algunas cosas.

──Grita si necesitas ayuda ─me indicó Changbin, yo asentí.

Entré y comencé a tomar todo lo que pudiese resultarnos útil. Luego de un rato, mis mochilas estuvieron llenas con medicamentos, provisiones y algunas cosas para no aburrirnos, además de comida chatarra y más botellas de soju. Además de lo anterior, también quise tomar ropa para todos. Empaqué de diferentes tallas, pues no conocía las tallas exactas de los chicos.

Cuando estaba a punto de salir de la tienda, Changbin me hizo señas para que me quedara quieta. Jeongin apuntó con su dedo anular a la carretera que quedaba justo al lado de la gasolinera, justo allí habían varias de esas cosas, cuerpos infectados del Teka-19.

──¿Qué vas a hacer? ─preguntó el pelirrojo, sin salir de su escondite.

Esperé unos segundos para intentar salir, pero la ventana por la que había entrado antes, ahora estaba bloqueada por los zombies, me oculté detrás de un estante y busqué una manera más rápida de salir. 

No había mucho tiempo, pero debía preparar algo en caso de que corriera peligro y el plan no saliera bien.

──Veamos...

survivors ─── bangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora