CAPÍTULO 3

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Dayla

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Dayla

— Este conflicto si bien es hacia nosotros, la causa es otra— rasca su ceja y yo guardo su expresión contratada— La causa son nuestras generaciones pasadas.

Me fijo en cómo luce luego de soltar una bomba que espero vaya entendiendo con el tiempo. No deseo soltar información por doquier cuando yo todavía proceso e investigo.

Tengo secretos en mi poder aunque no los suficientes. Esta vez me siento medianamente preparada para lo que enfrentó. En este momento no soy la chica pedazo de basura que creyeron de idiota o indefensa.

Soy la chica que por meses se ha dedicado a encontrar pistas y desenvolverlas como un suave paqueto de regalo. Lo esperaba ansiosa tanto como la última pista y mentira que supe en Biden acerca del hombre sentado frente mío.

Cada uno reacciona distinto a los engaños. Sí, me quema porque me subestimaron. Despreciaron mi valor de chica que es capaz de cuidarse de sí misma.

Lo he hecho siempre. En el orfanato nadie estaba detrás mío,
Con Daniel sí pero no al extremo de asfixiarme; sino de alguna manera yo lo hubiera dejado atrás hace mucho tiempo. El monstruo apenas se preocupaba, así que siempre fui yo.

O casi siempre...

La cuestión es que tenía suficiente con los daños de soledad para soportar con una carga de infidelidad. Yo no iba a soportarlo, no quise, ni deseo hacerlo más. Tengo limites quebradizos, y una delicada capa del corazón que permite tocarlo, incluso dañarlo si doy permiso.

Sin embargo, debo sentirme orgullosa porque al fin y cabo los supe por mí misma. Tuve tiempo para pensar en la reacción que ellos merecían. No actúe loca, no descabrajé todo, fui serenidad en toda su expresión.

Serena, una cualidad que he practicado a lo largo de mis 20 años de edad. No es fácil de conseguir, la práctica hace al maestro dicen.

Ya no voy a escoder mi mirada con el viento gélido que cubre el ambiente. Nunca más confiaré porque lo necesito. Basta de ello.

Sólo necesito paz, y por lo mismo estoy delante suyo.

Me concentro, sabiendo que es la única forma.

— ¿Estás hablando en clave?

Sus cejas pobladas se frucen dejándome ver una pequeña arruga pronunciada al medio de su frente. La sonrisa triste ha desaparecido, pasando a una expresión de total estupor. Justo la reacción que nunca quiero permitir en mi vida.

Que alguién me vean con cuestionamentos, odio eso porque es la única forma de reafirmar que caí en sus mentiras. Mi expresión prácticamente le daría a entender: que soy un perrito merecedor de cuidado, que soy una chiquilla más que tuvo la mala suerte de cruzarse en su camino.

Me reiría en su cara y les diría- Si así fuera el caso, no estuvieras con el gesto contraído de tristeza y dolor anticipado. Al final fuiste tú quién acabó más lastimado.

Consciencia X Impulso © [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora