Capítulo 8

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Muchas ocasiones conciliaba el sueño imaginando en que haría si Chad hubiese estado vivo, y ahora que lo tengo frente a mí, no puedo ni siquiera gesticular una palabra coherente y decirle la verdad, él sigue con su atención puesta en mí y se acerca cada vez un poco más

—¿Qué secretos ocultas Leilany Berry? —su aliento dulce por el pastelillo llega a mi olfato
—Muchos —susurro —y me había prometido no volver a tenerlos
—¿Tienes miedo de decírmelos?
—Me aterra —nuestros ojos en ningún momento parpadean y siento su cuerpo incluso casi sobre de mí, comienzo a cerrar mis ojos no sé si porque quiero borrar la imagen de tenerlo tan cerca o porque también reconozco su cercanía como siempre me hace ser débil, sé valiente Leilany, fue importante para ti, pero ya solo es el padre biológico de tu hijo, no es el hombre al que amas, o no como amas a Duncan, tu futuro esposo y el que se ha ganado el nombre de padre, abro mis ojos y me encuentro con los suyos siguen puestos sobre mi como si quisiera descifrarme o como si estuviera descifrándose a él, cierra los ojos, voltea su rostro, parece decirse algo mentalmente, suspira y va hacia mi nariz para besarla como lo hizo tantas veces; y me toma entre sus brazos.
—Siempre estaré para ti.
—Ya fallaste en ello
—Chad no se fue porque haya querido Lan, porque estoy seguro que cuando el accidente sucedió él era muy feliz.
—¿Cómo puedes saberlo? —se queda callado un momento
—Ese sentimiento de nostalgia al despertar, el sentir que te hace falta algo, como si tu otra mitad se hubiese desvanecido —se aleja de mí. —¿por qué todos me dicen que a la que más le dolió fue a ti? Duncan, Louis, Abby, Gabrielle hasta Anthony. ¿Por qué Leilany?
—Chad... —levanta mi rostro con un simple toque de su dedo índice
—Solo dilo... necesito las piezas del rompecabezas y siento que tú tienes prácticamente todas, de hecho nadie me quiere decir tantas cosas hasta que hable contigo.
—¿Estarás bien con ello?
—Dime lo que creas prudente.
—Tu relación conmigo.
—si...
—Fuiste todas mis primeras veces... —se muerde los labios y su mirada va hacia mi boca, mueve su cabeza de manera afirmativa y parece procesar la información. —tú fuiste el primer beso que considero como primer beso —se ríe.
—¿Eso significa que alguien más te beso antes que yo? —sonrío al recordar aquel beso de pico de Duncan cuando éramos niños
—Si, pero era una niña así que no lo considero como tal, pero contigo, contigo había sentimientos...
—y al referirte a todos tus primeras veces eso significa que tú y yo...
—Si —giro mi rostro hacia la izquierda porque sé que comienzo a sonrojarme pero él la regresa para que lo siga observando.
—¿Te traté bien?
—Lo hiciste, nunca me he arrepentido de ello, lo disfrutamos, y lo tengo en un lugar especial de mis recuerdos.
—¿Tú fuiste mi primera vez? —niego.
—no, yo no fui tu primera vez
—¿Fue la única vez que lo hicimos? —me río
—No, la verdad es que buscábamos cualquier pretexto para hacerlo, me convertiste un poco adicta a ti, a las nuevas experiencias que estaba viviendo, la hormona estaba a mil y ya sabes era una adolescente descubriendo algunas cosas.
—Entonces me imagino que si fueron tantas primeras veces, y tantas ocasiones no solo era como si fuéramos amigos sexuales o algo así, no quiero hacerte sentir mal o incomodarte, yo Lan, yo soñaba contigo, sé que yo tenía sentimientos por ti, pude olvidar todo menos tu cabello rojizo y esos ojos azules, pero ahora llego y todo parece tenerlo mi hermano, y es raro para mí, sabes, aunque lo entiendo estuve tanto tiempo lejos de ti, pero entonces hay algo que no concuerda, ¿estuve con alguien más antes del accidente? Porque recuerdo el anillo de compromiso... y si no se lo di a nadie más fue a ti, y si fue a ti, entonces hay ciertas cuentas que Lan... —se gira de repente y va hacia la cocina. —Dímelo tú... —golpea la barra de la cocina de manera frustrada
—Fuimos novios, si... —me hace con la mano que siga — tuvimos una relación intermitente por años, tú y yo nos amábamos realmente lo hacíamos, pero también en esa relación intermitente Duncan y yo también anduvimos —hace una mueca —Pero la relación con él fue más...
—¿Intensa? —niego
—No, de hecho él sabía que yo no le podía corresponder como él quisiera, porque yo Chad, te amé con todas mis fuerzas, con todo mi ser, si tú decías salta, lo pensaba, pero al final lo terminaba haciendo, eras mi punto débil, pero también quien me mantenía a flote, odiaba amarte pero al final del día estando junto a ti, besándote, probándote en muchos aspectos, solo quería de eso que me hacía mal, como si fuese una pequeña masoquista.
—Pero si yo te amaba ¿por qué tendrías que ser masoquista?
—Porque era algo como un amor imposible...
—No tendría porque
—Es uno de esos secretos de los cuales aún no tengo el valor para decir.
—ok, prosigue —me acerco a él, odio esta distancia porque siento que va a volver a actuar como años atrás y tomo su mano.
—Nos amábamos demasiado, y queríamos pasar el resto de nuestra vida juntos, pero nunca me entregaste ningún anillo de compromiso, llegó después de tu accidente cuando te creí muerto, por una carta con unas siglas. —hace una mueca y se voltea.
—H.G ¿Sabes qué significa? —niega pero en ningún momento voltea hacia mí.
—Tú y yo nos íbamos a ir a Chicago juntos, no, yo no tenía una relación con Duncan entonces.
—¿En qué mes nació Chad Leilany? —su pecho comienza a subir y bajar de prisa.
—Chad...
—Dilo Lan...
—Marzo —veo como comienza a mover sus dedos, y gira de nuevo hacia mi rostro.
—Leilany... —veo que traga y parece que va a decir algo cuando el timbre suena, ninguno se quiere mover del lugar estoy esperando a que diga algo, sus ojos parecen arder, pero el sonido nos vuelve a recordar que hay alguien afuera, me hace a un lado y va directo a la puerta, un grito conocido me hace girar hacia la puerta cuando veo a Chloe sonriente cargando a mi hijo, nuestro hijo, él lo sabe no en todas sus palabras pero...
—¿Interrumpo? —pregunta mi hermana cuando ve que ninguno de los dos tiene cara de buenos amigos, el rubio mayor le sonríe intentando calmarse y le da los brazos al pequeño que nos mira confundido.
—Nunca interrumpirían nada —responde Terrence, mientras mi pequeño se deja cargar por él, Chloe es demasiado inteligente, y bastante receptiva en muchas de esas cosas, sabe que algo estaba sucediendo.
—Yo, es que... Adrien comenzó a llorar y fueron por una de mis amigas y quedaba de paso y me pareció que era bueno venir a traerlo, y perdón yo... creo que, ¡Carajo! —Se abraza a los dos rubios —Te extrañé Chad, te extrañé mucho, me platicaban de ti y quería verte desde hace mucho, pero sé que tú ni siquiera te acuerdas de mí, soy Chloe, la hermana menor de Leilany, —comienzan a salirle unas lágrimas de sus ojos avellanas— y yo aaay Chad —empieza a sollozar y me pide que cargue a mi bebé mientras él toma en brazos a Chloe, Adrien me pregunta al oído que le pasa a su tía y yo solo le pido que guarde silencio pero que observe.

Labios Sellados 3 "Nada Es Lo Que Parece"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora