Capitulo 27

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27. Encontrado.

Frágil era la palabra correcta para indicar como estaba en ese momento, sin magia no servía para nada al igual que Taylor estaba ahí de puro adorno ¿qué iba a hacer? A estas alturas solo tenía dos opciones que me sirvieran para algo: o hablaba con Layla para que así me devuelva los poderes o... ahora que lo pienso no hay una segunda ¿o quizá si? No, no podía hacer eso, eso no. Prefiero vivir el resto de mi vida sin magia, débil... no suena tan mal ahora que lo pienso ¿pero qué digo? Es magia negra y me niego a utilizarla, no me quería convertir en una nestaria, siempre odié ese tipo de brujas y por eso no me convertiría en ello. Sería mas monstruo de lo que soy, fui. No quería sustituir mi cabello dorado por serpientes vivas asustando a todo quien que me mire, mejor dejo de decir estupideces, lo que me lleva a la primera opción ¿cómo hablaría con Layla sin que me hiera? Ahora no tenía magia ¿qué iba a hacer? Si llevaba a Taylor o Matt los pondría en peligro, lo mismo pasa con Anne y Jaison ¡que confusión! Está decidido, iré hablar con Layla aún arriesgando quedarme sin cabeza, sin brazos, piernas... o mejor ir otro día ¿no? No creo que desaparezca del otro lado con mis poderes o salga de ahí. Tengo mucha imaginación, es imposible salir de ahí, para ello se necesitaría mucha magia ... lo cual tiene gracias a mi ¿cómo tan estúpida? Bien, esto de pensar no se me da muy bien al parecer, me pongo paranoica. Sacudí mi cabeza decidida al fin para ir a hablar con la roba magia, salí del cuarto con un suspiro algo asustada. Muy asustada. Seguí caminando y a mi mirada llegó la imagen del cuarto de Taylor, el cual no veía hace un tiempo ¿está bien lo que estoy haciendo? Refiriéndome a Taylor, "terminar" con lo que "tenemos" ¿estará bien? Pues claro que está bien, yo amo a Tomás, solo Tomás.

-¿Dónde crees que vas?- me fijé en que estaba delante de la puerta de Taylor a punto de tocar ¿cómo se supone que llegué hasta ahí?

-Matt- me giré a la vez que sonreía avergonzada- iba a hablar con Taylor.

-Eso lo supuse- miró la puerta de detrás mio- me refería a que se supone que estás haciendo ahí.

-Ya te lo he dicho, iba a...

-Judit- me interrumpió- sigues sin comprender- pausó- vas a salvar a Tomás, después de tanto tiempo vas a salvarlo y ¿qué harás con Taylor?

-Pensaba- señalé la puerta- aclararle que no podemos...- callé y cerré los ojos con rabia- ¿por qué Matt?

-¿Qué ocurre, pequeña?- se acercó a mi y me abrazó. Como extrañaba esos abrazos que mi padre me daba cuando estaba preocupada por algo o un chico, siempre me ayudaban.

-Yo...- apreté mi rostro contra su pecho- no lo sé- pausé- creo que me enamoré, Matt.

-No me digas que es de ese estúpido- sonrió.

-Es de ese estúpido- cerré los ojos dejando caer una lágrima sobre el pecho de Matt mientras sonreía avergonzada- y es que no se que hacer- otra lágrima cayó.

-Sigue tu corazón- se separó de mi para mirarme a los ojos.

-No... hice todo esto por Tomás pero no esperaba enamorarme de alguien en el trayecto- miré la puerta aún cerrada.

-¿Le amas?- preguntó secamente- a Tomás, digo.

-Yo...- negué con la cabeza confundida- no lo sé.

-¿Y a Taylor?- pestañeó- ¿le amas?- puso una mueca como si se estuviera preparando para mi respuesta asustado.

Si, le amo hasta se podría decir que mas que a Tomás, pero solo estaba confundida porque hacia tiempo que no veía a Tomás. Quise decirlo en alto pero no supe como hacerlo así que me limité a mirarle intentando que no notara lo que pensaba pero por su cara algo me decía que ya lo había descubierto. Era como contare a mi padre que estaba enamorada, él solo lo adivinaba por la cara que ponía al mirarle al igual que Matt, se que él es diez o quince años mas joven que mi padre cuando murió pero aún así le quiero.

Recuerdos del único amor III: Resurrección.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora