22. El otro lado.
Lo único que me quedaba en ese momento eran esperanzas, las esperanzas de volver a ver a Tomás una vez mas simplemente tenía que esperar y aprender a mezclar dos elementos a la vez, los únicos que me interesaba mezclar eran el fuego y el agua. Había avanzado bastante mirando al pasado, en el cual no sabía nada del libro de los deseos o del famoso y monstruoso Kraken, eso me daba esperanzas, eso y que no se veía tan difícil aprender la unión de los poderes. Tenía a quien me enseñara lo que era el arte de la magia y los hechizos que la construían, tenía mas experiencia en el tema de la magia y mas en la magia antigua que es de donde provenía ese tipo de magia. Contacté con Angi para que me enseñara, lo cual costó bastante porque me daba discursos de lo peligroso y difícil que sería aprender eso pero finalmente accedió a enseñarme, tenía que hacerlo por Tomás. Me senté como indio tal y como ella me había indicado, recosté mis codos sobre mis rodillas a la vez que abría mis manos en el aire centrando toda mi energía en ellas. Me concentré en un hechizo de agua en mi mano derecha y en un de fuego en mi mano izquierda, abrí un ojo con la intención de captar lo que sea que volaba en mi mano pero no hubo nada, solo una fuerte ventisca. Volví a intentarlo, estiré mi espalda y volví a la pose inicial colocando mis manos abiertas hacia el cielo, me concentré en un hechizo simple de fuego y otro de agua en cada mano, noté como mi ojo derecho se tornó un azul fuerte y el izquierdo mostró un color amarillo brillante, en cada mano había una bola de cada elemento flotando. Sonreí al ver que había funcionado, un hilo de sangre comenzó a deslizarse por mi nariz dejándose caer en mi boca de una forma instantánea, entró en mi boca casi sin poder evitarlo dejando un sabor amargo y dulce en mi lengua. Un dolor intenso golpeó mi cabeza y de forma mas acelerada bajó sangre por mi nariz sin detenerse, miré a Angi la cual no quitaba sus ojos de mi cuerpo observando cada detalle de lo que hacía, casi sin poder evitarlo caí al suelo cerrando los ojos, el dolor solo desapareció. Abrí los ojos para encontrarme con la imagen del rostro borroso de Taylor observando mi cuerpo preocupado, me seguía encontrando en el prado donde practicaba magia como al principio, me levanté con un esfuerzo y toqué mi cabeza con gesto de dolor a la vez que cerraba los ojos y pegaba un suspiro.
-¿Se supone qué esto es bueno?- pregunté a la vez que me refregaba los ojos.
-Es tu primera vez, es obvio que no te saldría- dijo Angi con una voz serena y tranquila.
-Ya- volví a tocar mi cabeza- lo supuse- suspiré- ¿seguimos?
-Nada de seguimos- Taylor negó con la cabeza- te vas a casa a descansar.
-Vamos, Taylor- me paré esta vez sin dificultad- puedo seguir.
-Judit- suspiró- no digas que no te he avisado- sonrió levemente.
-Bien- lo abracé como si fuera un impulso y al darme cuenta de lo que había echo me separé al instante de él- lo siento, no quise- sonreí.
-Está bien- sonrió.
Me volví a sentar en el suelo como indio y concentré mi energía en las palmas de mi mano las cuales estaban extendidas hacia el cielo, cerré los ojos y al abrirlos cambiaron de color igual que la vez anterior, podía conjurar dos a la vez y durar mas de diez segundos, solo quedaba unirlos y que no se destruya el uno con el otro. Ya habían pasado varios segundos y para practicar comencé a hacer formas con las bolas de los elementos que flotaban sobre mi mano, un corazón, un delfín, una sirena, un águila, etc. Una vez lo tuve controlado moví mis manos hacia el centro intentando unirlas pero como si una pared las separara hacia fuerza hacia el exterior haciendo mas difícil la unión, conseguí unirlas pero al instante mis manos se despegaron y salí lanzada por los aires, Taylor lanzó un hechizo haciendo que quedara flotando en el aire bajando lentamente como si fuera una pluma.
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Recuerdos del único amor III: Resurrección.
VampiriTercera parte de la novela titulada Recuerdos del único amor. Uno nunca espera perder a la persona que ama, no después de haber descubierto que lo amaba. Judit descubre un gran don y lo aprovecha para traer del vuelta a Tomás, lo cual no sucede, no...