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Milla y Nanami iniciaron una sesión de besos después de lo que habían hecho, ella se sentía un un jodido sueño y estaba agradecida de haber dado el primer paso.
—Si quieres puedes quedarte, es demasiado tarde—El sonrió levemente y asintió para volver a besar aquellos deliciosos labios de ella—
Milla acarició el rubio cabello del hombre y el se aferró a la cintura de ella, ambos podían estar toda la noche así pero sus labios ya ardían de tanto besarse así que optaron por separarse.
—Siempre traigo una pequeña maleta en mi auto, por cualquier cosa—se levanto— ya regreso—
Milla se levantó del mueble y se dirigió a la cocina a preparar algo de té pues ella tenía la costumbre de tomarse un té antes de ir a dormir ya que eso la había tener un mejor sueño.
—Listo—Nanami se quitó sus zapatos y entró de nuevo al departamento, se dirigió a la cocina y la vio sentada en la encimera mientras que esperaba que el agua se calentara—
—Quieres té?—el asintió— perfecto—el se acercó a ella y abrió levemente las piernas de ella para colocarse en medio de estas y poder besar a Milla con mayor facilidad—
Ella se aferró al cuello de él y dejó llenarse de mimos, Nanami acarició la espalda de la chica y bajo sus besos al cuello de ella para dejar algunas marcas sobre estas.
—Kento—Gimoteó y este siguió besándola, el calor de ambos iba aumentando pero fueron interrumpidos por el sonido de la tetera— Esta listo—se separaron con lentitud y intentaron nivelar sus agitadas respiraciones—
Milla se bajo de la encimera y le apagó a la estufa, el rubio la ayudó bajando dos tazas para después dárselas.
—Si, tengo este raro hábito...no puedo dormir sin una taza de té—Los dos salieron de la cocina y tomaron rumbo a la habitación de ella—
Nanami decidió tomar una ducha ya que le gustaba dormir limpio y fresco; mientras tanto Milla se encontraba acomodando la habitación para que se viera más presentable para el ya que le gustaba dar una buena impresión.
La morena miró su teléfono y atendió la llamada de su madre, con cuidado salió al balcón y tomó asiento en el mueble.
—No...aún no tengo respuesta, supuestamente me llegará dentro de un par de meses más...si, es un proceso tardado. Tengan buena noche, los amo—apagó su teléfono y alzo su mirada, las luces adornaban la ciudad y se escuchaba el ruido de los autos pasar—
