cap30

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<<Por eso su esencia era distinta... Por eso quemó mi mano al rozar con la suya... Es como las miko de la antigüedad>> pensó mientras miraba la quemadura en su mano.
-quien anda ahí?- la escuchó decir, al verla no vió aquel tono fucsia q había visto anteriormente. Salió de su escondite dejándose ver por la chica y ella sonrió al verle. -sesshomaru- susurró su nombre con ternura y pasión; una peligrosa combinación.
-q hacías?- demandó a saber con tono frío.
-solo meditaba un poco- respondió con un leve sonrojo. -han pasado muchas cosas q no comprendo y tengo un permanente dolor de cabeza- agregó torciendo los labios en desagrado.
<<Solo meditaba? Me quiere ver la cara?>> Caviló serio.
-hmph... Te dije q fueras a la hacienda, porqué has desobedecido?!- recriminó dando media vuelta.
-este es un buen lugar, la hacienda sería el primer lugar donde Naraku me buscaría- respondió con el ceño fruncido.
-ya no tienes de q preocuparte- empezó a caminar en dirección contraria a la joven y ella suspiró con cansancio. Porqué ese hombre no podía ser más apasionado? Porqué no podía ser más atrevido y acercarse lo suficiente y tomarla de la cintura mientras devoraba sus labios con pasión y desenfreno?, Estaba empezando a pensar de q ella no era lo suficientemente atractiva para gustarle a ese hombre o demonio o lo q sea q fuere.
-sesshomaru...- llamó nerviosa, sus manos temblaban y sus ojos se inundaron de lágrimas, mantenía cabizbaja y su fleco cubría su expresión triste. Él se detuvo y ella prosiguió. -Tienes novia? Pareja o alguien q te guste?- si, quizá él tenía a alguien y por eso no se había atrevido a tocarla cuando la encontró desnuda y masturbándose mientras gemía el nombre del peliplata, se sentía tan estúpida y patética, moría de vergüenza ahora q lo recordaba.
-no seas tonta- fue la simple respuesta q emitieron sus labios fríos. Él entendía a q se refería ella, pudo percibir el olor salado de sus lágrimas y la tristeza q la agobiaba pero... Aunque la deseaba con todas sus fuerzas no podía tomarla como pareja; primero porque era una miko y segundo porque era una humana y aunque demostró ser digna de él... Tenía miedo de perder el control y lastimarla.
-una tonta... Eso es lo q soy- se puso de pie y caminó en dirección contraria de la hacienda Taisho, no volvería a ver al peliplata, planeaba irse a la capital y hacer una nueva vida allá, lejos de la tentación ojidorada, lejos de donde pasaría recordando su vergüenza; la vergüenza de haberse expuesto ante un tipo q no la deseaba y q a pesar de todos sus esfuerzos no quería nada con ella.
<<-nada de esto es común, no se q está pasando, sólo se q estás vivo y q te amo con toda el alma, estoy enamorada de ti y no me porta q seas un demonio, un hechicero o lo q sea q seas, quiero estar contigo Sesshomaru Taisho, quiero estar a tu lado, creo q he demostrado q no soy tan insignificante, pude hacer lo q ella me pidió y demostré ser digna de tí, te necesito conmigo, deseo ser lo más importante para ti ya q para mí tú eres lo más importante q existe- recordó la mirada tierna q él le había dedicado en ese instante y su corazón se contrajo al recordar su respuesta.
-estas segura de lo q estás diciendo?... Si tu y yo sellamos el pacto sagrado ya no habrá marcha atrás, serás mía eternamente->> todo eso había sido mentira, no había pacto sagrado, no había amor de él para ella, no había nada.
Sus lágrimas caían sin parar, se sentía destrozada, él la había visto marcharse y no la había detenido, él no sentía nada por ella, ella no le importaba. Llegó hasta su casa y por casualidad no había nadie. Tomó una mochila y guardó en ella algunas de sus pertenencias para luego salir con dirección al pueblo, miró su reloj y apretó el paso; faltaban 10 minutos para q saliera el último autobús hacia la capital.
Llegó a la estación justo a tiempo, abordó y se sentó en el último asiento al lado de la ventana, el autobús arrancó con unas 8 personas a bordo y ella en su soledad pudo llorar en silencio. Ya no le vería más. Lo amaba y le dolía irse pero él había mostrado indiferencia. Necesitaba tiempo, no para pensar sino para olvidar... Olvidarlo.
En q momento se enamoró de este tipo? No sabría decirlo.
Q fue lo q le atrajo de él? Esa pregunta tampoco tenía respuesta.
Solo sabía q se había enamorado perdidamente del peliplata y q su indiferencia dolía, quemaba en el alma, solo deseaba q así como lo había visto volar y hacer cosas fantásticas, verlo aparecer dentro del autobús y le rogara q no se fuera, q le dijera cuanto la amaba... <Eso nunca pasará> se dijo a si misma mientras secaba sus lágrimas, cerró sus ojos y apoyó su cabeza en la ventana, dormiría un rato pues el viaje sería largo.

Mientras tanto en la hacienda Taisho...
-mujer, q necia eres!- susurró el peliplata sentado en su cómodo sillón mientras veía por el espejo a la hermosa joven. Desde q llegó a la hacienda había estado viendo y escuchando a la azabache, sabia de sus planes, incluso de sus pensamientos; dentro de sus nuevas habilidades estaba la telequinesis, solo necesitaba verla para saber en q pensaba. -quieres q vaya por tí y te diga q te amo?, Por q? Para q? Ya te lo demostré y no te quedó claro, q complicada eres mujer- masajeó sus sienes y negó con la cabeza, esa chica lo estaba abandonando después de q él le había advertido sobre el pacto sagrado, quizá no fue buena idea decirle q no habría marcha atrás y q sería suya eternamente pero, era la verdad y no podía decírselo de otra manera, una en la q no sonara tan cruda la palabra unión eterna... -Voy a tener q...- se puso de pie mientras veía dormir a la joven y empezó a desvestirse, iría a darse un buen baño antes de su siguiente movimiento.

Máscara de hechicerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora