C A P I T U L O 45

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C a p i t u l o 45

"Olivia"

Más días, más noches y poco a poco sentía que podía respirar un poco más

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Más días, más noches y poco a poco sentía que podía respirar un poco más.

Una bocanada de aire al día, Olivia, está bien, estás bien.

Salgo del consultorio no sin antes agradecer a mi terapeuta y asiento cuando me recuerda que la siguiente sesión será dentro de una semana.

Supongo que esta era la magia de volver a buscar ayuda profesional; poder comprender que esta lucha interna no podía enfrentarla sola y necesitaba en quien apoyarme para tomar un descanso de todo lo que me torturaba.

Subo a mi automóvil y aunque sólo llevo una semana con él, considero que no era un fracaso al momento de conducir, aunque siendo realistas, probablemente Niall se reiría de algunos pequeños errores que cometo y Louis se enojaría y me daría un discurso en relación a que él nunca me enseñó a manejar de tal manera.

Es de noche y el sueño pesa en mis parpados, pero por suerte consigo llegar a mi departamento después de casi treinta minutos de estár sumida en el tráfico de la ciudad de Nueva York. Abro la puerta de mi hogar y un suspiro de alivio sale de mis labios cuando me encuentro rodeada de la tranquilidad de la que tanto estoy familiarizada.

Aquí todo sigue normal y desde mi lugar, puedo ver la luna brillar y a las personas pasar por mi ventana.

Me deshago de mis zapatos, suelto mi cabello y cómo puedo me deshago de mi sostén y lo arrojo al sofá mientras siento el alivio de liberarme de esa porquería.

Me dirijo directamente al baño y después de pensarlo por unos minutos, abro la llave de la regadera y espero a que el agua se caliente para poder darme un buen baño. Tomo lo necesario para desmaquillarme y en el proceso dedico algunos momentos para analizar todo lo hablado en mi sesión con la psicóloga.

— Lo estás haciendo bien, Liv — me consuelo

Paso el algodón con desmaquillante por todo mi rostro mientras observo en el reflejo del espejo mis ojos rojos e hinchados. Una sonrisa triste se asoma y me recuerdo que es parte del proceso, pero es inevitable y vuelvo a llorar silenciosamente por algunos minutos.

Sabía que él seguía asistiendo a terapia y desde mi lugar, le rogaba a la vida para que por favor él también pudiera seguir adelante y estuviera viviendo su proceso de la mejor manera.

— Creo en ti, Harry — susurro una vez que termino de desmaquillarme

Y una noche más, como era costumbre, me encuentro hablándole al espejo sobre él.

Me deshago de mi ropa y cuando estoy bajo la regadera, me doy el tiempo necesario para deshacerme de la suciedad, la tristeza y la nostalgia que llena mi cuerpo este día. Limpio mi cuerpo, lavo mi cabello y acaricio mi abdomen al descubrir que he podido controlar mi peso por algunas semanas. Agradecía que el apetito haya vuelto a mí pues después de aquella ruptura, mucho en mi vida había cambiado hasta los simples hábitos alimenticios.

HAPPIER | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora