Recuerdos del único amor III: Resurrección.

Capitulo 29

29.Resurrección.

No había respuesta a mis fuertes llamados, no dejaba de gritar su nombre y me aterraba que se acabara el tiempo y que no haya servido de nada. No sabía cuanto tiempo estaría ahí antes de que el portal se cierre y no quería perder todo lo que había echo hasta ahora. Todo estaba oscuro y reflejaba terror, tristeza y todo los sinónimos posibles de esas palabras ¿aquí había estado Tomás todo el tiempo? Observar el lugar solo hacia que me sintiera mas culpable de lo que me sentía, aún que ese sentimiento había desaparecido desde que Taylor llegó a mi vida, y a pesar de todo no podía negar que sentía cosas por él. Jaison solo gritaba el nombre de su hermano desesperado esperando respuesta pero no sabíamos cuan grande era ese lugar ¿y si tenía muchos kilómetros? Jamás le encontraríamos. No podía rendirme ahora, había llegado hasta ahí por algo así que era ahora o nunca, esperaba que fuer ahora. Anne imitaba los gestos y gritos de Jaison, mientras Matt intentaba buscar las cosas necesarias para hacer un hechizo localizador, Jenny solo miraba a Taylor algo entristecida. Seguí su mirada hasta llegar a Taylor quien observaba todo el bosque en busca de respuestas seguro preguntándose donde estaría su hermana, la cual llevaba buscando tanto tiempo.

-¡Tomás!- gritaba Jaison- ¡vuelve, hermano!- volvía a gritar.

-Me da tanta pena- comentó Jenny cerca mio.

-¿El qué?- pregunté alzando una ceja siguiendo su mirada hasta Taylor.

-Taylor- me miró al fin- buscando a su hermana muerta- pausó y volvió a mirarle- sabiendo que es posible no verla pero aún así tiene esperanzas.

-Es lo mas serio que te he oído decir- sonreí.

-Supongo que este lugar te cambia- pausó y me miró- por cierto, ¿dónde estamos?

-Parece el infierno- dijo Anne.

-He estado ahí- comentó Jaison aún observando el lugar- y no se asemeja a esto- nos miró uno a uno.

-¿Sabes que no hay solo un infierno?- habló Jenny.

-Lo se, pero aún que hayan miles no he oído hablar de ninguno así- alzó una ceja sorprendido por el comentario de Jenny- ¿desde cuando eres tan inteligente?

-Siempre lo he sido- sonrió inocente- solo no se daban cuenta.

-¿Cuando eras mas inteligente?- se acercó Taylor a nosotros con la cara algo fría, sin vida, sin esperanzas y grises- ¿cuando decías que a Judit le saldrían serpientes en la cabeza?- sonrió burlesco- ¿o cuando decías cosas que todos ya sabían?

-¿Por qué eres tan pesado conmigo?- preguntó Jenny cruzándose de brazos.

-¿Por qué hablas estupideces?- rió- si no lo hicieras no tendría motivos para decirte las cosas que te digo.

-Bien, tienes razón- Jenny sonrió.

-No- la miré- no la tiene- negué con la cabeza- por muchas, muchas- sonreí recordando- muchísimas estupideces que digas no tiene porque tratarte así.

-¡La princesa volvió!- gritó Taylor emocionado- te dije que funcionaría- miró a Jenny- ¿a la segunda va la vencida, princesa?

-¿Estaban jugando mientras los demás estamos preocupados para buscar a Tomás?- los miré furiosa.

-¿Lo siento?- dijeron los dos a la vez.

-Sigamos buscando- negué con la cabeza dándoles la espalda. Busqué por todos los árboles esperando encontrar a Tomás, a quien deseaba ver desde hace seis meses ¿qué le diría? ¿le abrazaría?

-Taylor- se escuchó una voz dulce de una mujer, la cual me era familiar.

-¿Jessica?- pronunció Taylor agitado- te lo prometí- dijo en cuanto estuvo abrazado a ellas.