Capitulo 21

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21. Suicidio.

Todo los avances que había echo hasta ahora habían desaparecido al ver que el libro que me entregó aquel hombre no funcionaba, que era falso. Quizá Jaison tenía razón y no había forma de salvarlo, lo mejor sería rendirse pero él no entendía que lo único que tenía en esta vida era Tomás y si por lo mas raro se me ocurría rendirme, no me quedaría nada en la vida nada que me retenga en este mundo de dolor y lágrimas. Salí de mi cuarto con el cabello despeinado mientras caminaba como zombie hasta la cocina para coger algo para comer, cogí una manzana verde, al morderla una lágrima se deslizó por mi mejilla hasta caer a mi camiseta, agaché la cabeza y caí al suelo mientras aguantaba una lágrima que dejé salir rápidamente, con rabia tiré la manzana al otro lado de la cocina y tapé mi rostro con mis manos a la vez que mas lágrimas caían sin cesar por mis ojos. Taylor entró a la cocina, me observó durante unos segundos con lástima hasta que decidió ir hasta mi y abrazarme mientras yo me apoyaba en su pecho dejando caer mas lágrimas, suspirando intentando aguantar nuevamente las lágrimas pero no dejaban de salir. No tenía esperanzas de volver a ver a Tomás nunca mas, tenía toda la información necesaria para encontrar el libro de los deseos pero no la forma aprobada de destruir al Kraken, ya era tarde. No volvería a ver a Tomás nunca mas, no hasta que encuentre la forma de traerlo de vuelta lo cual ya me era imposible, a mi y a todos. Taylor acariciaba mi cabeza mientras me hacia callar intentando que dejara de llorar pero no podía parar, necesitaba llorar por alguna razón.

-Ya, princesa- dijo acariciando mi cabello suavemente.

-No lo aguanto mas, Taylor- levanté mi rostro a la vez que limpiaba mis lágrimas- no aguanto fingir que soy fuerte mientras me voy muriendo lentamente por dentro.

-No digas eso- colocó mi rostro en su pecho aguantando una lágrima- todo se va a solucionar.

-Ya no- una lágrima se deslizó por mi mejilla- ya no- repetí.

-Hay que tener esperanzas- susurró.

-Eso es lo que llevo teniendo estos últimos cinco meses- pausé y me levanté- ¿ves algún cambio?

-No, pero...

-Lo único que hace la esperanza es alargar algo que nunca ocurrirá- le interrumpí- y cuando te das cuenta que no has echo mas que perder el tiempo, es cuando mas te duele.

-Si sigues pensando así- pausó y sonrió- es obvio que no encontraremos el libro.

-¡No hay libro!- grité- deja de vivir en un mundo donde puedes pedir un deseo y se cumplirá, vive la realidad- pausé- donde los muertos no reviven- otra lágrima se deslizó por mi mejilla- lo único que haces es fingir que volverás a ver a tu hermana, y no es así- pausé- ella está muerta, igual que Tomás y no volverán- salí de la cocina dejando a Taylor en el suelo.

Entré nuevamente en mi cuarto y me tumbé en la cama donde me sentía mas segura, no quería salir de ahí, me quería quedar ahí tumbada hasta que me muera de hambre o de sed pero no quería volver a salir y fingir que todo iba bien cuando en realidad no iba nada bien.

-Hey- dijo la voz de Tomás en mi oído- ¿vas a rendirte así tan fácil?- sentí como sonrió.

-No lo entiendes- pronuncié aún sin sacar mi cara de la almohada- no hay manera de hacerlo.

-Es solo que no buscas en el lugar correcto- acarició mi cabello.

-Te extrañó- cambié de tema.

-Y yo- sonrió ligeramente aguantando un suspiro- yo igual te extraño. No sabes cuanto.

-¿Cómo que no busco en el lugar correcto?- me acordé de las palabras que había dicho hace un momento.

-Sabes donde está lo que matará al Kraken- dijo- solo no quieres verlo.

Recuerdos del único amor III: Resurrección.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora