cap20

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Este capítulo contiene lenguaje sexual, si a usted le ofende este tipo de lectura abstengase de leer.

Inuyasha no había podido hablar con Kikyo, necesitaba decirle la verdad; q el era un chico mitad bestia y q las leyes youkai decían q para emparejarse con uno el padre del "novio" debía desvirgar a la hembra.
Habían pasado varios días y el ojidorado no había visto a Kikyo, su padre lo tenía muy ocupado con algunos pacientes q habían llegado en busca de cura, ingenuamente Inuyasha pensó q si ayudaba a su padre con las labores de médico curandero él desistiría de aplicar la ley del emparejamiento... esos días Naraku los había aprovechado muy bien; había salido a pasear con Kikyo y se habían visto envueltos en un frenesí amoroso, se habían besado y acariciado hasta el punto de haber estado a una nada de desvestirse y hacer el amor pero a último momento la pelinegra reaccionaba y le ponía un alto.
Naraku había quedado varias veces con una mega erección y frustrado ante la negativa de la joven pero no quería obligarla a nada, el deseaba q ella le pidiera hacerlo, q fuese ella quien al sentirse preparada le implorara hacerla suya.
-padre, este fue el último paciente... Necesito salir, hablaré con Kikyo para contarle la situación- Touga le vió de soslayo con el ceño fruncido.
-inuyasha... Mucho cuidado con lo q haces... Sabes q si te saltas la regla te mataré sin pensarlo dos veces- salió de la habitación y el joven apretó sus puños, salió y fue en busca de su amada, creó un campo de energía para q su padre o Naraku no pudieran ver a través de sus espejos lo q ellos hablarían ya q no quería q Naraku supiera su secreto y tampoco quería q su padre viera lo q el quería decirle a la joven.
Al llegar a casa de la pelinegra la abrazó, le explicó q no había podido llegar por q tenían muchos pacientes y le pidió ir a dar una vuelta, Kikyo aceptó y caminaron de la mano hasta la orilla del lago q había en sus terrenos.
-kikyo... Necesito decirte algo muy importante...- la tomó por el mentón y la miró directo a los ojos. -no se por donde empezar- susurró.
-habla ya Inuyasha- exigió un tanto preocupada.
-es q no es fácil... Verás... No quería asustarte y tuve q mentirte...- la chica frunció el entrecejo. -yo no tengo 19 años... Tengo mucho más de lo q imaginas y aparento- ella le vió con duda.
-cuantos años tienes, 30?- el joven esbozó una sonrisa y negó con la cabeza.
-mucho más- aseguró.
-40?- demandó a saber sin creer ni media palabra.
-mas de 100- afirmó haciendo q la joven soltara una sonora carcajada.
-q locura estás diciendo Inuyasha?- preguntó entre risas.
-no soy lo q crees... No soy un humano común y corriente- ella paró de reír de golpe. -soy un híbrido; un chico mitad bestia- ella abrió los ojos como plato e hizo de su boca una O. -mi padre es un daiyoukai y mi madre era una humana, en ocasiones pierdo mi apariencia, esto q tu ves- tomó un mechón de cabello. -mi cabello se vuelve negro, mis ojos castaños- quitó su sombrero. -asinga gomenus- recitó con los ojos cerrados y un par de orejas de perro aparecieron sobre su cabeza además de q sus uñas se volvieron grandes y filosas garras. -ahora si me crees?- indagó mirando a la joven q permanecía inmóvil y pálida.
-inu..yasha- susurró sin dejar de verlo. Alzó su mano y tocó las extrañas orejas del joven.
-ademas... no solamente nos dedicamos a hacer curaciones con plantas medicinales sino q somos hechiceros... No le hacemos daño a nadie, simplemente aprendimos esto para ayudar a los demás... kikyo... Yo te amo, de verdad... Necesito q me digas q opinas de todo esto- su corazón se aceleró al ver a la joven negar con la cabeza.
-inuyasha... Yo también te amo... No me importa q seas un chico mitad bestia o q sean hechiceros... te amo- afirmó lanzándose a los brazos de su amado.
-hay otra cosa q debo decirte- deshizo el abrazo y la vio directamente a los ojos. -la ley youkai dice q para q un emparejamiento se lleve a cabo... El padre del novio debe aprobar a la hembra en una noche de sexo antes de q su hijo la tome.
-QUEEE!!!- la expresión exclamativa de la pelinegra resonó haciendo q el ojidorado cerrara los ojos con miedo. -yo no quiero acostarme con tu padre, te amo a ti y jamás permitiría q él me toque- un ligero dejavú invadió momentáneamente la cabeza de la joven, aquella imagen en q ella se besaba y acariciaba con Naraku y donde habían estado a punto de hacer el amor.
-por eso necesitaba hablar contigo... Yo tampoco quiero q él te toque, te amo y te deseo sólo para mí, deseo q seas sólo mía- se acercó a la chica y la tomó por la cintura para plantarle un apasionado beso, la joven no pudo evitar jadear al contacto, estos besos no eran como los de Naraku, los besos de Inuyasha le hacían erizar la piel, le provocaban escalofríos, sentía mariposas en el estómago, definitivamente Inuyasha era el indicado, él era el hombre de sus sueños y con quién deseaba pasar el resto de su vida.
El ojidorado soltó la pequeña cintura de la joven y empezó a desabrochar la blusa, uno a uno los botones cedían y dejaban ver la nívea piel femenina y aquel sostén rosa cubría el par de grandes senos los cuales empezó a acariciar y besar mientras quitaba la prenda. La pelinegra gemía excitada, deseaba, necesitaba ser tomada por aquel joven, no le importaba si era un humano o demonio, en ese momento sólo deseaba q la hiciera suya y sentirlo suyo, lo amaba, lo amaba con locura desenfrenada.
Sintió las manos del joven bajar por su abdomen y llegar al broche del pantalón el cual fue liberado e inmediatamente la cremallera fue abierta, no le importó sólo quería ser poseída por él. Lentamente fue recostada sobre el pasto y miró al joven de rodillas entre sus piernas mientras se despojaba de su camisa y dejaba al descubierto su perfecto abdomen, aquella piel lechosa y suave q provocaba marcarla con rojos mordiscos y aruños... Lo vió desprender el broche de su pantalón y su corazón se detuvo al ver sobre su bóxer un prominente bulto, abrió sus ojos como plato al ver q el bóxer estaba un poco húmedo y una sensación electrizante recorrió su cuerpo yendo a parar en su intimidad. En un veloz movimiento el ojidorado le sacó el pantalón junto con las bragas las cuales estaban húmedas.
-oh Kikyo!- gimió mirando su rosada vagina y oliendo su ropa interior, ella sintió sus mejillas arder; como un acto tan morboso podía encantarle tanto? Amaba sentirse amada y deseada por él pues ella le deseaba igual.
Empezó a acariciar su clitoris con la yema de sus dedos y ella se contraia excitada ante el contacto, sentía como ella le deseaba, sentía q estaba muy excitada y su intimidad se humedecía cada vez más... Se inclinó y empezó a lamer sus pliegues, le encantaba saborear la esencia de aquella hembra, sus jugos vaginales le inundaron la boca y notó q la había hecho correrse, siguió lamiendo su hinchado clitoris e introdujo uno de sus dedos en la pequeña cavidad haciendo q ella soltara un fuerte gemido lleno de placer. Su erección palpitó dentro de su bóxer y aumentó el ritmo de su mano metiendo y sacando su dedo de la caliente y húmeda vagina de la joven la cual se retorcía víctima de poderosos espasmos.
-te amo mi hembra- susurró colocándose sobre ella para besar su boca, su cuello, sus pezones q totalmente erectos exigían atención. Una vez más su pene dolió y no tuvo de otra q sacarlo de su prisión.
-inu..yasha...- gimió ella roja hasta las orejas sin despegar su vista de aquel grueso miembro q lleno de gruesas venas y lubricado hasta hacerlo brillar demanda ser enterrado en su interior de inmediato.
-no temas, se como hacerlo- aseguró colocando su virilidad en los labios menores. Ella suspiró profundamente y cerró los ojos con fuerza al sentir como el peliplata ejercía presión tratando de entrar en ella, era la primera vez de ella y el sabía q dolería pero no podría evitarle ese dolor, prefería romperla él con mucha delicadeza antes de q la tomara su padre y la cogiera con brutalidad. -eres muy estrecha- jadeó aplicando más presión y apretando las caderas femeninas.
-aaagh! Ah!- el grito de ella fue ahogado por el beso del joven quien había entrado y perforado la barrera q la hacia virgen. -inu... Ah! Ah! Inu.. aaaah!- un par de líneas irregulares y de color púrpura aparecieron en el rostro del joven y sus ojos se volvieron rojos como brazas. -aaagh!! Inu.. yasha... Basta... Aaagh!!! Ahh... Duele... Aaah- el no se detenía, estaba muy excitado entrando y saliendo de ella, había desvirgado a la pelinegra y aquel aroma a sexo y sangre le volvían loco.
-oh, si, q rico!- exclamó con lujuria y sin dejar de embestirla una y otra vez.
-inu.. dijiste q sabias... Aaah!!! Dijiste q... Sabias como... Hacerlo aaaaaah!!!- sus gemidos causaban mayor placer en el joven quien aferrado a las caderas femeninas embestía sin piedad engullendo su enorme polla en el coño de la joven.
-hueles a Naraku- reclamó sin dejar de castigar a la joven quien sintió su corazón detenerse.
-pu.. puedo aahg! Puedo explicarlo- aseguró ella mientras sus senos se mecían al compás de las embestidas.
-no es el momento sólo quiero...- nuevamente la piel de la joven se puso chinita y él anticipó el orgasmo de la joven, enterró su polla con más fuerza hasta lo más profundo de su coño, apretó los senos de la pelinegra y sus colmillos perforaron la piel de su cuello marcandola así como su hembra antes de derramar su abundante chorro de leche en el interior de aquel coño apretado y caliente.
-aaaahg!!!- gimieron ambos alcanzando juntos el orgasmo.
No había marcha atrás, Inuyasha sabía q había desobedecido a su padre y q se le vendría una guerra por la cuestión de la ley de emparejamiento aún así no se arrepentía, valdría la pena aquel enfrentamiento.

Máscara de hechicerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora