Se casaron por deber.
Gobernaron por el reino.
Lucharon por la justicia.
Pero se curaron el uno al otro.
Una historia en la que dos almas rotas, reunidas por casualidad, encuentran
consuelo entre sí después de una guerra.
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II. Los Martells
273 D.C.
Vestida de rojo y dorado mientras los vientos azotaban, Livia estaba de pie frente al barco dorniense que se acercaba.
—Tu padre estaría orgulloso de lo que has logrado —Genna le dijo.
Livia solo sonrió y asintió con la cabeza a su vez. No es como si su padre la felicitara por planear esto, era solo otra cosa que había hecho. Para ella era normal.
Ella podría ganar una batalla y su padre incluso encontraría algún tipo de defecto en sus planes.
Era interminable, pero era lo que se esperaba.
Antes de que nada más pudiera entrar en su mente, personas vestidas de naranja y rayos de sol habían salido del barco.
Los Martells. La princesa Loreza de Dorne se veía tan regia como la gente decía que era y sus hijos, Elia y Oberyn, eran un reflejo de ella. Todos tenían el mismo cabello oscuro y ojos oscuros, su piel reflejaba un brillo dorniano tan diferente de la propia piel de porcelana de Livia.
Livia plasmó una sonrisa en su rostro, saludándolos mientras se acercaban—Les doy la bienvenida a Casterly Rock, Princesa Loreza, mis estimados invitados —Dijo, haciendo una rápida reverencia.
La princesa Loreza la examinó, mirándola rápidamente—Tienes la sonrisa de tu madre.
Livia sonrió con tristeza, era agridulce recordar a su madre cada vez que se miraba al espejo—Sí, y los ojos de mi padre, o eso me han dicho.
La princesa de Dorne se acercó y colocó las manos en las mejillas de Livia. —Hermosa niña. Eres tanto tu padre como tu madre, ahora lo veo, lady Livia. Tal como había dicho tu madre.
—Es un gran manto para llevar—Dijo Livia, haciendo reír a la princesa de alegría ante la sabiduría de la joven a pesar de su edad.
—En efecto —La princesa Loreza estuvo de acuerdo — Puedo presentar a mi hija, Elia y mi hijo, Oberyn.
Elia dio un paso adelante, claramente mayor que Livia a pesar de su cercanía en edad—Lady Livia, es un placer conocerla finalmente.
—Y yo a ti — Livia saludó, juntando sus manos con la princesa dorniense.
—Mi madre tiene razón, Lady Livia. Es usted muy hermosa. Todo un león —La voz de Oberyn sonó, haciendo que Livia se volviera hacia él.
Por su sonrisa, Livia dedujo que él era encantador, lo sabía desde el principio. Le recordaba a su propio tío Gerion, juguetón y divertido. El pensamiento exhibió una pequeña sonrisa de ella.
—Gracias, mi príncipe. Me halagas con tus palabras —Livia respondió cuando Oberyn tomó su mano y le dio un beso.
—Lady Livia, ¿puedo preguntar dónde está su señor padre para poder hablar con él? —Preguntó la princesa Loreza.
