Labios Sellados 3 "Nada Es Lo Que Parece"

Capítulo 41

Duncan

Veo el camino rumbo a la casa de mis padres; es Leilany la que viene manejando porque mis manos tiemblan, son más de las tres de la mañana cuando la llamada llegó. "Creo que es momento" dijo Terrence del otro lado del teléfono, así que de inmediato me levanté y desperté a Lany con el ruido que estaba haciendo, pensaba en que ellos se quedaran en casa pero ella se rehusó totalmente, la veo concentrada en el camino, sé que en el fondo se está aguantando el llanto para verse fuerte frente a mí, su barriga es mucho más prominente, de hecho hace unos días fuimos con la ginecóloga y le entregó a mi hermano mayor el sobre donde se sabe el sexo de nuestro bebé, el cual queríamos revelarlo junto con toda la familia en una fiesta para el fin de semana, dado a los acontecimientos recientes el saber si es niño o niña se pospone, se detiene frente a la puerta, toma mi mano y me abraza.

—Es hora cariño —asiento y ambos abrimos las puertas del automóvil para bajar en la entrada está Albert sentado en las escaleras mientras solloza.
—¿Cómo está él? —pregunto mientras él levanta la mirada.
—Me acabo de despedir de él, me parece que te está esperando, no quiero que se vaya Duncan, sé que no ha sido el mejor de los padres...
—Pero es nuestro padre —remato la frase que seguramente iba a decir.
—Exacto —Lany se acerca a él, mientras se levanta el pelinegro y los dos se funden en un abrazo
—Iré con él —ambos me confirman con la cabeza que es hora de despedirme de papá.

George y yo no fuimos el gran ejemplo de padre e hijo, seguramente para todos allá afuera si, fingíamos ser la familia perfecta, los padres enamorados aunque se sabía de todas las infidelidades de él, y los hijos perfectos, el par de hijos perfectos... qué gran mentira... cuando había más sangre Dunne rondando por ahí, era prácticamente lógico, pero nunca creí que pudiese estar tan cerca de mí. para él yo era su primogénito de quien se sentía tan orgulloso, el heredero de muchas de sus empresas, quien lo representaría, y realmente creo que en lo único en lo que si "le obedecí" fue en la mujer de mi vida, Leilany Berry.

Camino por el gran pasillo, veo salir a Darren del cuarto de mis padres mientras me da una sonrisa de boca cerrada, lo observo detenidamente.

—Es cuestión de horas —dice sin que yo le haya preguntado absolutamente nada, doy un suspiro y abro lentamente, Terrence está sentado en el sillón mientras que Abby está junto a un lado de su esposo acariciando su cabello, tiene los ojos cerrados, y mi mamá le susurra algo al oído.
—Duncan —logra pronunciar mientras me acerco lentamente y poco a poco abre los ojos, se ve demasiado delgado y demacrado, nada que ver con el hombre de hace unos años.
—Papá —sonríe.
—¿Podrían dejarnos solos? —pregunta a nuestros acompañantes, los dos se levantan de inmediato y salen de la habitación.
—Mi hijo, mi más grande orgullo... —mi corazón se comprime —sé que no soy tu persona favorita, pero yo estoy muy orgulloso de haber contribuido aunque sea un poquito en la existencia de tan hermoso ser, siempre creí que de todos mis hijos, tú serías el más parecido a mí, físicamente eres el que más, pero en cuanto a cómo te mueves en la vida, somos diferentes, eres un hombre leal a la mujer de tu vida, porque yo creo en que no sucedió nada con Meghan —me sonríe —apostaría mi vida por ello. —da una risa irónica y sin fuerza.
—Mal ejemplo —respondo. —tú fuiste leal a la tuya —acepto —solo que ella no era parte de tu vida como quisieras.
—Pero estuvo en mi vida por muchos años, fuimos felices cada vez que estábamos juntos, quizá no me amó como yo quisiera que me hubiera amado, pero no significa que no me hubiese amado a su manera, nunca me vio como pareja, pero yo era su mejor amigo, parte esencial de su vida, y prefería tener ese algo con ella a no tener nada, decidí sacrificar lo que yo sentía por su felicidad.
—Me suena parecida la historia —me observa con sus ojos verdes —quizá no somos tan polos opuestos como he querido creer.
—Si Chad no hubiese muerto, hubieses hecho lo mismo que yo, te hubieras quedado en el banquillo para siempre. —totalmente cierto. —pero ahora estás casado con ella, tienen un hijo hermoso, eres el mejor padre que Adrien puede tener, y viene en camino esa bendición que tanto querían, no tendré la dicha de conocerlo —una lágrima rueda por su mejilla —mis nietos son maravillosos, cada uno de ellos, mis cuatro extensiones de mi.
—cinco —él me ve detenidamente y asiente.
—Lany y tú serán unos excelentes padres al cuadrado ahora que nazcan —suspira —no tuviste un gran ejemplo de padre, pero sabes serlo y ese papel te queda a la perfección, es el Duncan que más me ha hecho sentir orgulloso, no el hombre de negocios, no el gran estudiante, ni el hijo mayor, el papel de hombre de familia es el que más me ha gustado verte desempeñar, perdón... perdón por no haber sido el tipo de padre que eres tú con tus hijos, tristemente el hubiera no existe, pero de verdad lo lamento, lamento no haber sido el papá que ustedes dos se merecían.
—No solo nosotros, también los Gray. —asiente —no te guardo rencor, no te odio, te amo mucho papá y yo también te pido perdón porque mi orgullo siempre fue mayor, porque siempre te quise ver como el malo, porque siempre creí que tú eras el culpable, porque ahora que estoy de este lado entiendo que cuando amas a alguien es inevitable solo quieres estar con esa persona, y entiendo aunque duele que mamá pudo haber sido una gran mujer, pero no era la mujer que tú querías que fuera quien te acompañara en este camino, no tengo nada que perdonarte porque no me correspondía a mi juzgarte como hombre y lo hice, pero como papá, siempre tuve un techo, siempre nos diste incluso de sobra, y sé que tú muchas veces te quisiste acercar a nosotros pero éramos nosotros los que siempre terminábamos huyendo de tu compañía. Nadie te enseña a ser papá, nadie te enseña siquiera a ser adulto, y uno comete errores... —lo digo con el corazón en la mano, porque hay ocasiones en que no sé como actuar con Adrien, porque aunque es pequeño a veces es inevitable que él se quiera sentir independiente y tome sus propias decisiones y eso que apenas es un niño, verlo crecer de esa manera me ha hecho notar que en algún momento yo no podré hacer mucho por él, que él tendrá que abrir sus alas y que tendrá que equivocarse también, y que habrá días en que me odiará cuando no esté de acuerdo con sus decisiones o él con las mías.

La puerta se abre lentamente es Lany quien se asoma poco a poco, George le dice con la mano que se acerque y ella llega sentándose a su lado, se ve preciosa embarazada y me arrepiento un poco de no haber tenido el valor de haber ido a N.Y cuando esperaba a Adrien.

—Es del único nieto del que me podré despedir —dice papá observándola, Lany toma su mano y la coloca sobre su barriga.
—George, te queremos mucho; lo digo de manera sincera, sé que mucho tiempo no fuiste mi persona favorita, pero sé que todos cambiamos, que no somos los mismos de ayer y que la gente está en constante evolución, además como abuelo, eres un gran abuelo, Adrien te ama.
—¿Podría decir que soy el abuelo favorito? —los tres reímos
—Tendríamos que preguntarle a él.
—¿Ya saben que es? —negamos
—Solo Terrence sabe —responde ella, mientras que el rubio aparece en la puerta, junto a Albert.
—Yo soy quien guarda el secreto —dice de manera orgullosa
—No por mucho tiempo —responde la pelirroja y ella me observa, sé lo que quiere hacer, así que asiento —creo que el abuelo de este pequeñito también debería de saberlo. —Terrence observa a mi esposa y luego a mí, me levanto de mi lugar y me acerco a ella para darle espacio a mi hermano de acercarse a nuestro padre.
—Qué sea un secreto —bromeo
—Me lo llevaré hasta la tumba —todos lo observamos, Lany toma mi mano y veo a mamá entrar a la habitación justo en el momento en que dijo su comentario, solo se aferra a Albert, ambos observan desde la puerta, Terrence se acerca al oído de George y susurra el sexo del próximo Dunne. Él ve atento a mi esposa y le extiende la mano para tomársela; papá parece querer decir algo, pero ha hecho una promesa, Lany le sonríe.
—Está bien... estamos listos para esto. —susurra.
—Puedes decirlo papá.
—Solo diré que tristemente no me tocará estar ahí para ver a la primera Dunne correr por esta casa gritándome abuelo. —sus ojos se llenan de lágrimas, los míos también, una niña, voy a ser el padre de una mujercita... y es tan agridulce la vida, porque cuando papá está por irse estoy enterándome que el mayor de mis sueños está por convertirse en algo real, tener mi niña... aún no nace y ya me tiene a sus pies, listo para darle el mundo entero si ella me lo pidiera.

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