Leilany Berry en su adolescencia fue una maestra para guardar uno de sus mayores secretos, el amor que compartía con su hermano adoptivo, tristemente la vida es efímera, y lo que pensaban que sería un amor para toda la vida terminó en un trágico acc...
Terrence y yo nos encontramos lado a lado mientras le explico el caso de uno de mis clientes de los cuales se hará cargo en cuanto yo me vaya a Francia, pone un mechón detrás de mi oreja.
—Me gusta el cabello rojizo que comparten Chloe y tú. —Herencia de mamá —Louis también ayudó ¿Cierto? Aunque su cabello no es tan rojizo, su barba... —señala la suya —de pronto tiene algunos matices rojos. —Y tú eres todo un rubio Dunne... —niega —Sabes que no me siento como uno —asiento
Sé lo mucho que le ha costado darse cuenta de muchas cosas, no odia a George, de hecho ha estado muy al tanto de su salud junto a Darren, mi suegro evita a toda costa que los miembros de su familia sepan exactamente qué es lo que sucede con él pero es cuestión de tiempo, por lo que me han explicado ambos es que tristemente cada día de vida que tiene es un regalo, en algún momento llegará esa mala noticia.
—¿Cómo te sientes respecto a la enfermedad de George? —Me hubiese gustado conocer al George que tanto me vendieron, pero la verdad es que le he tomado cierto estima, como te digo no me siento como parte de su familia, pero lo que he platicado con él, siento que todos hemos tenido un concepto tan equivocado de él, solo se enamoró en demasía de Mary y después no supo actuar con muchas de las cosas que sucedieron. —Su mayor error fue haber querido ayudar a Bridgitte, por el berrinche de una niña, Mary falleció, sabes quizá pude haber entendido que ella huyera de su casa, de sus padres, de todo lo que conllevaba que la tuvieran dentro de una burbuja, pero por haber querido huir de eso alguien murió, creo que justo la culpa no la dejó acompañarme en su velorio. —él se acerca más a mí para limpiar las lágrimas que he comenzado a soltar. —A veces no actuamos de la manera correcta y lo sabes, ¿Cuándo le dirás a Duncan de su bebé? —Se lo diré personalmente ahora que vaya a Francia, será lo primero que platiquemos ya no quiero ocultárselo más, ha sido fuerte el duelo, pero será más fácil si lo enfrentamos juntos ¿cierto? —Así es —besa mi frente y el sonido de la puerta abriéndose nos hace despabilarnos para encontrarnos con uno de sus hermanos. —¿Interrumpo? —pregunta mientras lleva su mano hacia detrás de su cabeza. —No Albert, adelante —dice Terrence —¿Quieres que me vaya? —niega con la cabeza el pelinegro. —De hecho quería hablar con los dos. —Toma asiento —le muestro los asientos que están frente a mi escritorio y Terrence se levanta hacia la cafetera para servirle un café. —He venido por Gabrielle para ir después a casa, pero está en una junta y creo que va a tardar, así que quería aprovechar para platicar con ustedes de lo que sucedió el otro día en el acuario, antes que nada quiero pedirles una disculpa, estaba molesto, me sentí atrapado y dije cosas hirientes que jamás sucedieron, sé que di a entender que mi papá había tenido algo que ver con Mary su mamá y es algo que no es cierto, me sentí muy culpable porque ella me quiso como un hijo, tanto a Duncan como a mí, fue una mujer encantadora, siempre trató de hacernos sentir bien, de ser una mejor amiga para nosotros y yo fallé a su memoria. —Nos quedó muy claro —susurro, él hace una mueca y el rubio solo se recarga en el escritorio como queriendo descifrarlo. —¿Sabes que tienen Duncan y tú? —pregunta el ojiazul. —Creen que su destino está marcado por George, es como si sintieran todo el peso de él sobre ustedes, como si sintieran que todo lo que hacen es por su culpa, y crecieron como con esa carga, porque él lo hizo a nosotros nos perjudicó, o nosotros debemos de repetir la historia y es tan falso eso. —Albert se acomoda en el asiento incómodo. —Duncan y tú son tan distintos a su padre, Abby hizo un gran trabajo con ustedes y no entiendo porque quieren repetir los patrones de George, saben lo que ella sufrió, no eres ese chico que va y lastima. —Yo, solo, quería saber que se sentía estar con ella nuevamente, pero —suelta una risa nerviosa —fue la única ocasión que la besé y ustedes estaban ahí y de inmediato supe que no hice lo correcto, que no la quería que solo quizá somos humanos queriendo descifrar el "y si hubiera" además debo de agradecer que no lo han platicado con Gabrielle. —No nos corresponde —respondo —debes de hacerlo tú. —¿Tu perdonarías a Duncan? —pregunta —Lo he hecho —él abre los ojos —¿Duncan ha besado a alguien más? —parece impresionado —pero si ese hombre es capaz de quitarse la vida antes de traicionarte. —Digamos que al igual que a ti lo encontramos en el momento menos inoportuno, pero ellos ya lo aclararon. —responde tranquilamente Terrence. —Pareces otro, Chad se le hubiese ido a golpes a Duncan y aprovecharía esa oportunidad para estar con Leilany, ustedes realmente se amaron mucho y me sorprende el hombre que ahora tengo frente a mí. —Quizá en otro contexto lo hubiese hecho, estaba muy molesto, si le dije algunas cosas, pero ese no era el momento, Leilany estaba al filo de la muerte y no podía pensar en trivialidades. —¿Y en otro momento lo perdonarías Leilany? — —No me gustaría saber que lo hizo a propósito y consciente, me dolería sabes, de hecho me gustaría que si eso llegara a suceder no me lo dijera, quizá suene estúpido pero prefiero ni siquiera estar enterada. —Eso no sucederá ¿Lo sabes cierto? Me refiero a que Duncan no podría con la culpa y te lo diría. —se acerca a mí y toma mi mano. —Coincido con él —El rubio asiente observando a su hermano. —A Duncan lo tengo en un pedestal como un hombre intachable, más que a papá, más que a ustedes definitivamente —me río —dolería la vida darme cuenta que no es el hombre al que quizá he idealizado tanto, porque sé lo mucho que le ha dolido ver a su mamá ser traicionada por su padre, porque me prometió tantas veces que jamás lo haría, de verdad ruego que nunca lo haga o que no me entere porque sería como romper lo más preciado que tengo después de mi hijo, como si un sueño materializado se hiciera añicos; peor aún si hay una consecuencia de ello como un bebé, yo no soy mamá —digo refiriéndome a Mary —yo no podría soportar que el hombre al que amo tiene un hijo con otra persona, mientras yo no he podido darle ese hermoso regalo que ha sido un anhelo para ambos. —Así de sublime es el amor Leilany y hasta que no estás ahí no lo entiendes. —No tienes de que preocuparte —responde el pelinegro —además mi hermano sabe que pondría a todos en su contra porque nosotros siempre te defenderemos. —Lo sé —respondo tranquila. —Creo que entonces debo de hablar con Gabrielle, soy sincero tengo miedo, Gabrielle no es de las que se deja, ella sabe que puede tener el mundo a sus pies, es independiente, no me necesita, si está conmigo es porque me ama, y sé lo mucho que no soportaría una traición, pero tienen razón, debo de enfrentar la situación y decirle la verdad. —Gabrielle sabrá decidir qué es lo mejor para ella y Noah —soy sincera —Noah —susurra —pensé en nosotros, pero jamás en que la consecuencia ya lleva también a mi pequeño, qué idiota soy. —Los hombres somos unos idiotas a veces, las tenemos de todo a todo, sus mejores momentos, sus días buenos, sus días malos, las tenemos al cien por ciento, mente y cuerpo, y de pronto se nos ocurre creernos tan intocables, que podemos hacer todo, herirlas sin sufrir una consecuencia, y cuando nos damos cuenta que podemos perderlas, ahora si nos entra el pavor de hacer todo bien por ellas, y esa no es la manera correcta. —levanta los hombros —Bueno Chad, digamos que tú fuiste un idiota muchas veces con Leilany —el rubio se sonroja y me observa, rueda los ojos hacia su hermano y regresa la mirada hacia mi —No recuerdo eso, discúlpame si te hice sentir así. —le sonrío y hago un ademán con la mano diciéndole que ya pasó. —éramos unos niños, y yo también cometí errores, tomé decisiones por los dos, y a veces también me he preguntado en "y si hubiera" pero creo que debemos de dejar de pensar en el pasado y simplemente dejarnos llevar con lo que la vida nos tiene preparados, pero un consejo si te puedo dar, y es que para la siguiente chica no seas uno. —Prometo no serlo —guiña el ojo. —¿Hay una a la vista? —pregunta el pelinegro ansioso por saber la respuesta, Chad se ríe y se sonroja a la vez. —La hay, pero no es nuestro momento, tal vez nunca lo sea... —Yo sé quién es —sonrío victoriosa. —Dime quien —pregunta Albert y me siento como hace años, pero recuerdo lo que le acabo de decir, vivir el presente. —Deberías de prestar más atención, es demasiado obvio cuando esa persona está con nosotros —¿La conozco? —ajá —¡Eres tú! —dice de inmediato. —¡No! —respondemos los dos al unísono. —Dejen de hablar barbaridades, como dije, de hecho me siento mal por sentirme atraído hacia esa persona, así que... seguramente veré otros horizontes. —Cuando alguien es para ti, lo será, pase el tiempo que pase, si no... ve a Duncan y a Leilany, han pasado por mucho; y no ha sido de la noche a la mañana. —Añoooos, ¡Han sido años! —respondo —pero ahora estamos juntos y a un paso de jurarnos amor eterno. —Ya córranle que ya quiero ir a una boda —dice de inmediato Terrence para cambiar el tema. —pronto, vayan sacando cita con el sastre.
*Terrence y Leilany comportándose como ese par de buenos amigos y hermanos.
*Albert pidiendo disculpas por lo que dijo
*Duncan y ella dejaron todo donde se habían quedado
*¿Quién será esa persona que le guste a Terrence?
No olviden dejar su teoría aquí:
hoy 11 de octubre el personaje de Albert Dunne cumple años... ¡Así que felicidades a nuestro pelinegro!
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