cap28

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-sesshomaruuu!!!- el grito de horror de Kagome resonó por todo el valle al mismo tiempo q la figura de Naraku se volvía humo. Cuando el ojidorado volteó hacia la azabache ésta ya no estaba; había desaparecido junto con Naraku.

-q?, Sólo era una ilusión?, Maldito cobarde! Logró engañarme y se llevó a Kagome- siseó el furico youkai. Se teletransportó hasta la hacienda Onigumo y ahí se encontraba Inuyasha rodeado por los empleados de Naraku. Naturalmente Inuyasha no deseaba hacerles daño; ellos eran sólo humanos al servicio de un imbécil q los exponía a sabiendas de q los Taisho podían acabarlos en un abrir y cerrar de ojos.
-sesshomaru!- el grito de su amada llamó su atención pero un fortísimo golpe en la cabeza lo hizo caer al suelo.
-tsk! Crees q un simple golpe me vas a sacar del camino? Jajajajaja parece q aún no entiendes q te has metido con seres sobrenaturales, Onigumo.- poco a poco se puso en pie, vió la expresión de asombro en el rostro de su contrario y desenfundó su espada.
-el q no entiende eres tú Sesshomaru; aquí mando yo, yo tengo en mi poder a sus mujeres y si no me entregan las dos espadas faltantes entonces serán ellas quien paguen por la necedad de ustedes- señaló hacia donde se encontraba Kagome atada de pies y manos; ella aún portaba la espada a pesar de estar atada.
-no le entregues nada Sesshomaru; teniendo las espadas nos matará de igual forma- en verdad Kagome había dicho eso? Acaso esa mujer era tonta? Como podía pensar q él permitiría q un simple mortal, un insignificante hechicero de pacotilla la matara?, No, el estaba dispuesto a luchar a muerte por ella, jamás entregaría sus espadas y mucho menos dejaría q le hagan daño a la futura madre de sus cachorros y nueva guardiana de la meidou; si por q a apartir del momento en q Irasue había dado su vida por ellos se le había encargado la tarea a Kagome aunque por ahora eso no era de mucha importancia.
-inuyasha! Inuyasha! Por favor no les hagas daño!!!- rogó Kikyo al ver al hanyou preparar sus afiladas garras.
-no les haré daño si se quitan de mi camino pero, si quieren atacarme perderán sus vidas en el intento- respondió con arrogancia mirando al grupo de hombres, llevaba su espada en la cintura pero no pretendía usarla tan pronto.
-dejen las espadas en el suelo y les entregaré a las mujeres- la orden fue clara, Naraku quería obtener las espadas legendarias.
-primero tendrás q pasar sobre mi cadáver!- gruñó el youkai antes de irse encima del hechicero y cortarlo en dos con bakusaiga.
-patrón!- gritaron al unísono varios empleados q perplejos veian la escena.
Del cuerpo de Naraku empezó a brotar una especie de humo de color morado, el lugar se inundó de un fuerte olor a tabaco.
-Maldito cobarde!- espetó Sesshomaru buscando al verdadero Naraku. <Debí suponerlo, éste idiota no está aquí> pensó. <Pero su repugnante olor está por todos lados> frunció el entrecejo y velozmente se acercó a Kagome.
-sesshomaru, q es todo ésto?- inquirió la azabache mientras veía a Sesshomaru soltarla.
-eso no importa, nos iremos de aquí en éste preciso instante- fue la seca respuesta del ojidorado.
-Garras de acero!- a pesar de q no quería lastimar a los humanos tuvo q hacerlo, ellos habían sacado machetes y se le habían ido encima.
-Inuyasha, nooooo!!!- gritó Kikyo viendo como su amado atacaba a aquellos hombres y los dejaba tirados en medio de un enorme charco de sangre; sus manos estaban manchadas con la sangre de los necios empleados de Naraku. -aaaaaaaaah!!!!- Inuyasha volteó de inmediato al oír el grito de su mujer y con horror vió cómo el detestable hechicero desaparecía junto con ella al chasquear los dedos y recitar el atempte porius.
-Narakuuuu!!!... Maldito bastardo!!!- gritó con impotencia, la había vuelto a perder.
-Vamos- dijo Sesshomaru con el ceño fruncido mientras caminaba hacia la salida de la hacienda ante la mirada atónita de algunos empleados.
Inuyasha le siguió sin saber hacia donde se dirigían, estaba ofuscado, preocupado por su mujer, necesitaba encontrarla lo antes posible, no quería q le hicieran daño.
Caminaron media hora y el híbrido empezaba a desesperarse, pasaron por las cercanías del río y corrió a lavar sus manos las cuales estaban manchadas de sangre humana. Cuando se sintió un poco más limpio volvió con su hermano y Kagome y continuaron el camino.
-Aqui está bien- soltó el youkai deteniéndose en medio del camino q llevaba de la hacienda Onigumo hacia el pueblo.
-aqui está bien q?- inquirió el hanyou con rabia. Vio a su hermano acercarse, colocar la meidou en el suelo y tomar su mano derecha.
-concentrate Inuyasha- presionó su afilada garra contra la palma de la mano del hanyou y una gruesa gota de sangre brotó... Inuyasha no comprendía muy bien q estaba haciendo su hermano. Sesshomaru extendió su mano e Inuyasha presionó su garra contra ésta, haciendo lo mismo q su hermano había hecho.
-no logro distinguir el aroma de nuestras sangres- su tono fue de preocupación, eso no era normal.
-concentrate- reiteró el ojidorado mayor mientras con su mano sangrante estrechó la mano de su hermano. -sibcodiolim aesha- susurró el daiyoukai con los ojos cerrados, sus cuerpos fueron envueltos en un resplandor azul.
-q es esto?- demando a saber el joven hanyou.
-es el ritual de sabiduría; papá habría sabido q hacer en este caso. Han sellado nuestro sentido del olfato con la marioneta de tabaco pero se q podemos encontrar a tu mujer... Ahora,  concéntrate- ambos hermanos permanecieron con los ojos cerrados mientras una corriente de energía los envolvía.
Kagome permanecía inmóvil mirando aquella escena, todo era tan extraño, tan nuevo para ella q no sabía cómo actuar, q decir o q pensar.
-inuyasha Taisho aesha magkok inmagat... Sesshomaru Taisho aesha inmagkok inmagatis- ambos seguían tomados de la mano cuando se escuchó la voz de Touga.
-aesha magkok inmagat, inmagkok inmagatis Taisho- la luz se tornó azul eléctrico y el cuerpo de ambos jóvenes parecía succionarla, a cada segundo menguaba poco a poco hasta q desapareció por completo dejando ver a ambos hermanos un tanto más... Mayores, por así decirlo.
Sesshomaru tomó la meidou y caminó directo hacia la azabache.
-guarda muy bien este collar, sabes q era de mi madre... Ahora te pertenece, eres la guardiana a partir de este intante- extendió su mano entregándole el collar con la meidou y sin querer su mano rozó con la de ella, una terrible descarga de energía sagrada provocó una fea quemadura en la mano del youkai pero éste no le prestó atención.  -vete a la hacienda- ordenó sin mirarla.
-y ustedes?- demandó a saber la joven con cierto miedo.
-iremos a buscar a la hum... A Kikyo- se autocorrigió de inmediato. Sabía q Naraku ya no estaba cerca, sus sentidos y los de su hermano se habían aclarado al ciento por ciento y pensaba con mayor claridad, a momentos se le venían a la mente páginas de un libro de conjuros los cuales podía usar en diferentes escenarios; el ritual de sabiduría había funcionado.

Máscara de hechicerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora