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Ambos hundieron sus pies en el agua y admiraron el reflejo de la luna en el agua, Milla llevó a Nanami a la playa ya que sabía que en ese lugar ambos podrían relajarse y estar más cómodos.
Nanami cerró sus ojos y sintió aquella brisa recorrer su rostro, Milla no entendía cómo Kento seguía usando aquella corbata que le había regalado años atrás...le parecía algo imposible.
—Es bonito, verdad? Extrañaba esta sensación—Ambos se alejaron del agua y fueron a sentarse en la arena, Nanami le colocó su abrigo a Milla y dejó que ella recargara su cabeza en su hombro—
El rubio acarició la espalda de Milla con delicadeza y dejó que todo su cuerpo se relajara hasta que el sonido del teléfono de Milla lo sacó de sus pensamientos.
—Si,Toji—Se alejó levemente de Nanami— Megumi debe de estar durmiendo...Regresas mañana? Ya veo—Se despidió rápidamente de su esposo y apagó su teléfono— Lo siento—
—Milla, sigo sin entender por que te casaste con el—Ella se cubrió aún más con el abrigo y volvió a recargarse del rubio—
—Toji se enteró sobre la Webcam y lo uso cómo anzuelo, no dejare que saque esa información a a la luz—Kento abrió sus ojos demás—
"Maldito Fushiguro" pensó.
—Lo siento, realmente lo siento demasiado—Ella negó y cerró sus ojos—
—Vivamos en el futuro y dejemos el pasado atrás, ya no importa—Kento no se sentía satisfecho con eso, había arruinado la vida de Milla al dejar que ella se casara con aquel hombre que la trataba cómo si de basura se tratase— Deja de pensar y relájate, debes de aprovechar tu tiempo libre—
—Esta bien—Rodeó su brazo por la cintura de ella y recargó su barbilla en la cabeza de Milla, Nanami no pudo evitar pensar que eran pareja y aquel anillo que ella traía no existía— Recuerdas cuando te tuve que sacar el mar?—
—Oh Dios! Cómo no olvidarlo, me estaba ahogado—Ambos rieron— fue la ola más grande que he visto en mi vida entera—Kento sonrió— Deberías trabajar cómo salvavidas, te iría bien—
—Debería? Sería el mejor—Ambos rieron—
De pronto todo se quedó en silencio, no era incómodo pero ambos se habían quedado sin hablar. Milla se separó de Kento y abrazó sus piernas, ambos voltearon sus rostros y se miraron por un par de segundos hasta que el acercó un poco más su rostro.
