Consciencia X Impulso © [Completa]

CAPITULO 35

35. Seguir y no olvidar.

Azier.

Creía tenerlo todo. Por un momento pensé en esto, pero la realidad es que debe ser suficiente conmigo mismo.

Esta vez doy golpes por doquier al saco de box, sin estrategia, sin cuidado, sin remordimiento. Necesito despojarme del camino que luce oscuro, y de la idea de quedarme quieto sin tener un rumbo fijo.

Hace tan solo unas horas, me despidieron de Artística California. De algún modo debería un alivio no tener que volver a ver a la familia de ella, pero está esa parte que ha perdido el sentido de su vida. La cual intentaré no denominar como miserable ya que al menos he aprendido de algunas técnicas de boxeo que podrían servirme para cualquier momento.

Técnicas que aprendí gracias a que hace unos dos meses decidí ingresar a este gimnasio, conocí a mi entrenadora, quién luego se presentó como Luciana y finalmente me abrió el pase a una oportunidad. A intentar proteger a su amiga, Dayla desde las sombras, a ver por un objetivo real que ya no se encuentra más.

Ni siquiera el juicio me tiene tan desesperado, ya presenté la evidencia de Dayla Spencer, contacté con Lois, quién se hará cargo de todo, de los últimos detalles. Le envié el mensaje a Dayla invitando a que declaré para el juicio que derrocará a Pablo, quién por último sigue desaparecido y la policía pronto deberá encontrar con la urgencia de mi demanda de secuestro.

No sé, no sé. Me alegra pensar en que gracias a mí, la situación se encamina a la justicia que merecemos. Pero... Allí está el "pero''. Siempre he pensado que mi vida no vale en ello, no en esa batalla que solo Dayla conoce de primer plano. Mi vida es, era ¿más sencilla? que por un momento la extrañó.

Extraño el no hacer nada, a cambio del alboroto de todo esta anterior semana.

***

He hecho de todo. Incluso Mónica quiso comunicarse conmigo a lo que rechacé amablemente. No puedo verla. Ni recordar lo fácil que fue para ella seguir, mientras sus hijas..

En fin, no estoy listo. Ni siquiera para enfrentarla luego de que yo desapareciera por un año y mágicamente apareciera con su hija mayor. Siento que ella tendrá tantas preguntas que ya olvidé, porque siendo sincero, no recuerdo por completo cómo me sentía hace unos meses. Huido, culpable, sobre todo eso culpable, vulnerable.

Y ahora, no quiero regresar a ese estado.

Doy unos cuantos golpes más para por fin caer hacia atrás del cansancio.

Debido a que mi entrenadora decidió no volver a aparecer en este lugar, tomé la decisión de seguir volviendo al gimnasio pero solo cuando me apetezca. Sin ningún compromiso.

Me levanté rendido y sin ningún ápice de fuerza, me vuelvo a caer. Creo que la posición de los pies estaba equivocada.

Sin importar las veces que fallezca, vuelvo a andar hacia la salida.

No sin antes escuchar una voz que viene a mi izquierda.

— Es dos de agosto. No se olvide de depositar la mensualidad ¿Bien?

— Bien.

Dinero, 2 de agosto, Dos, dos...

Mentiría si dijera que no recordé mi cumpleaños antes, el dos de Junio. Sin embargo tenía tantas cosas en mente.

Creo que uno de esos días fue cuando ella me mandó a vigilar a Marco como el infiltrado que era. Estoy completamente seguro que recién a pocas horas de que terminará esa fecha, lo recordé y por un momento me acobarde, es decir no sabía ¿cómo había podido olvidar mi cumpleaños?.