Capítulo 16

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(Lena)

3 años antes...

Aquella estaba siendo una mañana estresante. Acababa de tener una reunión con un cliente para presentarle el esbozo de un anuncio y lo había rechazado asegurándome que no se adecuaba a sus necesidades. Estaba... molesta. No había nada que me pusiera de peor humor que un cliente prepotente que se cree saber más que tú sobre Publicidad. Salí de la sala de reuniones ceñuda. Solo quería regresar a mi escritorio y ponerme con otros temas, pero decidí pasar antes por el baño. Estaba con las manos bajo el chorro de agua fría cuando la puerta se abrió y entró la chica que, dos semanas antes, había visto sentada en la sala de Personal hablando por teléfono.

-¡Uy! -exclamó al verme. Abrió mucho los ojos.

Parpadeé confusa, cerré el grifo y me sequé las manos con papel antes de cruzarme de brazos y murmurar:

-¿Qué?

-Nada -Se encogió de hombros. -¿no estarán ocupados verdad? Me estoy haciendo pis. -Señaló los cubículos vacíos.

-Eh... -No supe que contestar, en aquel momento me dejó completamente descolocada.

-¡Gracias! -Y sin más entró en uno de ellos y se encerró. -Hoy es mi primer día, ¿sabes? Como becaria. Y la verdad es que estoy sorprendida de lo bien cuidadas que están las instalaciones. Estuve trabajando en C&F y los baños parecían caerse a cachitos, si hasta me encontré una cucaracha una vez, ¡Puaj! -Parloteaba rápido y sin dejar espacio para que yo pudiera replicar nada. Si aquello ya me parecía absurdo, escuchar el chorrito de pis caer en el inodoro era el colmo de lo irracional, ¿es qué aquella chica no tenía ni una pizca de vergüenza ajena? -Me está dando la formación Katherine Kane, hace tiempo que sigo sus campañas de publicidad por redes sociales y me encanta la forma en la que trabaja los conceptos. ¿Le conoces? Justo entonces la puerta se abrió y la chica salió, colocándose bien la falda. Yo me había quedado como idiota, alucinando con aquella situación que me parecía tan surrealista como una obra de Dalí. Se limpió las manos en el lavabo con agua y jabón mientras seguía hablando sin parar: -Lo único que encuentro a faltar en esta empresa es algo de catering en la sala de descanso. Donde trabajaba antes siempre había algo, a ver, tampoco te creas que era gran cosa, unas galletas de avena rancia y unos croissants sosos que yo rellenaba con Nutella, así me va. -Se señaló el cuerpo y cogió unos papeles del expendedor para secarse las manos con ahínco-. Por cierto, me llamo Kara.

Alargó la mano hacia mí y yo la miré sin intención de estrechársela. Por fin, salí del trance en el que me había sumido y me atreví a hablar.

-Oye, Kara, ¿qué diablos has desayunado? ¿Cotorra a la plancha? Por dios, ¿es que no te callas nunca?

Abrió la boca, apartó la mano que yo no había estrechado y el rubor ascensión por sus mejillas. No sé porque sentí una especie de satisfacción en hacer ruborizar a esa chica que me parecía tan descarada. Sin embargo, enseguida un brillo llenó su mirada, se cruzó de brazos, imitándome, y levantó su rostro desafiante enfrentándose al mío.

-¿Y tú que has desayunado? ¿Un palo de escoba? Porque creo que lo tienes atravesado en el culo. -Cuadró los hombros y se dirigió hasta la puerta de la salida. Se giró en el último momento. -¡Ah! Y esa camisa que llevas es la cosa más fea que he visto nunca. ¿Dónde te la has comprado? ¿En Payasalandia? -Y con una sonrisa irónica, salió del baño, dejándome pasmada, enojada y.... caliente. Muy caliente. ¿Qué diablos me pasaba con esa chica?

Posdata: Te OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora