Capitulo 13

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13. Secuestros.

No jugaba, basta de juegos ¿cómo iba a estar jugando con alguien que no siento nada? Solo quería recuperar a Tomás, quería revivir lo y cuando lo hiciera me aclararía todo, sería como limpiarse la cabeza después de una semana sin bañarse, solo me importaba resucitar a Tomás, el resto de las personas que me rodeaban solo eran personas, a la cuales quería pero en ese momento eran solo personas que me ayudaban a buscar la salvación de Tomás, seguía teniendo la esperanza de encontrarle ¿qué iba a hacer cuando le vea? ¿iba a abrazarle o besarle? Tenía que pensarlo porque iba a encontrarle y tenía que estar preparada para lo que iba a hacer ese día. Caminando por la calle mientras pensaba en esas cosas ¿quien iba a decir hace doscientos años que estaría caminando por la calle pensando como salvar a mi amigo muerto? Sonreí libremente al escuchar esas palabras retumbar en mi cabeza. Seguí caminando mientras iba pateando un cartón de jugo que estaba en el suelo, peiné mi cabello que se estaba moviendo con el fuerte viento que había. Sentí que alguien me estaba siguiendo así que me pausé para girarme y observar mi alrededor, no había nadie atrás mio lo que me pareció bastante extraño, me volví a girar para seguir mi camino y en el momento en el que giré mi rostro un palo golpeó mi cabeza. Desperté con un dolor demasiado fuerte en la cabeza, en esos momento eran los que odiaba ser una humana, me sentía frágil, toqué mi frente con dolor y al volver mi mano a mis ojos vi que estaba sangrando, suspiré. Tenía el cuerpo atado con cadenas de oro a una cañería cercana a mi, forcejeé pero no pude separarme de las cadenas que me tenían retenida. Observé a mi al rededor para buscar a la persona que me tenía retenida en ese espacio sucio y repugnante, lo mas normal era fijarse en que iba a morir pero la suciedad era tan excesiva que solo miraba las pilas de basura al frente mio.

-¿Hola?- grité esperando que alguien me respondiera- ¿por qué no se un hechizo de liberarme de cadenas de oro?- reí.

-Buenos días- entró una mujer vestida de cuero con bolsillos pegados en los pantalones y en ellos estacas con punta afilada- creí que no ibas a despertar.

-¿Quien eres?- pregunté.

-Un caza vampiros- sonrió- no llevo las estacas por moda.

-¿Y qué se supone que hago aquí?- suspiré.

-Bueno, voy a drena tu sangre- sonrió- a un hospital, para salvar vidas- me fijé en que cogió un tubo de plástico en el cual al final llevaba una aguja.

-Odio las agujas- sonreí mientras observaba como se acercaba a mi golpeando la aguja con su uña.

-Será solo un pinchazo- se arrodilló frente a mi.

-No lo entiendes, no soy...- dio un fuerte pinchazo con la aguja en mi brazo, sin dejar que acabara mi frase.

-Tal vez te dará un poco de sueño- comencé a ver su imagen borrosa, todo se movía a mi al rededor mientras yo me quedaba tumbada en el suelo- tiene veneno para vampiros- me concentré en su cara mientras la miraba con algo de odio, seguía viendo todo distorsionado y la única solución que encontré fue cerrar los ojos. No tuve conciencia de cuanto tiempo había pasado pero conseguí abrir los ojos para encontrarme con esa mujer observando un balde lleno de mi sangre, una vez lleno lo sacó y volvió a colocar otro.

-Por favor...- conseguí pronunciar mientras la imagen de ella observándome se volvía cada vez mas borrosa, moví mi cabeza para fijarme en que el brazo que no estaba "donando" sangre estaba atado a la cañería, sonreí algo molesta por lo que me estaba pasando- no te...- tragué saliva costosamente- no te servirá.

-¿De qué hablas?- se acercó a mi para luego arrodillarse al lado mio.

-Esa...- señalé la sangre- mi sangre...- tomé aire y miré nuevamente lo que me rodeaba que cada vez se volvía mas borroso- no es... no es...- todo comenzó a girar al rededor nuevamente, miré a la chica la cual estaba al lado del balde con sangre, que aún sabía como había llegado a ese lugar en un segundo, estaba sonriendo victoriosamente mientras cambiaba el balde y colocaba otro, y ala vez negaba con la cabeza- no soy un vampiro- conseguí pronunciar secamente.

Recuerdos del único amor III: Resurrección.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora