C A P I T U L O 49

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C a p i t u l o 49

"Olivia"

Maratón 3/3

Corro a gran velocidad por el estacionamiento tratando de no tropezarme y hacer el ridículo frente a cientos de estudiantes que me observan con suma atención probablemente preguntándose qué mierda ocurría con la desquiciada que tiene cara de horror

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Corro a gran velocidad por el estacionamiento tratando de no tropezarme y hacer el ridículo frente a cientos de estudiantes que me observan con suma atención probablemente preguntándose qué mierda ocurría con la desquiciada que tiene cara de horror.

En momentos así odiaba Nueva York y su insufrible tráfico por toda la ciudad.

Tenía solamente cinco minutos para llegar al aula donde presentaría mi examen de admisión para la maestría y todo en este día había salido en mi contra; había comenzado a nevar, se me había roto un tacón de mi botas y mi cabello estaba sumamente esponjado y ahora, estaba segura de que daba una pinta de desesperación y estaba sudando horrores.

Cuando ingreso a las instalaciones de la universidad, me atrevo a maldecir en voz baja, pero para evitar ser más juzgada de lo que ya estaba siendo por los de mí alrededor, lo hago en italiano, matando así a dos pájaros de un tiro, pues ya tenía demasiado sin practicar este idioma.

— Yo también pienso que Nueva York es una porquería — una voz masculina se hace escuchar a mi lado y me sobresalto cuando veo a un hombre caminar a mi lado

— ¿Disculpa? — cuestiono sin dejar de hacer mi recorrido

— No llevo aquí ni un mes y no creo poder tolerar un minuto más

— ¿No te han enseñado que es de mala educación meterse en conversaciones ajenas? — pregunto molesta, ya que evidentemente mi humor no era el mejor

— Lo siento, tienes razón, no quería interrumpir tu charla con...— el hombre se queda en silencio y me observa con atención

— ¿Por qué te callas?

— Es que necesito saber tu nombre para así completar la oración, — hace una pausa — O vienes hablando contigo misma o tienes a un amigo imaginario

— Eso no debería importarte — ingreso al salón de clases y un suspiro de alivio sale de mis labios cuando descubro que el profesor no ha llegado — ¿Por qué sigues aquí? — le pregunto al hombre molesto que continúa a mi lado

— ¿Te molesta que continúe aquí? — inquiere divertido

— Demasiado — suspiro y bajo la voz para que el resto de los alumnos no escuche — Mira, no tengo idea de quién eres, pero estoy a punto de presentar un examen sumamente importante para mi vida profesional, he tenido una mañana bastante tormentosa y lamento ser grosera pero no me ayuda de nada que estés aquí persiguiéndome

— ¿Crees que lo mejor sea que me retire? — alza una ceja

— Por favor — digo obvia

— Bien, fue un gusto conocerte — sonríe y sale del aula

HAPPIER | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora