"¿Que estés con ella quiere decir que ya te olvidaste de mí? Porque en ese caso, espero que seas feliz pero no como lo eras conmigo; y puede que sea egoísta, lo sé, pero es que no puedo superarte, Harry."
Puesto #1 en #NovelasdeOneDirection - 27/J...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nunca había sido una gran aficionada de desempacar grandes equipajes, así que, cuando me detengo a observar todo lo que tengo que sacar y guardar en su lugar correspondiente, me es imposible no querer patear todo y tirarme en mi cama abandonada para dormir una siesta.
No parecía tan complicado cuando estuve empacando hace más de 24 horas.
Estaba cansada por las 10 horas de vuelo, estaba agotada por cargar el equipaje y estaba fatigada por darle tantas vueltas al hecho de que en solo unas horas más, volveré a ver a mis amigos después de dos largos años de distanciamiento.
Y no es que no los quiera ver, todo lo contrario, me había fastidiado de solo escucharlos a través del celular cuando hacíamos largas llamadas; necesitaba, no, me urgía tenerlos frente a frente y poder estrecharlos entre mis brazos por todo ese tiempo perdido y lleno de ausencias.
Pero sabía que él estaría ahí.
Y no era tonta.
También sabía que había grandes posibilidades que de ella estuviera presente.
¿Estaba lista para verlo de nuevo? ¡Por supuesto que no!
Soltando el décimo suspiro del día, decido colocar algo de música en mi celular y, con la compañía de Fleetwood Mac, comienzo a desempacar todo el equipaje que he traído conmigo desde Italia.
Más tarde, unas dos horas después, me tomo el tiempo necesario para limpiar la mayor parte de mi departamento, pues, a pesar de que había estado en vigilancia constante por mis amigos, algunas motas de polvo se distribuían por el pequeño lugar.
Me permito relajarme bailando de un lado al otro por el que es mi hogar y no puedo evitar sentir cierta alegría por estar de regreso en la ciudad que me ha visto crecer.
Aun así, la nostalgia por aquellas tardes de verano en Italia, acompañada de una gran ración de quesos y diversos vinos frente al atardecer con los amigos que hice por allá, se hace presente e incluso, llego a plantearme si realmente es lo mejor estar de regreso en Nueva York.
Sabía el motivo por el que estaba aquí nuevamente, en realidad, eran muchos los motivos.
Extrañaba a mi familia, a mis amigos, extrañaba el movimiento de la ciudad, extrañaba mi departamento.
Pero, a pesar de toda la añoranza que sentía en mí ser, en lo más profundo de mi corazón estaba la principal razón de mi regreso: él.
Porque necesitaba cerrar ese ciclo y necesitaba aprender a vivir con esa clase de dolor que te presiona el pecho en momentos específicos.
¿Mi especialidad? Huir sin mirar atrás.
Así que, cuando todo terminó entre él y yo y se me abrieron las puertas en dirección a una gran oportunidad, no dudé en tomar la opción de alejarme de él y de todo lo que alguna vez fuimos.