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Cómo buen amigo que Nanami era, accedió a cumplir el favor que Jacob le había pedido, llevarle comida a su hija y verificar que estuviera bien. Nanami se paro enfrente de aquel gran y elegante edificio para después adentrarse a ese, Jacob le había dado el piso junto el número de su departamento.
—Señor Nanami, adelante—se hizo aún lado y Nanami entró al departamento de ella—
Era muy espacioso y tenía un segundo piso, el departamento estaba muy bien decorado, el color negro y blanco predominaba en este...muy milla, pensó el.
—Mi padre me aviso que vendría—Ella se quito su mandil lleno de pintura— Quiere agua o té o vino...?—
—Agua estará bien—dejó las bolsas de comida en la mesa— Tú padre me dijo sobre tu restaurante favorito así que compre algunos de los platillos, no supe cual era tu favorito—
—No debió de molestarse—le extendió el vaso— Se lo agradezco demasiado—jalo aquella silla de madera y tomó asiento—
—Estaba pintando?—Ella asintió—
—Quieres ir a ver?—el asintió y ambos se levantaron—
Ambos subieron las escaleras y ella lo guió hasta la habitación donde se encontraba todo su arte, el miró su alrededor con cierta admiración y aprecio más d cerca todas las pinturas que ella había creado.
—Realmente tienes talento—Sonrió—
Se acercó más y vio aquel lienzo sin terminar, la pintura era un hermoso paisaje con lo que parecían ser dos niños corriendo en el campo, Milla se acercó y sonrió al ver el interés del rubio.
—Aún no está terminado, todavía me falta algo—volvió a colocarse aquel mandil lleno de pintura y jalo aquel banco para que Nanami pudiera sentarse aún lado de ella, la pelinegra le indicó que se sentara y él le hizo caso— Pero ahora cuéntame de ti, sabes más de mi que yo te ti—
—Realmente no tengo mucho que contar, mi vida se basa solamente en mi trabajo, se podría decir que vivo en una oficina aparte de que no tengo mucho tiempo para hacer las cosas que yo desearía hacer—Ella asintió levemente—
—Entonces eres un esclavo de tu trabajo, no es así?—El asintió— Ya veo—
—y tú? Algo más que disfrutes hacer?—Milla dejó de mover el pincel y lo bajo lentamente, ella mentiría si dijera que no se la había pasado pensamos en las palabras de sus amigas y de cómo le vendría bien relacionarse con Kento—
El era un hombre demasiado apuesto, era elegante y ni hablar de la fortuna que tenía, era el blanco perfecto para Milla y ella sabía perfectamente que el estaba interesado en ella.
—Me gusta hacer videos—Nanami se quedó callado y tragó en seco— Disfruto hacerlo—
—Videos?—Ella sonrió de lado y recargó su codo sobre aquella mesa de madera y de ahí recargó su mejilla en la palma de su mano—
—Yo creo que ya sabe a lo que me refiero, señor Nanami...oh me equivoco?—El abrió levemente sus ojos demás— Digamos que soy algo precavida con las personas que dejo que vean mis videos, por seguridad—se levantó y agarro aquel vaso de agua para limpiar sus pinceles— No le enseñaron a no poner su nombre real en su perfiles?—El estaba jodido— Según los informes de mi Webcam, usted es el que más me frecuenta...tanto le gusto?—soltó una pequeña carcajada y inició a limpiar sus pinceles en aquel trapo viejo—
—Yo...lo siento—Ella negó—
—No se preocupe, no dire nada y esperaría lo mismo de usted—Nanami no dudo en asentir con su cabeza— Debería darle un premio por ser el mejor espectador?—inició a quitarse su mandil— Sígame—Cómo si de un perrito se tratase, Nanami camino detrás de ella y la siguió hasta la habitación del fondo del pasillo—
Al entrar el se dio cuenta que era el set donde ella hacía sus tomas, el fondo era idéntico y tenía las mismas decoraciones.
—Quieres ser mi invitado? Digo, no te obligaré a hacer algo que no quieres o sólo puedes quedarte viendo—El recordó las palabras de Gojo—
"Tú date, que es lo peor qué puede pasar?"
—Pero, no se vería mi rostro?—Ella negó—
—Tengo un programa que hace que se distorsionen los rostros...solamente se vería tu cuerpo—La observó y vio cómo ella estaba moviendo algunas cosas en su computadora mientras que acomodaba la cámara— Participaras o te quedarás viendo? Me da igual la que escojas—
—La primera—Milla sonrió pícaramente y se acercó a él para rodear sus brazo por el cuello de él y de ahí pasar sus dedos por aquellos cabellos rubios, Nanami observó los labios de ella y ambos se unieron en un pasional beso que los dejó con ganas de más—
—Solo tienes que esperar un poco—colocó su mano en el pecho de él— Espera aún lado, quítate tus prendas y espera a que yo te diga cuando entrar—Nanami asintió y inició a quitarse su saco—
Milla se acomodo en aquella silla y apretó el botón de en vivo, mostró su gran sonrisa y observó los comentarios de felicidad de la gente.
—Tan desesperados están?—Soltó una risa burlona—
Ella inició a desabrochar su gran camisa blanca y lentamente la bajo, dejando ver aquel sostén de color negro y de ahí bajo sus pantalones.
Nanami se sentía un sueño, seguían sin creer que la tenía tan cerca, ya no era mediante una pantalla, estaba en el mismo lugar que ella y definitivamente lo iba a disfrutar demasiado.
