C A P I T U L O 25

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C a p i t u l o 25

"Olivia"

Mi madre lo piensa en más de una ocasión y cuando mi cara muestra una mueca de desesperación, suspira y me entrega las llaves de su automóvil

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Mi madre lo piensa en más de una ocasión y cuando mi cara muestra una mueca de desesperación, suspira y me entrega las llaves de su automóvil.

— Louis me enseñó a conducir, relájate — beso su mejilla y tomo mi bolso antes de dirigirme a la salida

— Sí, pero Niall me habló de la ocasión en que te saltaste dos semáforos

— Son mentiras, mamá

¡Ese irlandés chismoso!

Me despido de mi madre y salgo de la casa de mis padres con una sonrisa en el rostro.

— Vamos, Olivia. Ni se te ocurra estrellar el carro — me advierto una vez que ya estoy arriba y lo enciendo

Tenía buen tiempo para manejar y llegar al departamento de Alice, después pasar al hospital y finalmente, regresar el automóvil y dirigirme a mi trabajo, así que procuro manejar con el mayor cuidado posible y durante el trayecto decido que es un buen momento para comprar mi propio carro; estaba harta de tomar el transporte público y correr para alcanzar el metro.

Las cosas seguían extrañas entre mi hermana y yo, las palabras que intercambiábamos eran casi nulas y a pesar de que ella seguía haciendo su mejor intento por mejorar nuestra relación, yo continuaba sin aceptar esto.

Nunca he sido una persona orgullosa, pero Alice sí es de aquellas que les cuesta pedir perdón, así que, aunque no lo disfruto completamente, he decidido esperar a que se disculpe de la manera correcta. Aunque fuera mi hermana no pensaba seguir permitiendo su comportamiento y mucho menos que siguiera creyendo que unas cuantas palabras bastarían para regresar a la normalidad.

Aun así, en esta ocasión me había pedido que la acompañara a una de sus quimioterapias y a pesar de que pude negarme, esto del cáncer me puede más y acepto, sin embargo, planeo continuar con mi actitud.

¿Es infantil? No lo sé, pero mi padre dice que ambas nos vemos ridículas.

Y puede que tenga razón.

Le escribo un mensaje avisándole que he llegado a su departamento y cinco minutos después, la veo salir de su edificio y subir al carro de nuestra madre.

— Hola, Liv — murmura casi tímida

— Hola ¿cómo estás? — respondo en tono neutro y ahora me dirijo al hospital

— Bien, un poco nerviosa. Los vómitos han comenzado ¿sabes? Así que me disculpo sí en algún momento te toca presenciarme de esa manera

— Está bien — me encojo de hombros — Yo fui quien sostuvo tu cabello mientras le cantabas al escusado después de tu primera borrachera

HAPPIER | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora