"¿Que estés con ella quiere decir que ya te olvidaste de mí? Porque en ese caso, espero que seas feliz pero no como lo eras conmigo; y puede que sea egoísta, lo sé, pero es que no puedo superarte, Harry."
Puesto #1 en #NovelasdeOneDirection - 27/J...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los ruidos en la cocina me despiertan y después de incorporarme en la cama, me tallo los ojos con mis manos para intentar despejar el sueño. Me pongo de pie y camino por mi departamento hasta que doy con mi madre, quien está preparando el desayuno.
— Buenos días, amor — dice y me obsequia una de sus tantas hermosas sonrisas
— Hola, mamá — me acerco a ella y beso su frente — ¿Qué tal has dormido?
— De maravilla, esa cama es muy cómoda — sonríe — ¿Puedes despertar a Gemma? El desayuno ya casi está listo
— Seguro
Ahora me dirijo hasta la habitación de invitados y ahí me encuentro a mi hermana durmiendo en una posición bastante extraña, tiene todo el cabello en el rostro y un hilo de saliva sale de su boca.
— Gems, mamá ha preparado el desayuno, levántate — tomo una almohada y se la arrojo ocasionando que se sobresalte
— ¿¡Qué!?
— El desayuno — río al verla tan desorientada — Vamos
— Déjame en paz — se queja y parece que tiene toda la intención de volver a recostarse, sin embargo, soy más rápido y la tomo entre mis brazos para cargarla y llevarla hasta la mesa de comedor
Ahí, mi madre nos mira divertida y niega con la cabeza mientras lleva unos platos en sus manos. Dejo a Gemma sobre una silla y ayudo en terminar de llevar lo necesario para el desayuno y cuando todo está listo, nos sentamos.
— No puedo creer que este tiempo haya pasado volando — dice mi madre
— ¿Y si ya no regresamos? — habla Gemma y después suelta un gran bostezo — Me gusta Nueva York
— A mí también, pero no hay nada como el aire fresco de casa. Aquí siento que a veces me falta el aire
— Les prometo que en cuanto pueda iré a visitarlas — digo y tomo la mano de cada una
— No te sientas presionado hijo, no quiero que hagas horas extras en el museo y te desgastes más de lo necesario. Podemos seguir con las videollamadas — mi madre me alienta, aunque sé que por dentro siente las mismas ganas de llorar que yo
— ¿Han disfrutado el tiempo aquí? — cambio un poco de tema
— Demasiado, cariño — Anne sonríe — Pero ya que quedan pocos días para que nos marchemos, necesito hacer unas compras
— Pero habíamos dicho que hoy nos quedaríamos aquí — interviene Gemma
— Ustedes quédense aquí — mi madre le resta importancia al asunto — Necesitan pasar tiempo de hermanos y yo necesito estar alejada de ustedes por unas horas