Capítulo 38

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Entro a la habitación deshaciéndome de inmediato de mis zapatos de tacón, y disfruto de sentir la alfombra en las plantas de mis pies mientras Duncan se encuentra frente a su laptop seguramente trabajando, gira su rostro hacia mí y sonríe.

—Me hace falta el pequeño grito de alguien diciendo papá —me observa curioso —¿Dónde está Adrien?
—Se quedó con mis papás, se la pasó jugando toda la tarde con Louis y al final terminaron rendidos y me dio pesar despertarlo —hago un puchero. —¿Cómo sigues?
—Bien Leilany —comienzo a caminar hacia el vestidor en busca de algo más cómodo y lo escucho venir detrás de mí. —yo estoy como nuevo, algunos mareos y nauseas únicamente —sonrío; los últimos días parece ser él el que tiene los síntomas y yo no me quejo en absoluto, busco en mis cajones y encuentro mi pijama mientras que siento como se pone detrás de mí y comienza a bajar la cremallera de mi falda, cae a mis pies y después el ojiverde me pone justo frente al espejo. —Acabo de notar algo.
—¿Qué? —pregunto confundida y lo veo desabrochar los botones de mi camisa dejándome así frente al espejo.
—Aparte de que tienes más pecho y no es queja, de hecho visualmente lo agradezco —se ríe y muerde sus labios —me refiero a esto —me gira levemente para que note que tengo una pequeña curvatura ya en mi vientre. —mi bebé se está asomando ya. —mi mano va hacia esa parte del cuerpo, es cierto llevo un par de días notando que mi ropa ya no me queda como en otras ocasiones pero el hecho de correr detrás de un niño, de ir a trabajar, de hacer muchísimas cosas no me había puesto a verme detenidamente frente a un espejo y corroborarlo con mis propios ojos. —eres tan hermosa, pero así eres casi una deidad. —me sonrojo.
—Gracias —tomo su mano y la llevo a mi vientre. —es bonito disfrutar de esta etapa con la persona que amo. —sus ojos verdes brillan aún con más intensidad mientras que su toque cálido me reconforta después de un día bastante ajetreado.
—¿Todo bien entre nosotros? —todos los días hace esa pregunta, y no es que las cosas vayan mal, bueno solo "ese caso especial" en el que hemos estado trabajando pero la verdad es que Duncan, Leilany, Adrien y bebé en camino está todo perfecto, creo que poco a poco lo hemos hecho funcionar, pero sé a qué se refiere, él no pregunta si todo está bien en esta familia que estamos formando, si no en la pareja que somos y que es la que ha estado de alguna manera en la cuerda floja y lo entiendo, él se siente culpable por ciertos "detalles" por así decirle, el hecho de que sus dedos estén siendo consentidores con mi vientre, verme de esta manera frente al espejo porque casualmente me siento muy sexy así y no sé si sean las hormonas o que... pero comienzo a morderme los labios porque como que ya va siendo hora de que yo me reconcilie con él, "sexo de reconciliación" diría mamá.
—Todo bien Duncan —digo echando mi cabeza hacia atrás para acomodarme en su hombro mientras mi mano dirige la suya más hacia el sur, lo veo sonreír frente al espejo y lo que estaba siendo bastante tierno comienza a cobrar un poco de calor cuando siento en mi espalda baja que él sabe hacia dónde voy y que está preparado para ello.
—¿Puedo?
—No es necesario pedir permiso cuando casi te lo estoy rogando
—Lany —dice en esa voz baja y ronca en la que si solo así me hablara al oído yo llegaría de inmediato, pero no será así de fácil, podría, pero hace mucho que ansío sentir más que esos besos ligeros que deja sobre mis labios.
—Duncan ¿Quieres que te lo pida? —su risa ronca y su respiración en mi oído.
—No —y sus dedos buscan su camino debajo de mi ropa interior y mi ser perverso ve todo a través del reflejo del espejo, nuestras miradas se encuentran a través de este y no quiero pensar en nada más que en todas las sensaciones que mi cuerpo está sintiendo gracias al hombre que amo, que me fascina en todas sus facetas, que me tiene vuelta loca y que si estoy dispuesta a todo con él, su mano libre busca mi pecho para magrearlo a su antojo. —tengo que disfrutar de esto.
—¿Te quejas? —pregunto a modo de broma —¿de lo que comúnmente tienes?
—Lany sabes que no, que me encantas de todas tus maneras, pero no está de más disfrutar lo que la naturaleza de este embarazo nos está regalando. —me río mientras él comienza a dejar besos sobre mi cuello sin dejar de observarme y carajo él sabe cómo de inmediato hacer que yo despegue del suelo. —¿Te gusta?
—ajá
—Créeme que lo noto
—A ti también te gusta —mi mano va hacia esa parte de su cuerpo que aclama mi atención mientras como puedo mi mano logra colarse debajo del pants y de su bóxer.
—Si, te he extrañado como un loco... —mi mano se aferra a él cuando comienzo a sentir que no tardo en comenzar a flotar de esa manera en la que me encanta. —¿Quieres ir sola? —niego
—No —muevo mi cabeza de manera negativa mientras que deja un vacío dentro de mi para que sus manos vayan ahora a la camisa y caiga, el sostén que llevo de pronto sea desabrochado y mientras él me ayuda a eso yo me deshago de su pants que tira hacia a un lado junto a su bóxer, subo su playera encontrándome con ese tatuaje de mis labios y una cicatriz que me demuestra que por poco lo pierdo casi para siempre, y me prometí no perder a nadie más sé que es imposible, pero mientras yo pueda hacer algo por tenerlo junto a mi mientras nos sigamos amando lo haré; acaricio su cicatriz, él besa mi frente. —le agradezco al cielo que estés aquí.
—No podría irme y dejarte aquí, porque soy capaz de hacer hasta lo imposible por ti. —y sus labios buscan los míos que besa desesperado y yo...
—Como extrañaba tus besos —digo como puedo.
—Yo extrañaba a mi mujer, sus besos, sus caricias, su cuerpo, que se entregara a mi —me alza rápidamente y yo enrollo mis piernas alrededor de su abdomen, me ve como esperando aprobación y no necesita más cuando lo beso nuevamente deseando que nos convirtamos en uno solo.
—Extrañaba hundirme en ti —muerdo su labio porque la manera en que lo dice mientras mi cuerpo se acopla a su invasión se siente tan divino que no sé si sean las hormonas del embarazo, lo mucho que lo extrañaba o que pero carajo quiero que se calle y comience a hacer su trabajo.
—Cállate y haz lo que mejor sabes hacer —se queda quieto —bueno una de las tantas cosas que saber hacer —se ríe cuando siento que me deja sentada en una de las cajoneras pero quedamos acoplados a la perfección, sus brazos rodean mi cintura, los míos su cuello, y comienza la faena de besos, caricias, palabras dulces, unas que son sucias, gemidos de él, míos, risas, nuestros cuerpos volviéndose uno mis uñas haciendo recorrido por su espalda su lengua haciéndose camino desde mi cuello hasta las cimas de mis pechos mi espalda se encorva, mis ojos se cierran mis dientes se encajan en mis labios mientras mis manos comienzan a aferrarse a él, un ligero gruñido de su parte, y ese momento tan mágico entre nosotros, en él haciéndome suya, en él explotando dentro de mí, logro respirar nuevamente mientras que un gemido sale de mi demostrándole lo mucho que me gusta hacer el amor con él, sus labios dejando un pequeño camino de piquitos hasta mi boca.
—Te Amo Lany... cásate conmigo —dice entre susurros.
—Sabes que si... —digo aún en esa nube en la que sigo flotando.
—Sé que si... pero siempre sucede algo que ha hecho que esa fecha se posponga cada vez más, no quiero esperar más, me amas, te amo, no necesito la boda en Versalles, sé que mereces una boda de ensueño.
—mi boda de ensueño es con el hombre al que amo, y ese eres tú... ¿Estás libre el próximo fin de semana? —sonríe y asiente.
—Lo estoy.
—Entonces señor Dunne usted tiene una cita conmigo, no olvides ir presentable.
—¿Tenemos una cita entonces?
—La tenemos —digo besándolo nuevamente, me acurruco en su hombro y bostezo. —¿Ahora puedes llevarme a mi cama? bebé tiene sueño...
—Claro futura esposa —y levanto mi mirada para encontrar a un Duncan con una lagrima rodando por su mejilla. —es de felicidad. —y me aferro a él porque mi cuerpo está por quedarse completamente dormido y porque no hay otros brazos en los que yo quisiera estar.

Duncan me da paz, me da seguridad, me datranquilidad y ese amor con el que soñé desde que era una pequeña, y para estarcon él hemos pasado por tantas cosas que lo único que sé es que no quiero pasarun día más sin él, quiero el resto de mi vida junto a él, él es el hombre de mivida; y el destino me ha dejado claro que él es mi verdadero hilo rojo.

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Labios Sellados 3 "Nada Es Lo Que Parece"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora