Cap36

83 15 3
                                    

#MascaraDeHechiceros

Cap36

Los rayos del sol naciente iluminaron el cuerpo desnudo de un poderoso demonio que había logrado mantener su naturaleza youkai y el de una bella sacerdotisa que había renunciado a sus poderes espirituales arrastrada por el deseo, la lujuria y la pasión.

Ambos yacían desnudos y abrazados, echados sobre la hierba. La azabache tenía marcas donde el demonio había enterrado sus garras en medio de aquella excitante noche de sexo, también, era visible aquella reconocida marca inuyoukai en el cuello que la convertía en la hembra del ojidorado.

El joven abrió los ojos y al ver aquel precioso cuerpo desnudo, no pudo evitar excitarse; poco a poco su erección se fue alzando y al estar totalmente duro empezó a masturbarse mirando los senos de su hembra.

Repentinamente la joven abrió los ojos y vió lo que su prometido estaba haciendo, una sonrisa pícara se formó en sus labios y una deliciosa contracción en su sexo la llevó a tomar aquel palpitante miembro con sus propias manos.

—¡Aaaaaaahg! Siii, tómalo que es todo tuyo.— gimió el demonio temblando ante el contacto. La chica empezó a masturbarlo lentamente bajando y subiendo la piel del prepucio, el líquido preseminal empezaba a humedecer la mano de la joven y esta se mordía los labios completamente excitada. El demonio no paraba de gemir, había puesto sus manos detrás de la cabeza y movía sus caderas lentamente mientras la chica acariciaba su pene.

Kagome disfrutaba verlo gozar, sabía que el demonio estaba disfrutando muchísimo del placer que ella le estaba brindando, se sentó para estar más cómoda y continuó masturbando a su amado mientras este gemía y movía sus caderas con excitación y mantenía sus ojos cerrados; estaba totalmente entregado al placer que su hembra le estaba dando, pero abrió los ojos como platos al sentir las piernas de ella al lado de sus caderas... Ella estaba sobre él y apuntando directamente el erecto miembro contra su pequeña vagina.

—¡¡¡Kagome, Kagome, nooo!!!— exclamó el verla colocar el glande en los labios menores, pero ella  hizo caso omiso y se engulló  la enorme polla en su interior.

—¡¡¡Aaaaahhhgg!!!— ambos gimieron al unísono; él disfrutando la calidez interior de la vagina de su hembra y ella gozando de la sensación de ser abierta por aquel monumental pene que tanto deseo le producía.

Entre gemidos y jadeos se entregaban una vez más, ambos pronunciando el nombre de su contrario mientras la chica cabalgaba de manera brutal sobre las caderas del demonio que completamente excitado la tomaba del trasero y de vez en cuando la presionaba contra si para hacer las penetraciones más profundas.

Los senos de la azabache se mecían al compás de los sentones los cuales eran interrumpidos únicamente para darse cortos pero demandantes besos llenos de pasión y lujuria.

—¿No que no aguantaría la pasión de un demonio?— cuestionó con toda la extensión del ojidorado dentro de ella.

—Shhh...— la hizo callar.

—Fóllame por donde quieras.— le susurró mientras mordía el labio del platinado.

—Eres una mujer muy vulgar.— respondió sintiendo fuertes descargas eléctricas que recorrían su columna vertebral y le hacían excitar aún más.

—Pero te gusto.— afirmó orgullosa.

—¡Por supuesto!— en un veloz movimiento, sacó su miembro y lo colocó en el ano de la chica quien gimió fuerte al sentir como el joven poco a poco empezaba a enterrarse en ella. —Lo quieres ahí ¿eh?— ella asintió y tomando valor, se sentó sin pensarlo dos veces sobre aquel erecto pene que ansioso la recibía.

—¡Aaaahg aaaah!— su piel chinita evidenciaba el éxtasis, el demonio tomó las muñecas de la chica y las inmovilizó colocándolas al lado de las caderas de su amada, acto seguido, empezó a embestirla con brutalidad. La chica rebotaba emitiendo fuertes gemidos que se fueron acrecentando al pasar los minutos.

Sesshomaru estaba disfrutando muchísimo y más aún cuando el repentino squirt le hizo quedar empapado en los fluidos de su hembra. Segundos después, la chica temblaba y se contaría; se había corrido de una manera extraordinaria. Por su parte, el youkai, sumamente excitado tras lo visto, soltó las manos de la chica quien se desplomó sobre su pecho, acto que aprovechó para tomarla de las nalgas y continuar follandola brutalmente hasta derramar todo su semen dentro de ella.

******************************************

—¡Deberíamos ir a buscarlos!— propuso Inuyasha al ver que su hermano ni la azabache volvían, estaba nervioso y pensaba que posiblemente alguno de los dos podía haber muerto.

—Ya te dije que no, Inuyasha. Ellos están bien... Más que bien— enfatizó alzando ambas cejas y con una mirada pícara.

—¡Tsk! Si mi hermano mata a Kagome no me digan nada.— soltó con fastidio mientras se servía una taza de té.

—Buenos días.— saludó el demonio entrando a la casa con Kagome en brazos. La chica iba dormida.

—Edh... ¿está todo bien?— preguntó el hanyou.

—Si.— y así sin más, el youkai caminó con su hembra hacia su habitación.

—¿Viste?— la pelinegra le daba un pequeño codazo en las costillas al híbrido. —Ellos están bien, se ve que la pasaron muy bien anoche, ¿por qué no vamos a nuestra habitación y hacemos lo mismo?— propuso mirándole a los ojos y mordiendo su labio inferior.

El ojidorado sonrió y alzando a la pelinegra en forma nupcial, la llevó a la habitación.

—¿A donde se fue todo el mundo? El desayuno está listo.— Kaede miraba de un lado a otro buscando a los muchachos, pero estos se habían ido.








Máscara de hechicerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora