Capítulo V

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V

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V. En sus brazos

Livia volvió a la mesa y bebió la copa. Ciertamente necesita el coraje líquido si quería continuar con lo que había planeado hacer.

No sabía qué se había metido en ella por querer hacer tal cosa, tal vez era la decepción de su padre o era Arbor gold

Antes de que pudiera convencerse de no hacerlo, se dirigió hacia donde muchos ya estaban bailando y mirando a los ojos de Jaime, levantó siete dedos. Él solo levantó una ceja como si la estaba desafiando.

Bueno, ella no era de las que se asustaban ante un desafío. Livia cerró los ojos y se dio la vuelta, con la falda ondeando a su alrededor.

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Vueltas y vueltas hasta que se detuvo. Livia abrió los ojos para ver el mundo borroso a su alrededor. Dando un paso adelante, tropezó.

Casi se cae al suelo, solo que fue atrapada justo a tiempo e inmediatamente se dejó llevar a cabo por la melodía. Cuando su visión se aclaró, vio que estaba en los brazos del hombre que vio en la ceremonia.

El hombre de cabello negro azabache y ojos azules. Era más alto de lo que había esperado, elevándose sobre ella, con una sonrisa tranquila y confiada en su rostro mientras colocaba una de sus manos en su cintura y la otra, tomándola de la mano.

—Bueno, te preguntaría qué estabas haciendo, pero ya sé por qué— El hombre habló, su voz bastante profunda.

Livia lo miró, casi en estado de shock antes de recuperarse rápidamente —Oh, ¿lo sabes? ¿Qué estaba haciendo entonces?— Preguntó, recuperando sus sentidos a su alrededor y bailando con gracia, encontrando sus pasos.

Él se rió entonces, su risa tan hermosa que la dejó sin palabras— Quería bailar, ¿no? Estoy feliz de cumplir con su pedido, mi señora.

No se parecía a Rhaegar, mientras que el príncipe era delgado y elegante, este hombre era tonificado y robusto. ¿Quién era este hombre ?, se preguntó.

—Vaya, gracias, amable señor —Livia se rió con él.

—Robert Baratheon, a su servicio— El hombre que ahora conocía como Robert dijo.

—Livia—Esa fue su única respuesta, no había pensado en decir su apellido. Para esa noche, solo había querido ser Livia, sin que el nombre Lannister pesara tanto en ella.

Robert pareció sentir la pizca de misterio a su alrededor y se lo tomó con calma.

—Encantado— Dijo, colocando un suave beso en la mano que había estado sosteniendo.

Mientras continuaban bailando, Livia parecía no poder apartar los ojos del apuesto hombre frente a ella. Sabía que en algún lugar de la habitación, su hermano y su hermana la estaban como un halcón, pero en ese momento, nada más importaba.

𝑨𝒇𝒕𝒆𝒓𝒎𝒂𝒕𝒉 ||  𝑹𝒐𝒃𝒆𝒓𝒕 𝑩𝒂𝒓𝒂𝒕𝒉𝒆𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora