cap15

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-deberias comer algo, se q te están dando comida envenenada por mandato de un tipo pero si quieres puedes comer ésta comida, la traje de mi casa y está limpia- Touga frunció el entrecejo y volteó para quedar frente a frente con el guardia. Por estar enojado no se había dado cuenta de q aquel aroma le era familiar.
-q demonios haces aquí?- demandó a saber mirando al q en apariencia era un hombre común y corriente pero aquel aroma, aquella presencia le delataba.
-querido, no deberías hablarme de ese modo... Come- dijo lanzándole un bulto envuelto en una tela blanca con grabados de flores de cerezos en tonos violeta. Touga lo tomó y lo abrió para empezar a comer.
-donde está nuestro hijo, quien robó su cadáver?- indagó con la esperanza de q la Inu no kami supiera el paradero de su primogénito.
-no lo sé- bufó, ella se había dado cuenta de q Sesshomaru había ocultado su olor y presencia al salir del hospital y si él había hecho eso era por q no deseaba ser encontrado por nadie... obviamente ella sabía q él estaba vivo y le molestó el hecho de q el daiyoukai lo estuviese dando por muerto, si Touga pensaba q Sesshomaru estaba muerto ella no le iba a contradecir, el peliplata tragó su primer bocado y achicó los ojos.
-NO SAB...- gruñó enojado pero detuvo sus propias palabras al percatarse de q el hechizo de cambio de aspecto empezaba a ceder. -irasue, no se como lograste hacer ese hechizo y tampoco me interesa pero debes marcharte, está empezando a perder efecto- habló seriamente.
-no me interesa- soltó con indiferencia antes de tomar su precioso aspecto femenino.
-IRASUE!!!- gritó el ojidorado pero fue en vano, la mujer dió media vuelta.
La peliplata empezó a caminar hacia la salida de aquel repugnante lugar, los guardias al verla echaron mano a sus pistolas pidiéndole q se detuviera y al no obedecerles sacaron las armas y apuntaron a la mujer quien con total parsimonia avanzaba.
-detente o voy a disparar!- exigió uno de los guardias, la mujer no se detuvo. -disparen!- ordenó. La ojidorada se detuvo, los hombres pusieron sus índices en el gatillo dispuestos a disparar pero a una velocidad sobrenatural la fémina se acercó al q había dado la orden e introdujo sus filosas garras en el abdomen del mismo, todos quedaron petrificados al ver esto y más aún cuando en sus propias narices la hermosa ojidorada se transformó en una esfera de luz y desapareció velozmente.

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El jóven de ojos azules salió nuevamente montado en Ryuu, se dirigía hacia la casa de la azabache; eran las 2 de la tarde e iba a paso lento.
-kagome, se q estás molesta conmigo, se q tu familia me odia por lo de la otra vez pero quiero q sepas q estoy muy arrepentido, me siento muy avergonzado por mi comportamiento, nunca debí hacer lo q hice pero he recapacitado, es por eso q estoy acá, quiero pedirte disculpas a ti y a tu familia, juro por Dios y mi madre q en paz descanse q no volveré a cometer ese error, te amo kagome y si tú me perdonas y me das otra oportunidad yo sería el hombre más feliz del mundo por q mi meta contigo es llegar al altar... Kagome Higurashi... Te casarías conmi...- el joven iba ensayando lo q le diría a Kagome pero sus palabras se vieron interrumpidas por el tropel errático de Ryuu; el caballo temblaba y sus herraduras echaban chispas al chocar fuertemente contra las piedras del camino, empezó a relinchar y se paró sobre sus patas traseras alzando al aire las delanteras. -tra.. tranquilo Ryuu, tranquilo- se aferró a las riendas y estribos para evitar caer de espaldas ya q el caballo estaba en posición vertical.
Ryuu saltó como esquivando un obstáculo y continuó su marcha un poco más calmado, el moreno frunció el entrecejo al sentir un terrible escalofrío recorrer su cuerpo y 50 metros más adelante aquello volvió a suceder. -ÉSTA VEZ NO VOY A DEVOLVERME!!!- gritó a la nada, Ryuu relinchaba muy asustado y se paraba en dos patas. Logró esquivar el obstáculo y siguió, saltó 5 obstáculos y al llegar al sexto Ryuu cayó al suelo muy debilitado. -levantate Ryuu, q sucede contigo, esto no nos detendrá, tenemos q ir por kagome- susurró agachado cerca del equino pero éste no se movía; estaba tirado en el suelo resoplando de cansancio. -DEMONIOOOOOOS!!!- gritó con impotencia.
Desensilló a Ryuu y lo dejó ahí para q pudiera descansar, nada ni nadie lo detendría, él iría por su amada así fuese a pie. 50 metros más adelante sintió lo q Ryuu había estado sintiendo; un terrible dolor punzante en el pecho le hizo caer sentado mientras fuertes corrientazos recorrían su cuerpo de pie a cabeza. Esto no era normal, él había recorrido esos caminos de día y de noche y nunca había experimentado algo así.
-pu..ta madre- se quejó con la mano derecha sobre su agitando corazón. Se puso de pie e intentó pasar nuevamente pero aquel dolor se intensificó y cayó desmayado...
Varias horas después despertó sintiendo lenguetazos en su rostro; era Ryuu quien habiendo recuperado energía llegó a buscarlo y al verlo tirado en el suelo trataba de despertarlo.
-hola- saludó al ver a su corcel. Se paró y montó a pelo, ya no intentó pasar aquel punto, la noche había caído así q le tocó retornar, pasó de regreso por donde había dejado la silla y riendas del equino y regresó a su casa.
(Al día siguiente)
-jajajajajajajajaja Creo saber q es lo q le pasa a tu caballo- dijo burlón mientras ataba su largo cabello ondulado en una coleta alta.
-si, sigue burlándote maldito- azuzó el moreno con fastidio.
-bueno, quieres saber o no?- inquirió con una sonrisa burlona.
-habla de una maldita vez Naraku- exigió.
-al parecer te han enterrado las agujas de la mortaja- soltó despreocupado.
-q putas es eso?- demandó a saber con el ceño fruncido pues no tenía ni la menor idea de q se trataba eso.
-veras... Los hechiceros podemos sentir la energía mortuoria impregnada en salas, ropas o cualquier objeto en general... Quienes se dedican a hacer las vestiduras con las q se envuelve un cadáver llevan las agujas usadas a un pote con agua bendita para evitar q los brujos o hechiceros las roben pero como dije antes, nosotros sentimos esa energía mortuoria impregnada en las agujas y las robamos antes de ser llevadas al agua bendita y luego las usamos para cerrarle el paso a alguien q no queremos q vaya a un lugar determinado- explicó mirando fijamente los ojos azules de Bankotsu q atentamente le escuchaba.
-q mamadas son esas Naraku?... Entonces eso quiere decir q el malnacido de Touga me puso esa mierda en el camino q va hacia la casa de kagome para q yo no pudiera verla más?- Naraku asintió y Yöhei negó con impotencia.
-pero podrías irte por otro camino- sugirió con una sonrisa ladina.
-estas diciéndome q debo ir por veredas?- inquirió pensativo recostandose en la silla.
-si quieres ir por kagome y no puedes pasar el camino habitual pues debes buscar un camino alternativo- reafirmó.
-y tú no podrías quitar esas mierdas del camino? Te pagaré muy bien!- se puso de pie esperando una respuesta positiva.
-es imposible Bankotsu, esas agujas al ser conjuradas por un hechicero nadie q no sea el mismo hechicero puede verlas- respondió dando la espalda a su interlocutor.
-VERGA!!!- bramó molesto antes de salir del estudio de la hacienda Onigumo.

Máscara de hechicerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora