Se casaron por deber.
Gobernaron por el reino.
Lucharon por la justicia.
Pero se curaron el uno al otro.
Una historia en la que dos almas rotas, reunidas por casualidad, encuentran
consuelo entre sí después de una guerra.
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XLIII. Meros sueños o realidad
286 D.C.
Comenzó como una simple broma.
Una mañana, Robert rodó sobre su costado, acercó la figura de Livia a su pecho y susurró— ¿Cásate conmigo?
Livia se había despertado, un poco confundida, sin estar segura de haber escuchado bien— ¿Eh?
—Cásate conmigo—Repitió, salpicando besos en su cuello.
Riendo, se volvió hacia él, el sueño todavía estaba presente en sus párpados entreabiertos—Ya estamos casados. Vuelve a dormir.
Todas las mañanas, Robert se despertaba, se ponía de costado, besaba el cuello de Livia y susurraba las mismas palabras—¿Cásate conmigo?
Después de días, incluso semanas de preguntar, Livia finalmente cedió y respondió—Sí, me casaré contigo. Ahora vuelve a dormir.
Al día siguiente, Livia se despertó con la luz del sol que entraba por las ventanas en lugar de los besos de Robert.
Ella sospechaba que todavía estaba dormido, extendiendo su brazo hacia su costado para encontrarlo sorprendentemente vacío.
— ¿Robert?—Livia se sentó, mirando confundida alrededor de la habitación. Extendió su brazo hacia la mesa auxiliar y envolvió su cuerpo con la bata de seda.
Caminó hacia el balcón, confundida al verlo vacío. Moviéndose hacia el solar, vio platos cubiertos de comida y una taza de té preparada junto con un trozo de pergamino.
Livia recogió el pergamino y lo desplegó.
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Buenos dias mi Liv
Puede que hayas notado que no estoy presente en nuestros aposentos en este momento. Conociéndote, probablemente te despertaste alrededor del mediodía. Estoy preparando algunas cosas de última hora para el importante evento en Kingswood al atardecer. Cassian también está conmigo, no te preocupes. Por ahora, disfruta del desayuno de todas tus comidas favoritas y luego, en tu armario, verás una bata roja. Pensé en ti inmediatamente cuando lo vi. Póntelo y sal a la calle. Seguro que te gustará lo que tengo planeado.
Amándote siempre,
Tu Robert
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