C A P I T U L O 21

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C a p i t u l o 21

"Olivia"

Era sincera cuando decía que detestaba los domingos

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Era sincera cuando decía que detestaba los domingos. Me parecían los días más aburridos, solitarios y simples.

Algo en mí quería salir para hacer algo diferente y fuera de la rutina, pero, la mayor parte del tiempo ganaba el sueño y el cansancio y terminaba quedándome en mi departamento, sin embargo, hoy decido tomar la primera opción.

No tenía idea de a donde me dirigiría y tomando en cuenta de que sigo sin hablar del todo con mi hermana y probablemente los chicos estén ocupados, considero que la mejor opción es visitar a mis padres, quienes comúnmente prefieren quedarse en casa los fines de semana.

A pesar de que tengo el dinero para tomar el transporte público, esta vez voy caminando y me tomo mi tiempo para recorrer las calles de la ciudad a paso moderado.

La mala suerte parece perseguirme cuando mi madre me habla por teléfono para preguntar cómo me encuentro e informarme que su hermana los ha invitado a comer, así que detengo por completo mi paso, le deseo suerte en su salida, nos despedimos, cuelgo la llamada y maldigo por dentro.

Quedarme en casa: 1 punto.

Salir: 0 puntos.

Un pequeño restaurant de comida china está a unas cuantas calles así que al menos decido comprar un poco para llevar a mi departamento y comerla mientras rebusco algo en Netflix.

El sol está posicionado en lo más alto de la ciudad y nos ilumina con cada uno de sus rayos generando así, que el día luzca alegre e incluso bonito. Como era de esperar, los parques están atestados de gente y cuando paso por Central Park, descubro lo que parece, un pequeño festival.

Hay un pequeño escenario al frente, varias mesas y asientos distribuidos sobre el césped y a su alrededor, carritos con distintos tipos de comida, por lo tanto, considero que es mejor indagar por aquí y buscar otra cosa para comer.

Deambulo por aquí y por allá y finalmente doy con un puesto de comida mexicana.

Mientras espero a que me entreguen mi pedido, al fondo escucho una voz femenina cantar en portugués acompañada de una alegre melodía con trompetas, guitarras y tambores.

Incluso puede que coma aquí.

Pronto, la mujer que atiende el pequeño negocio comienza a generar una conversación y de una u otra manera nos adentramos en una charla relacionada con el festival y ella se encarga de informarme que probablemente durará todo un mes.

Tengo que venir con Alice y probablemente podamos arreglar nuestros conflictos.

Porque por primera vez mi orgullo estaba ganando y a pesar de los intentos de mi hermana por querer resolver nuestra situación, esta vez era yo quien se rehusaba a escucharla. Durante nuestra adolescencia Alice solía ser la que llevaba este papel y ahora parecía que se habían invertido.

HAPPIER | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora