CAPÍTULO 20

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Azier

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Azier

20 horas antes.

Así, justo así el hilo se inserta en la aguja.

— Tuve unos inconvenientes para comprar el tinte— le reafirmó.

Salí de bañarme por la suciedad que regía de mi cuarto, para encontrarme con una chica manos a la obra con el tinte.

— Si tú lo dices.

— " Si tú lo dices"

Imito su voz aguda para fastidiarla, logrando que no me dé la cara. Tengo que controlar mis juegos, últimamente no están funcionando.

— Ven y colócate estos guantes

Me obligó a enredar un nudo conciso a una toalla que debe envolver mi cintura por bastante tiempo. Ella ha preparado esto en un pocillo y en otro diferente, un líquido espeso que me hace cuestionar ¿Qué carajos va a hacer?

— Voy a traer a todos los niños, a los cuatro que conociste en mi cumpleaños de aquella vez. Tengo que hacerlo para que estén resguardados conmigo.... Cuando sepa que todo esté bien, quizá me largue de tu casa— "mhm"— Solo quiero que todos estemos bien...

"Bien"

Este es el pequeño cascarón que puede romper, nunca la juzgaría.

— ¿Cuándo?

— Espero pronto—murmura—. ¿Es un sí?

— Sí a todo, Exa— suspiro—. ¿Cuál es primero?

— Este.

Trae el líquido espeso que se hace llamar "decolorante" Algo de esto, me colocaron cuando cambié mi tono a rubio, casi blanco a mi parecer.

— Con los guantes esparcelo de abajo hacia arriba. Que quede suficiente decolorante, para que la raíz no quede totalmente decolorada. Ya lo sacamos en diez minutos.

— Ok...

Hago caso a sus indicaciones mientras que la mirada penetrante que me regala. ocasiona que cambie de pie por el repentino nerviosismo.

— Ya está, voy a cambiarme.

— No.

Y entiendo, no sé como pero ese puchero en sus labios me hace entender lo que gusta. No hago bromas cuando uno mis labios con los suyos. Agarra mi cabello para guiar mis movimientos de ensueño.

Pruebo sus labios hasta cansarme e introduzco una fértil unión que no me deja espabilar cuando sus manos se desplazan por todo mi torso.

— Ah....

Introduzco mayor esperanza en nuestro caparazón de alegría desde el momento en que mi nariz choca con la suya porque necesito más, siempre lo haré. Como me niego a separarme, me agacho a su altura de sentada para profundizar el mejor toque que tendremos en el puto mundo.

Consciencia X Impulso © [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora