Cap27

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-padreeee!!! Sesshomaruuuu!!! Sesshomaru mi papá ya no... Padreeeeeeeeeeee!!! Padreeeeeeeeeeee!!!- efectivamente... Touga ya no respiraba, su luz se había apagado.

Sesshomaru miró fijamente a los ojos de la joven, deseaba tener un poco más de tiempo para explicarle todo lo sucedido, no quería morir y saber q ella se quedaría con la imagen de él y su hermano como asesinos. Quizá Inuyasha también moriría en cuestión de minutos. Siendo así tampoco podria volver a ver a Kikyo.
-sesshomaru, háblame por favor- suplicó la joven con los ojos inundados.
-...- quiso hablar pero su voz no salió de su garganta. Sangraba en abundancia y sentia q su fuerza disminuía al punto de sentir sus párpados pesados. No quería cerrar los ojos y morir, quería verla un poco más. La vió mover sus labios pero no pudo escuchar su voz, empezó a ver la imagen de la chica distorsionada y gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas; su vida se apagaba como una vela.
Sus ojos veían sombras distorsionadas de quien sabía era Kagome, la mujer q amaba pero a ella se le sumó otra figura y temió, temió q fuese Naraku q llegaba a hacerle daño a la azabache, él ya no podría defenderla, no pudo distinguir ningún aroma, prácticamente tenía un pie en el Inframundo.
-niña, q haces aquí? Acaso no te da miedo estar entre tantos muertos?- la azabache conoció la voz de inmediato y volteó.
-Irasue!- exclamó antes de hacer de su boca una O.
Aquella mujer era su psicóloga pero ésta vez lucía diferente; un par de orejas puntiagudas sobresalían, sus ojos dorados relucian con intensidad, un par de marcas en sus mejillas y visibles garras en sus manos q le daban un aire de demonio y diosa a la vez.
-todo esto por envidia, 3 espadas y una humana. Q patético, ninguno de los dos se dieron el gusto de poseerte- dijo la demonesa con frío desdén mirando el cuerpo de su hijo y el de Bankotsu completamente desmembrado.
-yo lo amo- sollozó la joven abrazando el cuerpo sin vida del ojidorado. -lo amo desde el primer instante en q lo ví, me enamoré de él y lo creí muerto cuando cayó montando al diablo, soñé muchas veces con eso y pensé q me volvería loca pero un día esos sueños se cambiaron y empecé a soñar con él de forma distinta- Irasue la escuchaba atentamente, ella había visto a su hijo romper el hechizo y borrado sus recuerdos pero la joven aún recordaba todo. -ahora q volví a verlo vivo me sentí feliz pero como siempre mi felicidad no dura mucho... Ahora está muerto, muerto!!- el llanto desconsolado hizo estremecer a la inukami y una sensación de vacío en su estómago la hizo bajar la mirada.
Sus ojos se abrieron como plato al ver su piedra meidou brillar con intensidad.
Tomó el collar, buscó un ángulo entre los 3 cuerpos de los Taisho y lo colocó en el suelo .
-si en verdad amas a Sesshomaru, tendrás q demostrar q eres digna de él, él nunca elegiría a una humana insignificante como pareja. Toma la espada q está dentro de la casa e intenta romper ésta piedra, demuéstrame de q estás hecha- ordenó apretando los puños; la joven azabache no entendió muy bien a q se refería Irasue pero ya había visto suficiente como para comprender q todo era posible.
Irasue temblaba sintiendo la muerte venir con cada paso de la joven. La vió entrar en la casa y apretó los dientes. Si la joven lograba romper la meidou su vida se extinguiria pero al menos Touga, Inuyasha y Sesshomaru podrían seguir con vida.
La joven salió con tenseiga en mano; el campo de energía q protegía a aquella espada no había rechazado a la azabache. Eso era una buena señal, quizá Sesshomaru no había elegido mal después de todo.
-Piensa en por q quieres vivos a estos hombres y grita con fuerza la palabra "tenseiga" al blandir la espada contra la piedra meidou- aconsejó Irasue con la mirada clavada en el sitio donde yacía la piedra.
Tenía miedo de morir, por supuesto q si, pero también deseaba q su hijo viviera y conociera la felicidad al lado de aquella hermosa joven. También quería q Inuyasha tuviera la oportunidad de ser feliz con Kikyo y q Touga pudiera ver algún día a sus nietos crecer.
-Tenseiga!!!- el grito de la joven la sacó de sus pensamientos y la vió blandir la espada con fuerza tal y como ella se lo había indicado.
La piedra se partió en mil pedazos generando una inmensa luz q cegó a ambas féminas.
Dos halos de luces de color púrpura se vieron bajar desde el cielo e introducirse en el pecho tanto de Inuyasha como de Sesshomaru. Ambos abrieron los ojos con total asombro, vieron el espectáculo de luz q menguaba su intensidad y con dificultad se sentaron tratando de entender lo q estaba ocurriendo.
Tanto ellos como ellas; vieron un pequeño halo púrpura bajar desde el cielo velozmente e introducirse en el pecho de Touga.
Irasue caminó con dificultad y se recostó al lado de su amado, ella sangraba por la nariz, ojos, boca y orejas; sus órganos habían explotado en su interior.
-Yo te agradezco lo q has hecho, mi diosa, mi esposa- susurró el daiyoukai al abrir los ojos y ver a Irasue.
-Tus hijos...- respondió débilmente la hermosa peliplata.
-ellos estarán bien, ahora- repuso él.
-y tú?
-yo estoy listo para partir y pasar el resto de la eternidad a tu lado- sonrió acariciando la mejilla de su amada y ella sonrió en respuesta.
El cuerpo de ambos daiyoukai fue envuelto en una resplandeciente luz morada q fue a parar justo donde yacía la piedra meidou la cual estaba en una sola pieza.
-Padre...- susurraron ambos hermanos al unísono.
-madre...- agregó Sesshomaru bajando la cabeza con tristeza.
Kagome estaba sentada en el suelo completamente perpleja. No podía creer todo lo q había visto ese día. Primero había visto a Sesshomaru convertirse en una luz y salir volando. Luego vió a Naraku inmovilizar a Sesshomaru, vió a Naraku desaparecer de la nada, vio a Inuyasha endemoniado con sed de venganza y lo vio calmarse al tomar la espada, vio llegar de la nada a Irasue y dar su vida por los muchachos y la vió desaparecer junto a Touga en cuerpo y alma convertidos en luz q ahora estaba dentro de una piedra misteriosa. Si, eran hechiceros pero también creía en la posibilidad de q fueran demonios como se lo había dicho antes el ojidorado.
-gracias, ya puedes irte- espetó Sesshomaru parado al lado de la joven.
-irme? Quieres q me vaya?- cuestionó ella con los ojos pegados a la meidou.
-tienes q irte, no puedes permanecer aqui- respondió él mirando hacia el cielo.
-nada de esto es común, no se q está pasando, sólo se q estás vivo y q te amo con toda el alma, estoy enamorada de ti y no me porta q seas un demonio, un hechicero o lo q sea q seas, quiero estar contigo Sesshomaru Taisho, quiero estar a tu lado, creo q he demostrado q no soy tan insignificante, pude hacer lo q ella me pidió y demostré ser digna de tí, te necesito conmigo, deseo ser lo más importante para ti ya q para mí tú eres lo más importante q existe- alzó sus hermosos ojos para ver al hombre de sus sueños y éste le devolvió una mirada tierna.
-estas segura de lo q estás diciendo?... Si tu y yo sellamos el pacto sagrado ya no habrá marcha atrás, serás mía eternamente- aclaró el joven. Ella asintió con la cabeza aceptando lo q fuere q sus palabras significaran.
-He vuelto por lo q me pertenece- la voz de Naraku hizo tensar a los 3. Inuyasha sintió su sangre hervir al ver al hechicero. Sesshomaru volteó de inmediato dejando atrás de él a la jovencita.
-Pagaras por tu osadía, nada de esto habría pasado de no ser por tu maldita obsesión con éstas espadas y por tratar de ser el mejor hechicero. Arrastraste a la muerte a los yöhei, te deshiciste de nuestro padre y casi acabas nosotros pero esto no se va quedar así; pagarás con tu vida, te agradezco q nos hayas evitado el viaje hasta tu hacienda- Inuyasha tronó sus dedos dejando ver sus afiladas garras y sonrió maniaticamente.
-Dejame esto a mi- azuzó su hermano mayor. -quisiste matarnos y llevar a cabo el ritual de juventud y sabiduría, quieres quedarte con nuestras espadas y también quieres quedarte con la mujer de mi hermano. hoy es tu último dia, Onigumo- caminó hacia donde se encontraba bakusaiga y vió a Naraku sonreír muy confiado, sin duda tramaba algo.
-tengo a la mujer de tu hermano. Si no me dan las tres espadas, la dejaré caer en el agua hirviendo- amenazó señalando el vidrio de una de las ventanas de la casa donde se reflejaba la imagen de Kikyo amarrada y colgando sobre una especie de barril con agua hirviendo.
-maldito bastardo!- gritó el joven hanyou apretando los puños con impotencia.
-dios mío!- susurró Kagome con pánico.
No había otra salida; tenían q entregar sus espadas.
-Esto es entre nosotros, deja libre a la mujer- ordenó el daiyoukai con frialdad. Sabía q Inuyasha amaba a la humana y q por ella era capaz de dar su vida si era preciso pero él no estaba de acuerdo con entregarle nada al bastardo q había organizado todo. No entregaría a tenseiga y mucho menos a bakusaiga; bakusaiga era una espada con un poder descomunal q en el remoto caso de q aquel humano infeliz pudiese tomarla, al momento de blandir y expulsar su poder podría arrebatarle la vida, pero no era eso lo q a él le preocupaba pues si Onigumo moría era lo de menos, el problema era q si el poder pulverizador de bakusaiga era expulsado irresponsablemente podría acabar con gran parte del pueblo y él no quería periodistas chismosos de la capital o investigadores cerca de sus tierras.
-cuando acabe con ustedes dos voy a cogerme tan duro a Kikyo q olvidará por completo el nombre de este pendejo- se burló el hechicero refiriéndose al joven hanyou.
-en ese caso no me queda de otra q...- respondía Inuyasha mientras corría hacia él pero detuvo sus palabras al verlo esfumarse frente a sus ojos.
-jajajajaja... No podrás tocarme Inuyasha- apareció justo al lado de Kagome, Sesshomaru volteó velozmente y lo tomó por el cuello.
-no dejaré q te lleves las espadas- gruñó el ojidorado frunciendo el entrecejo. -alejate- ordenó a la azabache para q se mantuviera a salvo.
-jajajajaja, jajajajaja- Naraku reía, esto hizo enfurecer aún más al demonio y apretó su agarre pero esto no surtia efecto en él y seguía riendo.
Dejó de sentir el aroma de su hermano, supuso q por fin había entendido lo q debía hacer y se había largado a la hacienda Onigumo.
-sesshomaruuu!!!- el grito de horror de Kagome resonó por todo el valle al mismo tiempo q la figura de Naraku se volvía humo. Cuando el ojidorado volteó hacia la azabache ésta ya no estaba; había desaparecido junto con Naraku.

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Disculpen la demora niñas, he estado pasando por un mal momento y estuve corta de inspiración pero ya estoy de vuelta!... Prometo actualizar pronto y traerles otra historia sesshome en la cual estoy trabajando, saludos y cuídense mucho mis amores.

Máscara de hechicerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora