cap33

98 18 4
                                    

-¿De verdad estás dispuesto a todo por ella?- cuestionó mirándolo a los ojos.
-Si- respondió el platinado muy convencido.
-La otra solución es que tú renuncies a tu naturaleza demoníaca. En otras palabras; que te conviertas en un humano al igual que ella- expresó mirando como el joven de ojos dorados se mostraba completamente desconcertado.
-Eso es impo...- decía el platinado pero una visión le hizo callar; páginas de un viejo libro con escritura en una lengua extraña pasaban por su mente, cerró los ojos con fuerza y se apretó la cabeza con ambas manos. "¿Qué es esto?" Se preguntó a si mismo sin lograr entender lo que veía, la luna menguante en su frente brilló intensamente y abrió los ojos completamente rojos.
-¿E.. estás bien?- preguntó Kaede un poco asustada; nunca había visto al muchacho en ese estado.
-Tranquila- siseó tratando de evitar su transformación, no comprendía la alteración en su presión sanguínea. El platinado gritó mientras su cuerpo era envuelto en una luz cegante y la azabache que hasta ahora dormía plácidamente, despertó al sentir la poderosa aura demoníaca.
-Dios mío! ¿Qué es esto?!- salió de la cama y se puso la bata antes de salir al patio.
-Niña, no te acerques!- gritó la anciana al ver a la joven a unos 50 mts.
Sesshomaru volvió a gritar y la luz que lo envolvía brilló con más intensidad para luego acrecentarse y dejar ver al enorme Inu-youkai.
-Santo cielo!- exclamó Kaede al verlo en su verdadera forma.
La joven frunció el entrecejo y empezó a caminar hacia la anciana que permanecía atónita en su lugar.
El perro demonio gruñó a unos metros de la anciana y levantó su pata delantera para aplastarla pero se detuvo al ver que la azabache se había acercado y la abrazó.
-Detente! ¿Qué demonios crees que estás haciendo?- gritó la joven al verlo detenerse. El demonio volvió a gruñir furioso y empezó a secretar  su espeso veneno por el hocico.
-Kagome, vete! es muy peligroso que estés aquí- refirió Kaede muy nerviosa. Estaban tan cerca de la bestia que podían sentir el fuerte olor de aquel potente veneno.
-No me iré!- respondió firmemente. -No hasta no verlo volver a la normalidad y me explique que está pasando- se apartó de la anciana y se empezó a acercar al demonio quien al verla caminar hacia él, empezó a gruñir con más fuerza pero la joven no se dejó amedrentar.
-Sesshomaru- susurró al estar cerca de él, el can había dejado de segregar veneno y únicamente gruñía. Alzó su mano derecha y tocó el suave pelaje de una de las patas del demonio.
-Déjalo Kagome, no lo toques!- le gritó Kaede desde la distancia pero la joven hizo caso omiso a las palabras de la anciana.
Siguió acariciando al perro demonio que gruñía molesto pero no se movía de su lugar. De repente y sin querer, la joven dió al can una enorme descarga de su poder espiritual y el demonio fue enviado a unos 500 metros, impactó contra unos árboles y cayó inconsciente volviendo así a su forma humana.
La joven y Kaede corrieron muy asustadas hacia el joven al ver lo que había ocurrido y la anciana rogaba a Dios que el platinado no hubiese muerto pues esa potente descarga que recibió era para haber sido purificado mas no fue así.
Kagome no entendía lo que había pasando; ella sintió un cosquilleo en la parte baja de su espalda el cual empezó a subir por su columna vertebral, luego esa sensación llegó hasta sus manos y explotó lanzando al platinado lejos.
El joven logró sentarse con dificultad, sentía como si un tren le haya pasado por encima, permanecía con los ojos cerrados y al escuchar la voz de la azabache, se apartó arrastrándose un par de metros.
-No te me acerques!- gruñó dejando ver el carmesí en sus ojos que evidenciaban la furia de aquella bestia.
-Kagome, déjalo. Está siendo dominado por su bestia- dijo la anciana tomando a la joven por los hombros.
-¿Su bestia?- cuestionó sin dejar de ver al platinado que sin ningún cuidado sacaba su camisa, la rompió y vió su brazo completamente rojo; la joven le había quemado.
El youkai gruñó furioso y clavó su mirada en la nerviosa muchacha que no comprendía lo que estaba ocurriendo. Sesshomaru nunca se había comportado de esa manera y ella desconocía tener algún tipo de habilidad, aunque pensándolo bien, ella nunca se había relacionado con un demonio.
<<-Humana repugnante, tú no vas a sellarme, yo no voy a permitir que conviertas a este Sesshomaru en un guiñapo!->>  espetó con el ceño fruncido. Kaede jaló a la azabache y se la llevó a la casa.
Si, el gran Sesshomaru Taisho estaba siendo dominado por su bestia que se negaba a ser sellada, no quería morir tan miserablemente, no era que odiara a la azabache por ser humana, sino por el hecho de poseer los poderes espirituales de una Miko.
-Déjame en paz!- vociferó el joven oponiéndose al descomunal poder de su bestia. -No vas a impedirme estar con ella!- sentenció con firmeza pero un fuerte dolor en el pecho lo hizo gritar.
<<-¿Por qué tenías que enamorarte de una Miko? Olvídate de ella, no es conveniente para ti!->> respondió Yakko tomando el control nuevamente.
En ese momento apareció Inuyasha con su hermosa compañera y sintió la presencia de su hermano cerca del corral, envió a Kikyo hacia adentro y corrió hacia Sesshomaru.
-¿Que te sucede?- demandó a saber el joven híbrido con el ceño fruncido. Se había dado cuenta del cambio en el aura y el aroma de su hermano mayor.
-No pasa nada- respondió el platinado, volteó a ver a su interlocutor y le sonrió. No quería quedar en ridículo frente a su hermano, así que fingió que no ocurría nada, afortunadamente había recuperado el control de su cuerpo.
-¿Crees que soy estúpido, eh?- caminó hacia su hermano y este retrocedió un par de pasos. -He venido, por que en medio de un buen palo, sentí un desconcertante incremento en tu aura, me dirigí al estudio y ya sabes, no hay nada que puedas ocultarme, pues todo lo veo a través del espejo- siseó Inuyasha tomando al youkai por el brazo.
<<-Lárgate!->> ordenó Yakko tomando nuevamente el control y soltándose del agarre del híbrido.
-Jajajaja, ¿Qué te tiene así?- preguntó burlesco mientras se cruzaba de brazos arrogantemente. Tenía tiempo sin ver a Sesshomaru en ese estado y tomando en cuenta que ahora él estaba junto a la chica que había reconocido como la hembra indicada, no comprendía su extraño comportamiento.
<<-Eso no es de tu incumbencia, no tengo por qué darte explicaciones->> gruñó en respuesta mientras caminaba elegantemente hacia la colina.

Máscara de hechicerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora