Se casaron por deber.
Gobernaron por el reino.
Lucharon por la justicia.
Pero se curaron el uno al otro.
Una historia en la que dos almas rotas, reunidas por casualidad, encuentran
consuelo entre sí después de una guerra.
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XLV. Justo al comienzo
302 D.C.
- ¿Cómo es Winterfell?
-Frío, probablemente.
-Por supuesto que va a hacer frío, ¡tiene el invierno en su nombre!
Livia se rió de la conversación de ida y vuelta entre sus dos hijos.
Cassian, ya de diecisiete años. Se parecía mucho a Robert con su complexión musculosa, cabello negro azabache y ojos azules. Era casi como una versión en miniatura de Robert con apariencia y habilidad con la espada. Lo único que obtuvo de ella fueron las respuestas contundentes y las ingeniosas réplicas.
Johan solo un año más joven, por otro lado heredó sus rasgos de Lannister, la nariz delicada, los ojos verdes, la figura ágil. Pero su cabello era del color de la oscuridad y era excelente con el arco. Incluso mejor que su hermano.
Livia se sentó en su campamento, viendo a los dos niños entrenar y bromear entre ellos cuando escuchó el sonido de las risas de las niñas, lo que solo podía significar una cosa.
Sus hijas habían causado problemas.
- ¡Sabine! ¡Tyne!-Livia gritó, levantándose y dándose la vuelta para ver a las dos chicas sonriendo inocentemente- ¿Qué hicieron ustedes dos ahora?
Resulta que, cuando tu infancia estuvo llena de travesuras, el destino se venga de ti al darte niños traviesos.
-Madre, estábamos caminando y ocupándonos de nuestros propios asuntos-Sabine comenzó.
Livia los niveló con una mirada seria, cruzando los brazos- ¿Ocuparte de tus propios asuntos?
Unos segundos más de esa mirada seria, Tyne finalmente se rompió- ¡Solo queríamos montar a caballo! ¡Y el tío Jaime dijo que estaba bien!
-Por supuesto que lo haría-Livia se burló, después de todo, habían hecho lo mismo de niños. Suspirando, continuó-Muy bien, puedes montar a caballo pero solo si tu tío Jaime está contigo. ¿Entendido?
-Sí, madre, lo entendemos-Ambos respondieron, charlando entre ellos y riendo mientras se alejaban, su cabello oscuro se agitaba detrás de ellos debido al aire frío cuando estaban cerca de Winterfell.
Al sentir una figura detrás de ella, una sonrisa asomó a sus labios-Ellos obtienen eso de ti, ya sabes.
-No estoy seguro de saber a qué te refieres-La voz de Robert le susurró al oído, rodeando su cintura con los brazos.
Livia se dio la vuelta para enfrentarse al hombre que ama. A pesar de los años, todavía se veía tan guapo como el día en que se conocieron. Su barba se había hecho un poco más larga, haciéndolo parecer más maduro e intimidante, pero sus ojos mostraban al hombre vertiginoso debajo, todavía el azul tormentoso que ella amaba.
