Capitulo II

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A la mañana siguiente me desperté a la 5:00, me duché, me puse  un jean y un buzo peludito que amo, y fui a despertar a las chicas.
Baje al comedor y allí estaba mi madre y mi padre desayunando.

-Hola Mami, Hola Papi, cómo están ?

-Hola Emy cómo estás hoy ?-, dijo mi padre mientras tomaba su té.

-Donde están Emma y Chelsea ? - Pregunto mi madre mientras me servía un bol con cereales.

-Se están cambiando.-
Estaba yendo a sentarme cuando mi perro Bóxer George casi me tira, lo empecé a acariciar y la locura se le pasó rápido.

5:30 las chicas bajaron, desayunaron volando y nos fuimos directo a la escuela, era una mañana de Febrero faltaba poco para San Valentín, para muchos un día importante, momento de declararse, demostrarle a una persona lo mucho que la amas, pero para mi sería un día más, probablemente lo único que haría es leer un libro de romance o ver una peli, ya lo vería cuando llegara la fecha.
Fuimos en el auto de Chelsea, esa es la ventaja de tener amigas que saben manejar.
Mi padre me enseño el año anterior, pero el volante no es mi mejor amigo, prefiero caminar.

Cuando  llegamos estaban empezando a colgar las decoraciones de San Valentín, ya se veían esos globos que todo el mundo ama con forma de corazón , y el famoso cartel del 14 de febrero, estábamos solo a 2 días.

Íbamos caminando por el pasillo hacia la clase de matemática, no es una materia con la que me llevo muy bien pero si la entiendo me gusta.
Antes de llegar al salón pase por mi casillero, mis amigas se adelantaron, agarre mis libros y voltee para seguir caminando, pero justo en ese momento, justo en ese instante me tuve que topar con la persona con la que no me hubiese gustado encontrar y menos chocar en este mundo, nada más ni nada menos que el odioso, Admes Evenson el chico más popular del colegio, jugaba al futboll Americano, pero no era el típico chico del que sabias absolutamente toda su vida, era misterioso, llevaba puesto un Jean negro y una remera blanca, era alto, cálculo que mediría 1,85 yo solo media 1,65, tenía el cabello castaño y despeinado, y sus ojos eran muy difíciles de describir, nunca llegue a comprender si eran celestes o medios verdosos. Su mirada era penetrante, y lo único que me salió  fue

-fíjate por dónde caminas-, le dije mientras levantaba mis libros.

-Hola Emily un gusto verte como siempre, lo mismo te digo a vos.-
Su voz sarcástica pero seria, me ponía nerviosa, me enderecé y seguí caminando, creo que esa fue la peor forma en la que pude empezar mi día.

Llegue a la clases de matemática, y ahí me estaban esperando Chelsea y Emma, sentadas en sus típicos lugares.

- Que te paso Emy, porque llegaste tan tarde ?- pregunto Emma, mientras me sentaba.

-Nada, simplemente me detuve a comprar unas galletas en la máquina expendedora-, dije con una sonrisa.
Menos mal que mi mamá siempre me ponía un par de galletitas de avena en mi mochila, eran mis preferidas, la verdad no tenía ganas de explicarle el encuentro que tuve con Evenson, me interrogarían para que les explique absolutamente cada detalle.

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