cap16

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-y tú no podrías quitar esas mierdas del camino? Te pagaré muy bien!- se puso de pie esperando una respuesta positiva.
-es imposible Bankotsu, esas agujas al ser conjuradas por un hechicero nadie q no sea el mismo hechicero puede verlas- respondió dando la espalda a su interlocutor.
-VERGA!!!- bramó molesto antes de salir del estudio de la hacienda Onigumo.

Naraku quedó observando al moreno mientras se alejaba, ahora tenía otras cosas en mente como para estar preocupándose por unas simples agujas en el camino... Tenía días de estar viendo al peliplata y su novia a través de un espejo, sabía q el joven estaba muy enamorado de ella más ella aún tenía sus reservas, le quería, pero habían cosas q le hacían no entregar el corazón; por ejemplo... Ella sabía q Touga estaba encarcelado por asesinato y aunque Inuyasha le había dicho q su padre era inocente ella tenía desconfianza... También sabía q Sesshomaru había muerto más cuando le dijo a Inuyasha q quería llevarle flores él se negó aduciendo q no sabía de su paradero y q mejor cambiaran de tema... Ella sentía q habían cosas q el peliplata le ocultaba y eso no le permitía confiar totalmente en él y entregarle su corazón.
-te vas a quedar chupando el dedo- dijo burlón mirando al ojidorado a través del espejo. El joven andaba en la capital y ésta era la oportunidad para q él llevara a cabo su plan.
Fue a los establos y pidió le ensillaran a Free su hermosísimo caballo blanco. Sabía q kikyo estaba sola en el huerto así q aprovecharía, picó al caballo y galopó velozmente hacia la ella, bien pudo teletransportarse pero no quería llamar la atención con aquel humo morado q botaba con el atempte porius... Llegó hasta el huerto donde estaba la pelinegra, la vió a la distancia y sonrió, sacó un pequeño perfume y lo aplicó en sus manos y cuello, avanzó hacia la chica y saludó.
-hola... Cómo es q una niña tan linda se encuentra tan solita por acá?- sonrió al ver a la chica sonrojada, ella le había reconocido de inmediato, todos le conocían en el pueblo y sus alrededores y como no conocerle? Era uno de los tipos más adinerados de la zona norte del país, además un excelente montador taurino reconocido nacional e internacionalmente, principal proveedor de productos lácteos, avícolas, vegetales y legumbres, a ese hombre le llovía el dinero. Bajó de Free y se acercó a la pelinegra. -hola preciosa, mi nombre es Naraku Onigumo, vivo acá cerca y no había tenido el placer de conocerte- extendió su mano y la joven muy sonrojada respondió al saludo de igual forma, él apretó levemente la pequeña y delicada mano femenina.
-mucho gusto, mi nombre es kikyo- atinó a decir un tanto nerviosa "mucho gusto mi nombre es Kikyo" repitió mentalmente con tilde de autoburla.  No quería ponerse en evidencia pero estaba q quería gritar, saltarle encima y abrazarlo... Ella le conocía perfectamente bien, de hecho siempre estuvo enamorada de él en secreto, no por su plata sino por q Dios! Había q ver aquel pedazo de hombre, sus anchos hombros, su pecho firme q se lograba apreciar gracias a q siempre llevaba desbotonada la parte superior de su camisa, además q en cada rodeo después de montar, rompía su camisa en celebración y en varias ocasiones pudo deleitarse viendo aquel delicioso six pack q provocaba tocar, besar y pecar mortalmente.
-mucho gusto preciosa... Y q haces tan solita por acá?- indagó nuevamente.
-estoy revisando si no le ha caído plaga a los cultivos- respondió mientras mentalmente recordaba aquel último rodeo, normalmente fue anunciada la exitosa monta del rey del rodeo y él salió ileso, rompió su camisa y alzó sus manos en señal de victoria mientras todos gritaban su nombre, en los altavoces anunciaban el nombre del siguiente montador pero la mirada y atención de la pelinegra estaba puesta en aquel papasote de cabellos largos y ondulados.
Lo vió acercarse a una hermosa chica de cabellos ondulados y ojos marrones a la cual tomó por la cintura y la besó apasionadamente delante de todos, estaba tan concentrada viendo a Naraku y su aparente novia q no se dió cuenta cuando un joven de ojos dorados y cabello plateado salió volando por los aires al chocar de frente su cara contra la cabeza del toro. Ella sentía q su corazón había sido roto en mil pedazos, ella estaba enamorada de Onigumo y él había conseguido una hermosa novia y la estaba exhibiendo delante de todos.
Aquella noche Kikyo intentaba dormir cuando en una terrible pesadilla vio a Onigumo junto a la chica, ambos estaban acariciándose y besándose en pleno bosque, se despojaban de sus ropas y terminaban haciendo el amor mientras la pelinegra les veía detrás de uno de los árboles. Por eso fue q ella despertó llorando y para no despertar a Sango y Kohaku salió de la casa y sin darse cuenta se adentró en el bosque y se agachó a llorar, fue esa misma noche cuando conoció al guapísimo ojidorado.
-no deberías estar sola por acá, deberías pedirle a tu novio q te acompañe- soltó con una sonrisa ladina.
-usted no debería entrar en una propiedad privada y hablarle de esa manera a una desconocida- espetó frunciendo el ceño, ella había estado muy enamorada de onigumo pero entendía q cualquier relación era imposible.
-cuanta agresividad... Dominus- lanzó su conjuro y la chica cayó inconsciente, naraku se acercó a ella y la coloco en su regazo.
-despierta pequeña- la joven pelinegra abrió los ojos con pesadez.
-q... Q me pasó?- inquirió con el corazón acelerado.
-kikyo, seguramente te has deshidratado- respondió al verla sentarse. Se acercó a Free y tomó la cantimplora con agua q llevaba. -toma, es solo agua- dijo amablemente, la joven tomó un par de sorbos y se la devolvió.
-muchas gracias señor Onigumo, tengo q irme- se puso de pie y empezó a caminar alejándose del hombre del q había estado enamorada en secreto.
-q me dices sobre lo q te he propuesto?- preguntó a la joven la cual detuvo su andar y le vió de soslayo. -como te dije anteriormente... Inuyasha no tiene ni dónde caer muerto, vive a expensas de su padre y ahora q está en la cárcel dudo mucho q le alcance el dinero para vivir 30 años- sonrió mientras una brisa hacia mover su larga melena. -conmigo no te hará falta nada y lo sabes kikyo- hubo unos segundos de silencio y Naraku frunció el entrecejo dudando si su hechizo había funcionado o no.
-está bien... Pero será un secreto- respondió antes de empezar a caminar con rumbo a su casa. Una sonrisa ladina se formó en los labios masculinos, subió a su caballo mirando a la fémina caminar, acarició la cabeza de Free y recitó el hechizo de teletransportación.
-atempte porius- chasqueó los dedos y desapareció en medio de su característico humo morado. El hechizo había funcionado a la perfección, kikyo estaba a su merced y le había dado la oportunidad q él quería, sabía q ésto le dolería mucho a Inuyasha y eso le alimentaba el ego.

Máscara de hechicerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora