CAPÍTULO 22

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Daniel

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Daniel

Noto por el rabillo del ojo que ha llegado, que la empresa recibe a una invitada, o mejor dicho una nueva empleada que ejerce un gran puesto. Me levanto de mi banco elevado para que mi vista conecte con su caminar almirante. Sus tacones cuelgan del piso que subleva su andar, entre tanto su cuello está seguramente en una posición en frente, sin cuidado de la admiración que otros tienen por ella.

En mi vida la había visto así, ¿tan ella? Ese esplendor que requiere que todos estén de lleno impresionados por la seguridad que emana. Quiero ocultar mi secreto, pero esto me demuestra que podría estar lista. Quizá ya debería decírselo, ¿Estará preparada?

Igual no queda nada que perder, ya que ella como objetivo se ha ralentizado. No veo temor cuando sus ojos se dispersan tranquilamente en el escenario, pese a que en estos dos años no haya encontrado rastro suyo. Antes me encontraba paniqueado por falta de respuestas, encima la desaparición de Azier, alocó mi mente. Ambos no daban con un radar, y al verlos llegar en su momento unidos, me hizo imaginar que huyeron como enamorados escurridizos.

La idea no es nada fuera de la realidad cuando estos dos individuos se encuentran en la entrada. Siento que no planearon su unión allí, ni siquiera la idearon, aún así la alineación de sus vidas se compenetra.

— Daniel...—. Papá llama mi atención.

Allí en el pequeño espacio de la recepcionista, mi progenitor va en busca de mi o de mi información, cualquiera de los dos le conviene. Me urgía hablar con Dayla, mas eso tendrá que esperar porque su conversación con "el amor de su vida" se está dando.

— ¿Caleb?— me volteo para atenderlo.

— Ven acá— exige.

Con su mano en mi hombro, me transporta a una oficina abierta para que luego se clausure por la privacidad que él necesita.

—  Daniel, una niña me ha timado por completo— Desata su corbata con un nerviosismo latente.— No entiendo como Dayla ha podido buscar la forma en que mis intereses se alinean a un premio en común. El problema es que los impuestos los pago yo, en mi propia mente ¿Se supone que tendría que costear por ello? Gastar dinero es sencillo, sin embargo las cifras se van sumiendo en cantidades amplias. Tuvo que acelerar el proceso del proyecto, no me dejo prepararme ni sembrar reservas aparte.

— Por lo menos, sabemos que se encuentra bien. Ella está en excelentes condiciones. Debo decirle a mamá que ya está aquí ¡Cuán feliz se pondrá!

— No, espera. Aún no estoy preparado para la avalancha de tu madre.

Camina entre el disturbio de la mesa alargada que conforma la sala de reuniones de este primer piso. Las sillas dispersas que va apartando a medida que sus manos se descolocan en un mar de irritación.

He de suponer que ubicarse como líder de un consorcio, genera el poder que muchos necesitan. También sé que papá no es el malo de la película, porque conozco sus intereses de antemano. Él siempre quiso que su compadre sintiera orgullo de aquello que iniciaron.

Consciencia X Impulso © [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora