Capítulo 4: El Rescate de la Princesa

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-¡Un...Un millón...dios! -exclamó Igaram, boquiabierto.
-Creo que te has pasado -le dijo Zoro.
-Bueno...no supondrías que comiera y me emborrachara en una ciudad en la que se da una sospechosa bienvenida a los piratas -dijo Nami, bajando al suelo de un salto-. ¿Entonces, prometes darme un millón de berries, señor capitán de la guardia? Si no lo haces...la princesa morirá, ¿verdad?
-Solo soy un soldado, ¿cómo puedo hacer semejante promesa?
-¿Hmm?¿Quieres decir que la princesa de tu país vale menos que eso?
-Te estas pasando, ¿sabes? -la regañó Zoro.
Igaram se mostró dubitativo unos instantes, pero al final accedió. No podía perder tiempo.
-¡Está bien, pero sólo si la llevas sana y salva!¡Si le dices a la princesa, seguro estará de acuerdo!
-Nos estás diciendo que la salvemos -afirmó Nami.
-¡Si no lo hacen, la matarán!
-Está bien. Salvaremos a tu princesa. ¡Ve, Zoro!
-¡No voy a ir, estúpida!¿¡Por qué mierda formo parte de tus sucios tratos de dinero!?
-¡El dinero es mío, pero las órdenes son de todos!
-¿¡Quién mierda te ha hecho la jefa!?
-¡Lo único que tienes que hacer es matar a estos tipos!
-¡No me gusta que me utilicen!¡Ve a preguntarle al puto cocinero!
-¿No será que no puedes derrotarlos?
-¿¡Qué!?¡Repite eso!
-¿No será que no puedes derrotarlos?
-¡No me refería a eso!
Mientras discutían, Luffy se levantó somñoliento, y pasó de largo a sus camaradas.
-Voy al baño -dijo, ignorando los gritos.
-¿Ya lo has olvidado? Tienes una deuda conmigo -le recordó la chica al espadachín.
-¿Qué? Claro que no.
-Te presté cien mil berries en Loguetown porque querías comprarte una espada.
-Ya te lo devolví. Conseguí las espadas gratis, así que te devolví el dinero.
-Pero prometiste devolvérmelo con el 300% de interés. No me has devuelto los otros doscientos mil.
-¡Te devolví el dinero antes de que te lo debiera!
-¿Alguien como tú no puede cumplir una simple promesa? Olvidaré la deuda si haces lo que digo.
-Espero que mueras de la peor de las maneras.
-Si, iré directa al infierno
Al final, el espadachín accedió a regañadientes, y mientras se alejaba de allí, profería insultos y maldiciones.
-¡Oh, la humillación! -exclamó Igaram- ¡Si tuviera más poder, podría salvar a la princesa!
-No te preocupes, ese tipo es muy bueno -lo tranquilizó Nami, refiriéndose a Zoro.
-Si le pasa algo a la princesa...sería el final de nuestro país. ¡Debe sobrevivir!

La princesa Vivi iba montada sobre Carue, por las silenciosas calles de Whiskey Peak huyendo de sus perseguidores.
-¡Nos han encontrado, rápido Carue!
-¡Quaaaaack!
-¡Hay un barco tras los montes cactus!
Cuando de pronto, Miss Monday se interpuso en su camino, a unos metros delante suyo. La mujer llevaba una gigantesca barra de hierro cargando en su hombro.
-¡Miss Monday!
-¡Vete! Si pasas, el barco estará cerca. Yo los detendré aquí.
-Pero...
-Esto es un castigo por dejar que el espadachín arruinara nuestro objetivo. Me convertiré gustosamente en un escudo, y protegeré a mis amigos para ser derrotada en su lugar...¡Vete!
-¡Gracias! -exclamó Vivi, y pasó de largo a la cazarecompensas.
-¿Primero Mr. 9, y ahora tú Miss Monday? -preguntó Mr. 5, corriendo hacia ella-. ¡Ustedes son la desgracia de Baroque Works!
La mujer alzó la barra de hierro para azotarla contra el agente, pero éste fue mas rápido. Corriendo hacia ella, le dio un golpe explosivo con el brazo, y ésta terminó por caer en el suelo con el humo saliendo de su ropa.
-¡Mierda! -maldijo Vivi, al ver la caída de su amiga.
-¡Soy una bomba humana, cualquier parte de mi cuerpo puede explotar! -dijo Mr.5-. No hay tarea que no pueda cumplir con el poder de la fruta Bomu Bomu, nunca escaparás, ¡Cañón de Fantasía Nasal!
A continuación, hizo su cosa del moco, y se lo arrojó a la princesa. Ésta iba a explotar en seguida, el moco estaba a sólo un metro de ella. Cuando el legendario espadachín cayó del cielo, con las piernas cruzadas, la cabeza gacha y la espada apuntando hacia abajo. El moco chocó contra la hoja y se partió en dos, provocando dos explosiones al tocar la tierra, a los costados de la princesa.
-¡Mr. Samurái! -exclamó Vivi, sorprendida ante su llegada.
-¡Que asco, mi espada tocó un moco! -gritó Zoro, con una expresión de desagrado en su rostro.
-¿Quién es ese tipo? -preguntó Mr. 5.
-Eres persistente, no tengo tiempo para pelear contigo -le dijo la princesa, y estuvo a punto de sacar su joya filosa, cuando él la interrumpió.
-No tan rápido, he venido a salvarte.
-¿A...salvarme?

One Piece 2: ArabastaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora