Capítulo 36

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Duncan me sonríe de forma traviesa mientras que yo trato de recuperarme después de los vómitos que me acaban de atacar, me ve desde su camilla y yo solo ruedo los ojos; creo que era tanto mi dolor cuando estuve embarazada de Adrien que no recuerdo haber tenido los síntomas de los últimos dos embarazos que fueron casi inmediatos y muy fuertes.

—No me siento bien —digo entre dientes
—Ven —se hace a un lado dejándome un espacio a su izquierda; en cualquier otro momento pensaría que se está aprovechando, de hecho sé que lo está haciendo, pero no estoy en un momento en el que pueda ponerme de digna así que lo obedezco acomodándome a su lado, toco la almohada y siento como acomoda su brazo sobre mi cintura y su mano va a mi vientre. —debes portarte bien y no darle tanto malestar a mamá. —lo dice en mi oído y me hace un nudo en la garganta; giro mi rostro y nuestros labios quedan a milímetros de tocarse.
—¿Por qué siempre tienes que ser tan tierno? —pregunto y sonríe.
—Me nace contigo, con mis hijos. —volteo de inmediato, su mirada tan tierna, tan llena de tanto hace que tenga ganas de llorar, y es inevitable porque lágrimas ruedan por mis ojos pero evito que lo vea.
—Desee tanto esto —decimos al unísono pero él se queda en silencio.
—Compartir esto, fue tan difícil el embarazo de Chad porque sentía que me faltaba todo, y claro quería compartir esto con su papá estos pequeños momentos, cuando supe que estaba embarazada por segunda vez; sabría que lo tendría que estarías conmigo sin pensar que nuestro sueño sería arrebatado de manera tan rápida, y me siento tan culpable por no haberte dicho, que tú no lo hubieses disfrutado.
—Ahora lo estoy disfrutando, yo me siento culpable porque hayas tenido que lidiar con el duelo tu sola, no lo merecías Lany, pero no eres culpable, no fue tu culpa haberlo perdido, no pienses en eso, ahora podemos disfrutarlo.
—No como hubiésemos querido.
—Entiendo, pero por pensar en otras cosas no estamos disfrutando esto, algo que ambos deseamos, algo que hicimos con mucho amor, fruto de lo mucho que ambos nos amamos porque estoy seguro que te amo, y porque puedo sentir en la forma en que me miras y me cuidas en que tú también lo haces —asiento.
—Lo hago Duncan, sé que no fue tu culpa, y dentro de lo que cabe me siento más tranquila respecto a ello, pero sabes sigue la duda, la espinita.
—Tranquila pronto sabremos la verdad —solo siento como juega con su pulgar debajo de mi ombligo, sube y baja. —¿Me seguirás queriendo si ese niño es mío? —guardo silencio, siempre lo querré... mentiría si digo que no.
—No lo sé Duncan, es raro sabes, sé que te amo, nunca creí amar a alguien como te amo a ti, pero a la vez es como... Leilany siempre dijiste que no perdonarías una infidelidad, y luego es como, además él siempre me prometía que jamás lo haría, entiendo las circunstancias, o trato de entenderlas, pero al final sigue doliendo, es como... eso, la intimidad era algo solo nuestro, hubiésemos estado en uno de esos momentos en los que no éramos nada mi cabeza seguramente lo digeriría de una mejor manera, pero así... así duele saber que algo tan nuestro lo compartiste con alguien más, te seguiré queriendo aún si es tuyo, porque dudo que vuelva a amar a alguien como te amo a ti. porque al final serás parte de mi vida para el resto de ella, pero no sé si podamos seguir siendo pareja, tampoco lo descarto, solo necesito tiempo.
—Así será —trato de alejarme...
—Tú eres la que necesita tiempo, mi bebé no —sostiene mi vientre, nuestros rostros se encuentran nuevamente y sus ojos esmeraldas me miran está tan cerca de mí, mi mano no me obedece porque busca de inmediato el acariciar su cabello sus cejas, sus pestañas mi mano va ahora hacia su mejilla y mi dedo pulgar busca acariciar sus labios
—Te extraño Duncan
—Yo también a ti Lany... —alguien carraspea la garganta
—Par de tortolos —entra Darren sonriente, y trato de levantarme pero me pide con la mano que no lo haga. —Puedes quedarte ahí, tengo buenas noticias para ustedes, mañana podrás ir a casa Duncan
—Es una buena noticia, gracias por todo Darren, George tiene razón, eres un excelente médico.
—Gracias.
—Además he conseguido la cita que me has pedido —entra una enfermera con una silla de ruedas.
—¿Qué cita Duncan? —pregunto
—Necesito hacer unos estudios —veo que Darren le ayuda a levantarse, bajo de la camilla y estoy por sentarme en el sillón de a lado, cuando el pelirojo me voltea a ver.
—Deberías de acompañarnos.
—¿Yo?
—Si —guiña el ojo mientras toma a Duncan que ya va en la silla de ruedas.
—Está bien.

Qué Duncan vaya a ser dado de alta es una buena noticia después de estos cinco días en que han pasado muchas cosas; Charles está detenido y en investigación, obviamente cada uno de los Dunne tuvo que dar su declaración incluido Duncan que lo hizo desde su habitación del hospital; y es el bufete de mi papá quien está llevando el caso aunque nos pidió que ni Terrence ni yo nos metiéramos en lo absoluto, Se sabe que se está buscando a Lena Gray pero pareciera que se la ha tragado la tierra porque no aparece por ningún lado.

—Aquí es —dice Darren abriendo una puerta pidiéndonos a los dos que avancemos, hay una doctora que de inmediato me ofrece una bata. —me sonrojo
—yo no soy... —cuando noto que en la bata blanca lleva su nombre más su especialidad: ginecóloga. —creo que si soy ¿Qué es esto? —pregunto hacia mis dos acompañantes
—Una emboscada —sonríe Duncan
—Parece que el papá está ansioso de conocer al bebé que está cocinándose —responde la doctora y yo observo a Duncan y Dios su sonrisa en estos momentos es tan maravillosa que se me olvida todo lo malo que estamos pasando.
—Está bien —la misma enfermera que fue con la silla de ruedas me indica donde cambiarme, estoy nerviosa, esto se siente bien, aunque las dos veces anteriores las compartí con Anthony y Terrence esto se siente tan diferente; me acomodan en el lugar correspondiente y aunque suele ser un poco invasivo y Duncan parece asustarse por la manera en que se hace la ecografía por tener pocas semanas de embarazo yo estoy ansiosa por conocer a mi bebé.
—¿Listos? —él se queda callado solo asiente.
—Si. —susurro mientras él toma mi mano.
—Ahí está —la imagen aparece y el rubio de manera lenta se levanta de la silla de ruedas para señalar la pantalla aunque sea de lejos.
—Ya lo dijo el papá, aquí está el bebé en camino —responde la doctora; veo la pantalla y mi barbilla comienza a temblar.
—Contando desde tu última menstruación que me comentaste hace un rato y la ecografía nos lo confirma; estás de ocho semanas —Es inevitable mis lágrimas comienzan a salir de inmediato y Duncan lo nota cuando cómo puede lleva su rostro a lado del mío.
—Todo está bien. —dice el ojiverde porque en estos momentos soy un mar de llanto.
—¿Estás aquí?
—Aquí estoy pequeña pelirroja, contigo, viviendo esto.
—¿No te irás? —escucho una pequeña risa de parte de él
—No me iré si no me sueltas... no me sueltes jamás entonces... —un ruido nos hace observarnos a los ojos.
—Y ese es el corazón de su bebé.
—Hemos creado vida hermosa... —y yo me quiero fundir en un beso con él, decirle que lo amo, que es la gran parte de mi todo, que no me veo sin él, que quiero este y muchos bebés más pero carajo, como duele la realidad, así que solo asiento y volteo a seguir viendo la imagen de ese pequeño cuerpecito que ha de tener el tamaño de una frambuesa.
—Lo hemos hecho Duncan —sonrío ante este pequeño hermoso momento junto a mi pequeño bebé, y el hombre que amo, el padre del bebé en camino.
—Mentiría si no digo que muero de miedo y que tengo millones de dudas justo ahora, tengo un hijo de tres años y he aprendido junto con él, pero esto, esto me supera, ¿Cómo lo cuidaré? ¿Será muy pequeñito? ¿Qué hago? —la doctora se ríe.
—le daré una lista de libros para que se vayan preparando nuevamente.
—Si, lo haré, quiero decir tanto, hacer tanto, que estos próximos meses se me harán eternos —y verlo así me derrite el corazón —¿Cuándo podremos saber qué es?
—A partir de la semana veinte aproximadamente. ¿Tiene alguna preferencia Señor Dunne? —niega
—Si es niño será excelente tener otro compañero de juegos Adrien mi hijo mayor —sonrío — es un niño muy inteligente, aprendió más rápido a diferenciar las marcas de los automóviles que los colores —me río porque él tuvo mucho que ver con eso, y sería fantástico tener otro niño a quién mostrarle ese tipo de cosas, pero si es una niña, yo... yo me volvería loco, en mi casa somos puros hombres, y... ¿Te imaginas una pequeña pelirroja? —gira su rostro para verme mientras hace la pregunta y asiento
—si, con tus ojos. —sonríe
—Sería la reina de papá —confiesa sincero.
—Ese papá feliz y ansioso tendrá que esperar varias semanas para ello.

La doctora nos sigue explicando algunas cosas, le toma las medidas a la imagen además de que nos imprime unas cuantas ecografías que seguro daremos a nuestros familiares y guardaremos en un álbum fotográfico, regresamos a la habitación de Duncan y que papá esté ahí nos prende las alarmas.

—¿Todo bien? —pregunto empujando a Duncan en la silla.
—Hemos encontrado a Lena Gray
—¿Dónde estaba? —pregunta el rubio, papá suspira y me observa, sé que lo que dirá no me gustará.
—La hemos encontrado en Francia junto con su sobrina... Meghan Lloyd...

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Labios Sellados 3 "Nada Es Lo Que Parece"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora