Capitulo 11

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11. Cansada.

Estábamos en peligro, por lo menos lo estaba Jenny que era la única vampiro. Debíamos entrenarnos mas todavía, yo por lo menos debía entrenarme y también Jenny que era a la primera que irían a buscar. Comencé a correr mientras iba tras de mi, di un giro y le pegué un puñetazo en el estómago haciendo que caiga al suelo con gesto de dolor. Sonreí y seguí corriendo, solté un hechizo pero él logró esquivarlo así que solo me limité a correr, me detuve un segundo a respirar y seguidamente me metí en un gran campo donde practicaba con Taylor, al girarme él estaba atrás así que como auto reflejo le pegué una patada en la pierna haciendo que caiga al suelo y se golpeara en la cabeza, se levantó mientras yo me colocaba en posición de ataque para poder contraatacar su patada que en ese momento e dirigía a mi rostro, consiguió llegar la patada haciendo que llegue al otro lado del campo, y golpeándome con un árbol. Toqué mi rostro y cabeza con gesto de dolor por el golpe que recibí. Lancé uno de los hechizos que había aprendido con Taylor haciendo que mi enemigo se estrellara con una roca cercana, creí haberle herido así qué me acerqué a él preocupada por haberlo matado. Cuando me acerqué a la roca él no estaba, miré a todo mi alrededor pero no había nadie, de pronto alguien tapó mi nariz y me introdujo dentro del bosque que me encontraba hace unos minutos.

-¿Qué haces en mi entrenamiento?- pregunté furiosa.

-No te enojes, princesa- sonrió- vine para salvarte de tu entrenamiento.

-¿Por qué salvarme?- sonreí burlesca.

-Vamos- sonrió- no me dirás que te divierte ser perseguida por un viejo aburrido ¿o si?

-Bueno... yo...- pausé- ¿dónde vamos?- sonreí.

-Bien- hizo un gesto de victoria- ¿dónde quieres ir?

-No lo sé- me encogí de hombros.

-¿Te apetece ir a nadar un poco?- sonrió.

-¿A qué esperamos?

Me subí a su coche que aún no había devuelto, solo sonreí al ver que lo trataba como si fuera su coche. Conducimos un par de horas hablando de tonterías y riendo de ellas hasta que por fin llegamos a la playa. La arena era blanca, hace mas de un siglo que no iba a la playa, cada ola daba un pequeño golpe en las piedras de la orilla haciendo que el agua volara por los aires. Me saqué las zapatillas y los calcetines, hundí mis pies en la arena tibia que me rodeaba, seguidamente me senté en la arena junto a Taylor.

-Es hermoso- sonreí.

-¿Nos bañamos?- propuso.

-¿Qué?- me alarme- no tengo bañador.

-¿Crees que es necesario?- sonrió y se sacó la camisa- yo voy.

-Pero...- sonreí y me saqué la camiseta junto con los pantalones para quedar en ropa interior. Comencé a correr con la brisa peinando mi cabello y con la arena saltando a cada paso que daba, haciendo que se golpee con mi pierna.

-¡Vamos, princesa!- dijo mientras se tiraba al agua.

Me detuve frente al agua, hace tanto que no me sumergía en agua salada que me parecía extraño, una pequeña ola hizo que el agua mojara mis pies provocándome un escalofrío de lo fría que estaba el agua.

-¡Está helada!- le grité a Taylor el cual estaba en lo hondo.

-¡No seas cobarde!- sonrió. En un segundo estuvo atrás mio y me tomó en brazos como si fuera un bebe, me mojaba con su cuerpo que aún estaba mojado y su pecho frío. Comenzó a correr para que me mojara yo. Se metió al agua conmigo hasta llegar a un lugar profundo para soltarme al fin, metí mi cabeza en el agua helada y en el momento de sacarla comencé a tiritar. Como si fuera pequeña Taylor me empezó a abrazar y a susurrar cosas que no comprendía por estar tiritando.

Recuerdos del único amor III: Resurrección.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora