Capítulo 28: El Gran Espadachín

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-Plutón -reincidió Crocodile-. He oído que al utilizarlo, puede ser capaz de hacer desparecer una isla entera.
-¿En donde conseguiste ese nombre? -inquirió Cobra-. Por el amor de dios... esa arma es maligna.
-Se que debe estar durmiendo en algún lugar de éste país. Mi objetivo original es poseerlo para poder construir el país militar más fuerte aquí.
-¿Hay un arma así... en este país? -se preguntó Vivi, atónita.
-Eso es algo que sólo el rey sabe... -observó Chaka.
-Cuando me convierta en el rey de este lugar -continuó el Shichibukai-, hacer que los piratas sean mis esclavos será muy fácil. Mientras obtenga ese poder, mi utopía se hará realidad.
-¡El gobierno mundial no permitirá que eso pase! -rugió el rey.
-Por eso necesito una fuerza militar más grande.
-No se dónde oíste ese nombre, no sé dónde se encuentra esa cosa y ni siquiera sé si existe o no.
-Hm... Está bien. Desde luego, se que el valor de eso es dudoso. Pero mira, hay muchos soldados reunidos en el frente del palacio, allí abajo. Y esta tarde, a las 4:30, un potente cañón estará apuntando hacia aquí. Se ha hecho especialmente para que no quede nada en cinco kilómetros a la redonda. Así que, desde aquí podría cambiar un poco la vista.
-¡No puedes... quedan treinta minutos! -gritó Vivi.
-¿No les parece genial? Finalmente se detendrá el levantamiento que tanto se esforzaron en evitar.
-¿¡Como puedes decir esas cosas!? ¿¡Qué daño te han hecho!?
-Muy bien señor Cobra, volvamos al problema... ¿Cuál es la verdadera historia?
El rey hizo una mueca de resignación antes de agregar:
-Muy bien... te llevaré allí.
-Princesa Vivi -intercedió Chaka, desenfundando su espada-. No puedo seguir aquí, sin hacer nada...

Mientras tanto, Zoro y Mr. 1 repartían filosas estocadas a tanta velocidad, que escupían chispas en cada choque.
-¡Cuernos de Toro! -rugió Zoro, quien enseguida cargó con las dos espadas de las manos en posición horizontal apuntando hacia su oponente, y atacó con múltiples estocadas violentas, simbolizando la embestida de los cuernos de un toro.
Pero hizo nulo efecto en el agente de Baroque Works.
-Tu cuerpo es tan duro como una espada. Si no soy capaz de cortar el metal, no seré capaz de hacerte daño.
-Que bien que lo veas así, porque tus golpes no son nada para mí. Dime, ¿qué vas a hacer ahora?
-Ah... que lástima -suspiró Zoro, mientras se sacaba la túnica y la arrojaba al suelo. Luego se ató la bandana en la cabeza-. Estoy en una situación muy peligrosa, pero el peligro puede obligar a un espadachín a ser más fuerte. Cuando logre vencerte, ¡Seré un hombre capaz de cortar el metal!

-Lamento decepcionarte, pero desde que obtuve los poderes de la fruta Supa Supa, ni un solo espadachín ha sido capaz de tocarme un pelo. ¡Tu no podrás vencerme!
-Entiendo... pero déjame decirte algo. No se qué tipo de espadachines lucharon contra ti antes que yo, pero eso va a cambiar, porque te aseguro que nunca te habías encontrado con alguien como yo.
-¡Yo veo que solo tienes una gran boca! -gritó Mr. 1 y cargó contra su enemigo.
Lanzó una patada, que resultó ser una pierna espada, pero Zoro se la bloqueó con dos de las suyas. Luego convirtió el interior de sus dedos en láminas afiladas, como si fuera un animal con sus garras, y arremetió.
El cazador de piratas de defendía a duras penas contra el combo afilado de manotazos y patadas, hasta que vió un momento para contraatacar.
-¡Corte del demonio! -rugió, y mientras su contrincante caía en el piso, embistió nuevamente-. ¡Caza del tigre!
Y ambos cayeron al suelo. Pero segundos más tarde, se levantaron y se quedaron viendo cara a cara.
-¿Qué te dije antes? -preguntó Mr. 1, levantando los brazos con altanería.
-Ni un rasguño... No había visto a nadie que recibiera mis ataques y se mantuviera en pié.
-Desde luego, ya que hasta ahora no me conocías.
Y el combate reanudó.
El asesino lanzó una patada, que Zoro tuvo que esquivar hacia un costado. Y es que el enemigo podía transformar cualquier parte de su cuerpo en espadas y cuchillas, así que tuvo que cuidarse de esquivar y bloquear todos y cada uno de sus movimientos.

 Y es que el enemigo podía transformar cualquier parte de su cuerpo en espadas y cuchillas, así que tuvo que cuidarse de esquivar y bloquear todos y cada uno de sus movimientos

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One Piece 2: ArabastaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora