Se casaron por deber.
Gobernaron por el reino.
Lucharon por la justicia.
Pero se curaron el uno al otro.
Una historia en la que dos almas rotas, reunidas por casualidad, encuentran
consuelo entre sí después de una guerra.
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XXXV La historia se repite
285 A.C.
Un golpe llegó desde la puerta, lo que hizo que Livia se volviera de su lugar en el balcón.
-Adelante-Gritó, moviéndose hacia las cámaras interiores para ver a su hermano, Jaime, entrar en la habitación.
Habían pasado quince y tres días desde que Robert y su séquito se fueron a Winterfell. Unas semanas que se sintieron como una eternidad desde que dejó ir al amor de su vida.
Cada día había sido más duro que el anterior. Despertar fue doloroso sin sus brazos alrededor de ella. Irse a dormir fue difícil cuando solo escuchó el silencio en lugar de los latidos de su corazón.
El año comenzó tan silenciosamente como si el reino estuviera conteniendo la respiración antes de que sucediera algo terrible.
Jaime se quedó atrás, por gran insistencia de Robert, afirmando que solo se sentiría cómodo al irse, sabiendo que uno de los mejores caballeros de los Siete Reinos estaba allí para protegerla.
-Livvy-comenzó Jaime, mientras ella le indicaba que se dirigiera al solar donde todavía tenía su almuerzo de albóndigas de alce rellenas de guindas.
Livia se metió uno en la boca antes de volverse para mirar a su hermano con una mirada expectante- ¿Sí?
Jaime arrugó la nariz hacia ella-En primer lugar, eso es repugnante. ¿Cómo puedes comer algo así?
-Eres un hombre, por lo tanto, no tienes derecho a juzgar los antojos de una mujer embarazada. Además, nuestra madre comió lima sola cuando estaba embarazada de ti y de Cersei-Ella replicó, con la mano en el vientre.
Se rió entre dientes, sacudiendo la cabeza antes de ponerse serio-Livvy, quería hablarte de algo.
- ¿Qué pasa?-Preguntó ella, preocupándose.
-Vi la forma en que mirabas al rey y no te molestes en negarlo. Lo amas, lo amas-Respiró hondo antes de continuar-Entonces, ¿por qué lo dejaste ir?
Livia suspiró y tomó la mano de su hermano- ¿Puedes creer que pienso que Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark se amaban?
- ¿Crees eso? ¿Por qué?-Preguntó incrédulo.
-Se amaron lo suficiente como para condenar al mundo por su amor. Por una vez, solo quiero que el amor sea desinteresado, bueno y feliz. Hermano, si lo obligo a quedarse, solo lo asfixiaría. Él merece sanar, él merece seguir adelante del pasado como yo lo he hecho. No puede hacer eso si se queda aquí -Ella respondió, respirando con dificultad.
- ¿Qué cambió?-Preguntó Jaime.
" Todo" Pensó.
-Solo he sabido dos cosas en mi vida. La familia y el deber, pero sé que no es suficiente-Ella respondió, sonriéndole con tristeza-Lo amo y quiero estar con él, pero el egoísmo no está en mi naturaleza. Por una vez, el amor supera mis deberes. Por encima de todo, quiero que sea feliz, que sea libre. Hacemos cosas que no queremos, lo hacemos por las personas que amamos.
